Carlos Ayllón Gutiérrez
DECADENCIA URBANA Y CLERO CONVENTUAL FEMENINO. SOBRE LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA ANA DE CHINCHILLA
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DECADENCIA URBANA Y CLERO CONVENTUAL FEMENINO.
SOBRE LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA ANA DE
CHINCHILLA.
URBAN DECLINE AND FEMALE CONVENTUAL CLERGY.
ABOUT THE FOUNDATION OF THE MONASTERY OF SANTA ANA
IN CHINCHILLA.
Carlos Ayllón Gutiérrez
Instituto de Estudios Albacetenses «Don Juan Manuel»
Albacete, España
ayllongut@hotmail.com
Cómo citar este artículo: Ayllón Gutiérrez, I. (2021). Decadencia urbana y clero
conventual femenino. Sobre la fundación del Monasterio de Santa Ana de Chinchi-
lla. Al-Basit (66), 279-300. http://doi.org/10.37927/al-basit.66_7
Recibido/Received: 13-02-2021
Aceptado/Accepted: 03-05-2021
ABSTRACT: The article analyses
the Dominican monastery of San-
ta Ana in Chinchilla (Albacete)
-
tence, and it clears up errors and
the only historical research which
have been carried out so far. The
study also delves into the social
RESUMEN: El artículo analiza el
monasterio dominico de Santa
Ana de Chinchilla (Albacete) du-
rante sus primeras décadas de
y dudas vertidas en el único es-
tudio hecho hasta la fecha sobre
dicha comunidad. Asimismo pro-
fundiza en las relaciones sociales
-
PLY/19/180501/000187 Ciudad, economía y territorio en Castilla-La Mancha
durante la Baja Edad Media
Fondo Europeo de Desarrollo Regional y adscrito a la Universidad de Castilla-La
Mancha, a desarrollar entre 2020 y 2023.
Abreviaturas: AD = Archivo Dominicano; AGS = Archivo General de Simancas;
AHPAb = Archivo Histórico Provincial de Albacete; AHPDA = Archivo Histórico de
la Provincia Dominicana de Andalucía (Convento de Santo Tomás, Sevilla); IEA =
Instituto de Estudios Albacetenses; OPSEC = La Orden de Predicadores en el sureste
de Castilla (libro).
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En el año 2002 el Instituto de Estudios Albacetenses publicó
la obra La Orden de Predicadores en el sureste de Castilla (Las fun-
daciones medievales de Murcia, Chinchilla y Alcaraz hasta el Concilio
de Trento), en la que se efectuaba un primer acercamiento mínima-
mente detenido a la historia de los conventos dominicos de la actual
provincia de Albacete. Aunque desde entonces los estudios histo-
han permitido una ampliación de nuestros conocimientos así como
más precisión los pormenores de la evolución política y social de
la región comprendida en el mencionado estudio. De igual modo,
los títulos centrados en entidades eclesiásticas también han pro-
gresado no solo en sus enfoques descriptivos e institucionales, sino
en el análisis de las relaciones de las instituciones clericales con el
entorno social y político.1 Hay que indicar además la importancia
1 Resultaría inabarcable reseñar la cantidad de títulos surgidos a tal respecto.
Para un primer acercamiento, aparte de la obra citada (Carlos Ayllón Gutiérrez,
La Orden de Predicadores en el sureste de Castilla. Las fundaciones medievales de
Murcia, Chinchilla y Alcaraz hasta el Concilio de Trento, IEA, Albacete, 2002), véan-
se Aurelio Pretel Marín, El señorío de Villena en el siglo XV, IEA, Albacete, 2011; y
C. Ayllón Gutiérrez, Iglesia rural y sociedad en la Edad Media
and economic relationships esta-
blished between the local society
and the monastery nuns, whose
survival was affected by the lack
of foundational endowment and
by the decline that the city suffe-
red during that time.
KEY WORDS: Order of Saint Do-
minic (Preachers), Late Middle
Ages, Chinchilla (Castile), nuns.
y económicas establecidas entre
la sociedad comarcal y las reli-
giosas del monasterio, el cual vio
afectada su supervivencia por la
falta de dotación fundacional y
ciudad en la época.
