En 2006, antes de emprender la primera nueva biografía del mal llamado “Infante don Juan Manuel” en casi cien años, era evidente que no se podría emprender un proyecto tan ambicioso sobre el hijo sin haber establecido de antemano el contexto histórico-social en que nació y, en concreto, las extensas posesiones territoriales y títulos nobiliarios que le había legado su padre, el infante Don Manuel.
En 1982 pocas publicaciones habían abordado la figura del infante Don Manuel, salvo un artículo publicado por Derek Lomax, el distinguido historiador británico de la España medieval, quien declara que el infante Don Manuel fue “un personaje algo gris… quien vivía a la sombra del rey y quien como individuo aparentemente no logró nunca nada de importancia…No obstante, la vida y personalidad de Don Manuel son menos reconocidas de lo que se merecen y aunque varios historiadores lo mencionan de paso, nunca ha sido objeto de un estudio detallado”. (D. Lomax, “El padre de Don Juan Manuel”, en Don Juan Manuel. VII Centenario (Murcia, 1982), 163, 172-173, 176)
El infante Don Manuel, el favorito de su hermano mayor, el rey Alfonso X, no fue tan solo una figura pasiva en la compleja evolución de la política castellana del siglo XIII, un actor secundario en el panorama mayor de los asuntos europeos que se desenvolvían durante aquella época, sino un astuto y sagaz estadista quien, mediante la calculada diplomacia y discreta persistencia, pudo reunir un notable patrimonio en base a una incesante acumulación de territorio y títulos en el estratégico reino de Murcia, zona neutral entre los reinos intensamente competitivos de Aragón y Castilla.
(Fragmentos de la Introducción del libro “ALBORES DE UNA DINASTÍA: LA VIDA Y LOS TIEMPOS DEL INFANTE MANUEL DE CASTILLA (1234- 1283)”)