En el año 2013 un grupo de investigadores vinculados al Instituto de Estudios Albacetenses (en adelante IEA), consideramos que transcurridos poco más de 10 años desde la celebración del II Congreso de Historia de Albacete, era necesaria una nueva convocatoria que reuniera en torno a un foro de debate a cuántos investigadores habían trabajado, o estaban trabajando, en el conocimiento de la provincia de Albacete desde una metodología arqueológica. Además, durante esos años la aplicación de los distintos documentos legales que afectan al patrimonio histórico en general, habían supuesto cambios radicales en la gestión del patrimonio arqueológico. A los proyectos de investigación "tradicionales", léanse excavaciones, prospecciones, o estudios de materiales depositados en Museos, se sumaba una intensa actividad en el campo de la mano de la llamada "arqueología de gestión", impulsada muy especialmente por el desarrollo de grandes obras públicas como los tramos del AVE o el gaseoducto, así como por la realización del PAU y POM en buena parte de los municipios albacetenses. Las universidades, por otro lado, lanzaban al mercado de trabajo nuevos licenciados deseosos de contribuir a la investigación sobre el pasado. Los archivos y registros del Museo de Albacete mostraban una muy intensa actividad en relación con lo que había supuesto, por ejemplo, todo el siglo XX, pues en poco más de ese decenio las actividades arqueológicas en la provincia de Albacete, fueran de investigación en laboratorio o controles de diverso tipo en el campo, habían modificado radicalmente las dinámicas en torno a la documentación e investigación de los tiempos pasados.
Quienes suscribimos estas líneas pensábamos que el marco de desarrollo de la reunión debía ser el Museo de Albacete, pues no en vano fue durante muchos años motor para la arqueología provincial, y es el lugar donde se reciben, custodian y exhiben los materiales arqueológicos. Junto al Museo necesariamente debía estar el Instituto de Estudios Albacetenses que desde su creación en 1977 cuenta con una sección de arqueología y otorga también un premio de arqueología Joaquín Sánchez Jiménez. La receptividad de su director, Antonio Selva, fue inmediata, como también la de la Diputación como institución que lo tutela. Además contamos con la colaboración de la Asociación de Amigos del Museo de Albacete gracias a la sensibilidad de su presidenta Llanos Giménez Ortuño.