PALABRAS CLAVE: Orden de
Santo Domingo (Predicadores),
-
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que se ha dado en las últimas décadas al estudio de las comunida-
sentido, intentamos contribuir con la aportación del momento y cir-
cunstancias sociales del nacimiento de una de estas comunidades,
así como indagar en las relaciones que la comunidad estableció con
su entorno social.2
1. ANTECEDENTES
Una de las comunidades estudiadas en la citada obra es la
de Chinchilla, de la que bien poco es lo que se conoce. Sí sabemos
que el emplazamiento de su casa conventual se buscó intramuros de
la ciudad en la octava década del siglo XV, en el solar de lo que debió
En tal caso, el templo islámico quedó habilitado para el culto cristia-
no cuando en un incierto momento del siglo XIII se transformó en
una pequeña ermita dedicada a Santa Catalina, tal vez derivada de
una anterior iglesuela de ayuda parroquial, que en todo caso en el
siglo XVI todavía conservaba una suerte de torre alminar «labrada a
la morisca» (Carrilero et al., 2014, 90).
Antes de abordar los detalles de su fundación, señalaremos
-
Chinchilla. Se trataría de una maniobra que consolidaría la segrega-
ción de la villa albacetense con respecto a la población matriz, cul-
minada en lo político en noviembre de 1375, en correlación con el
auge político albacetense y su acumulación monetaria. Esto hechos
pudieron incidir en la necesidad de Chinchilla de recuperar cierta
-
2
Ángela Atienza López, Tiempo de conventos: una historia social de las fundaciones
en la España moderna
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frailes de la Orden de Predicadores y erigido en la última década
287).
Previo al nacimiento de la comunidad dominica masculina
resolución, si bien todo ello apuntaría a una fundación de religio-
sas prematuramente abortada. Cuando poco después el convento
de frailes predicadores emitía sus primeros balbuceos y necesitaba
-
tista. La institución canónica de la hermandad o al menos un reco-
nocimiento de la misma se realizó a instancias de fray Nicolás de
Valladolid, Maestro General de la Orden (de obediencia aviñonesa)
entre 1394 y su fallecimiento en diciembre de 1397. No obstante,
cabe la posibilidad de que esta cofradía constituyese en realidad
una comunidad de la orden tercera, tal como se sugiere que suce-
dió en una congregación dominicana análoga fundada en Orvieto un
siglo atrás en honor de Santo Domingo y Santa María (Pretel, 1992,
145, nota 207; Henderson, 1990, 299).3
No obstante, en tiempos del marqués de Villena Alfonso de
ignoramos a qué orden pertenecían. De acuerdo con los registros
de escrituras del marqués, las religiosas eran representadas en los
pleitos y cuestiones administrativas por procuradores laicos rela-
cionados con don Alfonso, como Sancho Pérez de Ayna y Asensio
Martínez. En el supuesto de que fueran profesas dominicas, en nin-
gún caso recurrieron, como era habitual, a frailes de la misma orden
3 La concesión a los y las cofrades se recoge en un documento en papel muy de-
teriorado (Véase
posterior nota marginal indica «1397», año coincidente con una escritura «en
pergamino (sic) más pequeña espedida en Roma (...); tiene un sello de cera con un
», tal como describe el inventario hecho para la Desamortización de Men-
dizábal. AHPAb, Clero-
tarse entre 1391 y 1393, cuando fray Nicolás fuera Maestro Provincial de España.
