El salterio medieval está compuesto por una caja de resonancia plana sobre la que se extienden unas cuerdas hechas de metal que son percutidas con unos macillos, también pueden ser pulsadas con los dedos. Su forma puede ser triangular
o trapezoidal con numerosas variaciones. Fue a partir del s. XIII cuando se produjo la verdadera expansión del salterio, cuya vigencia en la música culta duraría hasta finales del siglo XV. A veces se usaba una correa que aguantaba el
instrumento y pasaba por el cuello del tañedor. Es el precursor del clavisimbalum que derivaría en los clavicémbalos de la época barroca. Este instrumento fue construido por Juan M. Ramirez y está basado en el salterio rectangular de la
cántiga 80. Las clavijas colocadas en el extremo sirven para afinar el instrumento. Su timbre es ligero y cristalino y la roseta en el centro está decorada siguiendo los típicos trazados florales de la época.