Pertenece al grupo de las trompas naturales, no posee orificios ni llaves que puedan alterar el tono. Está formado por dos cuerpos, de forma que, ajustados, configuran un tubo recto de metal que se ensancha desde la embocadura hasta la salida del aire. Su sonido se produce mediante la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla, pieza con forma de pequeño embudo, como sucede en la trompeta. El añafil es un instrumento que se puede encontrar en distintas épocas de la historia antigua, desde el antiguo Egipto hasta la España del siglo XV. Su timbre metálico fue asociado a un carácter bélico, que se encuentra representado en la iconografía medieval en escenas de batallas con estandartes incorporados, pero también fue muy utilizado en la esfera del protocolo cortesano. A partir del Renacimiento comienza a curvarse y retorcerse en bucles, evolucionando hacia las trompas y trompetas barrocas.