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ya insostenible hipótesis de una temprana fundación conventual
masculina de hermanos predicadores. Sin embargo, la comunidad
-
cunstancias del momento y la falta de ingresos materiales. Según
de tal comunidad en esa época (Gil García, 1987, 629). Más bien se
-
2. LA FUNDACIÓN Y LAS FUNDADORAS EN TIEMPOS DE REFORMA
Pero al acontecer la guerra civil de sucesión las circunstan-
-
dominicas en la ciudad de Chinchilla. Allí, precisamente en la década
de los setenta Guiomar Gómez y su hermana Ana Gómez de la Mota,
ninguna comunidad de religiosas, iniciaron sus gestiones para pasar
a una vida de íntimo fervor religioso constituyendo un beaterio. Si
eran propiedad de la familia de las hermanas, cabe inferir que estas
habilitaron una de sus estancias para hacer en ellas vida de recogi-
miento aprovechando la contigüidad de la ermita de Santa Catalina
prestado al triunfo militar de Isabel I frente al marqués de Villena y
del obispo Lope de Rivas (fallecido en 1479). Tengamos en cuenta
que el levantamiento de la ciudad en favor de Isabel de Trastáma-
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-
-
ñados Miguel Soriano y el bachiller Gil Sánchez Soriano, arcipreste
de Murcia.4
Se trataba del primer paso para llevar a efecto la institución
de un monasterio acogido a la regla de San Agustín y con el hábito
de Santo Domingo, como era acostumbrado en este tipo de fundacio-
de la donación) como cardenal, vicecanciller de la Iglesia de Roma y
-
-
dicadores (y en concreto de los frailes dominicos de la ciudad), un
hecho que agilizaba la transformación del pequeño beaterio en un
monasterio de la orden segunda dominica. Finalmente, un breve de
Inocencio VIII sancionó —el 24 de octubre de 1489— la fundación
en donde tendrían su templo, y les facultaba para convivir en clau-
sura y observancia (Ripoll, 1732, 55-56).5 Muy poco después hemos
de situar la elección del título de Santa Ana para el monasterio y la
adquisición de una talla de Santa Ana, la Virgen y el Niño gótico-
renacentista que presidía el altar mayor de la iglesia conventual.
concesión de la ermita de Santa Catalina, adyacente a su casa, con lo
que evitaban vincularse a una parroquia, como en el caso del mo-
nasterio de dominicas de Zamora, y de este modo gozarían de una
mayor autonomía (Álvarez, 2015, 32).
4
Albacete, Mss 7980.
5 Véase apéndice documental, II.
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hallarían las casas de la familia De la Mota y el antiguo monasterio de Santa Ana. La línea
interior delimita la iglesia conventual, su acceso, el claustro y las celdas de las religiosas.
Entre tanto, el convento de frailes dominicos acogía a una de
impulsos reformistas emprendidos en San Pablo de Valladolid, con
una rápida respuesta de la mayoría de las casas de la orden, nume-
rosos conventos se incorporaron a la congregación observante, en
ocasiones en medio de notables tensiones. Una de las razones de
esta reforma y de la tirantez generada, se hallaba en la necesidad
-
ventos (Nieva, 2016, 99). En nuestro caso, la reforma era precisa
conversos —Plazuela, Requena, Montealegre—, que habían dado
consolidación.
Es al inicio del siglo XVI cuando la Orden acomete sus úl-
timos intentos de atraer a la reforma interna las pocas casas que
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La transformación de las órdenes recibió un decidido impulso de la
reina Isabel y, en el caso de la dominica, también de su Maestro Ge-
1508 el último en integrarse en la Congregación de la Observancia,
claustro femenino de la ciudad.6 No obstante, el hecho de que otro
necesariamente una relación estrecha entre ambas comunidades.
Ahora bien, era habitual que en tales casos, los frailes se ocuparan
de la representación institucional y de la atención espiritual de las
-
ellos.
De la fundadora Ana Gómez de la Mota quedó el recuerdo de
una frecuente práctica de la oración en el coro y de estricto ayuno
(«los siete meses continuos de la orden y todos los viernes y sába-
dos a pan y agua»), acompañado de una obediencia y renuncia, que
mantuvo durante toda su vida de profesión y que guarda cierta ana-
logía con movimientos rigoristas de reforma como el que en fechas
coetáneas protagonizó la beata de Piedrahita. Es aventurado obte-
ner conclusiones cuando las noticias proceden de las tardías notas
de Lorea (f. 23r-v), una fuente en la que los milagros referidos ado-
-
-
de Guiomar no quedó ninguna imagen modélica para la posteridad,
6 Hacia esos años fue prior en dos ocasiones en la casa de Chinchilla fray Juan de
-
gio de San Gregorio en diciembre de 1523 (Hoyos, 1928, 313). Zarpó hacia Florida
en 1538 con Hernando de Soto.
