En un primer momento el término tabal tuvo un carácter muy genérico, ya que su uso era muy común para referirse tanto a un tambor como a un timbal. Al que toca el tabal se le llama tabalero, quien se valía de unas baquetas para hacerlo sonar. En 1492, Antonio de Nebrija habla de un “atambor o atabal”, de hecho el término tabl es de uso corriente hoy en día en el ámbito islámico para denominar cualquier tipo de tambor. El instrumento expuesto tiene dos membranas y dispone de unas llaves metálicas cuyo uso no tiene ningún tipo de rigor histórico, ya que deberían ser unos cordajes que sirviesen para tensar y modular su afinación, no obstante, el timbre que produce sí que mantiene unas características acústicas muy adecuadas desde el punto de vista organológico. En Valencia se sigue utilizando un tambor de dimensiones medias al que denominan tabalet, que cuelga del cuello y se emplea en pasacalles y fiestas como la muixeranga.