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lo que apunta a una especial relevancia de Ana de la Mota, que com-
parte con la citada religiosa de Piedrahita su carácter de fundado-
ra y posiblemente un talante místico y sensible a revelaciones en
las que la beata sostenía pugnas con el propio demonio y sin que
el estudio estuviera entre sus prioridades (Pérez Vidal, 2017, 94-
96). Asimismo, este protagonismo especial puede estar detrás de la
advocación a Santa Ana que se dio al convento. Si bien en esos tiem-
pos reformadores se generalizó la dedicación de los monasterios de
la titularidad escogida por las hermanas de La Mota para nominar
su fundación fue la que se correspondía con el nombre de una de
ellas —una práctica común de la época—, y tratándose además de la
más espiritual de las hermanas. Por lo demás, la supuesta interven-
ción de un elemento sobrenatural en el proceso fundador está pre-
sente en la creación de multitud de casas de religión (Miura, 2003,
128). Estas comunidades quedan así fortalecidas y de algún modo
Procedían las fundadoras de un clan de acomodados labrado-
res posteriormente ennoblecidos al haber sido armado caballero el
licenciado Andrés de la Mota. Lorea puso especial cuidado de incluir
una breve reseña sobre Alonso de la Mota (seguramente hermano
de las fundadoras) a la hora de hacer su descripción del convento de
de los frailes, era consciente de la importancia de su estirpe para la
Orden de Predicadores en la ciudad. De ahí su encendida semblan-
za.7
[...] tomaron las armas los vecinos de la ciudad y echaron de ella a
todos los parciales del marqués, los quales se retiraron al castillo y
fortaleza la qual estaba por el Marquesado, y al instante el capitán
Alonso de la Mota leuanto los pendones por los Reyes Católicos
en la plaza de la ciudad, acción gloriosa, aunque le costó la vida,
7 Antonio de Lorea, Historia de la Provincia de Andalucía de la Orden de Predicado-
res. Tomo 2, parte 1, AHPDA, Mss. 10-1, f. 21v.
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porque los marquesinos (así llamaban a los que seguían el vando
del marqués) le cobraron tal odio que no descansaron asta darle la
muerte aleuosamente; pues estando descuydado a la puerta de su
casa, desde la ventana de otra le tiraron un balazo y priuaron aque-
premios. Fue su muerte muy sentida de todos los buenos vasallos
de los reyes, y en memoria de auer perdido la vida por tan gloriosa
enpresa, le leuantaron una estatua y la colocaron en su capilla que
llaman del Santo Cristo en la iglesia mayor de aquella ciudad.
Pese a no ser especialmente hacendadas, las hermanas De la
bienes, pero sin procurarle una dotación sostenida y permanente, lo
-
-
rentas o penas pecuniarias con las que poder subsistir la quincena
-
gidores Diego García de Otazo, Cristóbal de Olivares y Diego Rubio,
-
decido por el apoyo que los dominicos le prestaran en momentos di-
en 1507 a la protección de los muros del convento al ser acusados
por sus vecinos de querer entregar la ciudad al marqués de Villena
(Ayllón, 2002, 91).8 A ello se vino a añadir la penuria económica del
año siguiente, circunstancia que movió al provincial de Andalucía «y
de los reynos de Granada y Murçia» a suplicarle también al empera-
dor una ayuda económica para las dos comunidades chinchillanas
de la Orden de Santo Domingo, argumentando que en ellas había
-
nía de unos y otras. El provincial le sugirió al monarca que ordena-
co9
8 AGS, Cámara de Castilla, leg. 137, n. (véase apéndice documental, III).
9 AHPAb, Municipios
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La familia de La Mota quedaría desde un principio y en lo
sucesivo vinculada a los conventos de dominicos de Chinchilla, ya
no sólo por el hecho de que algunos de sus miembros profesen en
ellos, sino porque incluso llegarán a fundar patronato sobre algunas
la Edad Moderna. Asimismo, el licenciado Pedro de la Mota, vecino
de Villanueva de los Infantes pero seguramente chinchillano de esta
familia, regaló en marzo de 1509 a los dominicos de San Juan sendas
viñas en el pago del Pozo de Murcia (en el camino al Pozo de la Peña)
10 Cabe pensar
-
ciación del monasterio de Santa Ana (Carrilero et al., 2014, 90-91).
Para culminar la fundación femenina, era necesario que con-
-
to acudieron varias del convento de dominicas de Nuestra Señora
de los Ángeles de Jaén, del cual conviene hacer notar que salieron
multitud de religiosas para emprender la fundación de varios mo-
nasterios de las áreas meridionales de Castilla. Hasta entonces se
una misma familia se decidían a hacer vida de oración en común
dentro de un espacio doméstico creado por ellas mismas. La in-
momento tras asumir la naciente comunidad las Constituciones de
Humberto de Romans. Del citado convento giennense saldrían poco
casas de la rama femenina, tal como se venía haciendo en toda la
que corresponden a las fundadoras escogidas por la Orden y a las
10 Como muestra del vínculo entre la familia y el monasterio, en la segunda mitad
del siglo XVII consta la profesión de una María de la Mota, de este oligárquico
Contratación, leg.436, 5. Esta familia además
mantuvo durante siglos casas adyacentes a las dependencias del convento.
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Magdalena de Pallarés, esta última perteneciente a una familia patri-
Tal vez fuera hermana del alcaide García de Pallarés, o acaso sobri-
na del cura Suero de Pallarés (Pretel, 1992, 375-376, 435), y cabría
la posibilidad de que la chinchillana profesara en Jaén y acudiera a
11 Por otra
Pallarés (a la que llama de Villartas) y una tal María Méndez, quienes
del convento de Jaén que acudieron a Chinchilla a efectuar la refor-
también quienes reformaron el convento de Linares (López, 1622,
211v). Deberíamos situar este momento reformador con posterio-
ridad a la emisión del breve Exposuerunt Nobis en marzo de 1493
otorgaba amplias atribuciones para propiciar la reforma de las re-
ligiosas (García Oro, 1980, 277). En cualquier caso, la reforma que
lo que sin duda supuso una contrariedad para las religiosas que
acaso no contaban con el ímpetu reformador y tal vez tenían otros
proyectos para la casa. La falta de dinamismo en el despegue de la
fundación habría, pues, que buscarla en el desconcierto que las ten-
dencias rigoristas causaron en las familias que pretendían buscar
en el monasterio un lugar de destino a algunas de sus féminas.
No tardaría, por lo demás, en acontecer la creación de la Pro-
por el papa León X en 10 de octubre de 1514, en la que se incluyeron
-
dad Real, Alcaraz y Chinchilla, que hasta entonces estaban engloba-
das en la Provincia de España.
11
1997, 190).
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vínculos sociales establecidos por la
comunidad de Santa Ana en sus inicios, no resulta fácil precisarlos,
más allá de las relaciones referidas a las religiosas citadas. Parece
claro que algunas de las más destacadas familias de cuantas habi-
taron en Chinchilla y que se adhirieron a las maniobras políticas de
los marqueses de Villena, fueron las que proporcionaron un mayor
soporte económico a la Orden de Predicadores en Chinchilla, consti-
tuyendo entre sí y con la comunidad de frailes una tupida red social.
3. TRANSFORMACIONES SOCIALES Y DECADENCIA
Sin embargo, la fundación vino a coincidir con un cambio de
coyuntura. La victoria de los Reyes Católicos sobre las tropas de los
-
dos en tierras de Murcia) y la familia Requena (que tras la amnis-
-
insertados en las estructuras dominantes del nuevo Estado de los
a las comunidades dominicas en una suerte de relevo político de be-
nefactores. Así pues, desde este momento se detecta la presencia de
familias neo-oligárquicas vinculadas al convento (Ayllón, 2002, 92-
probable descendiente de Gil Gómez Pinar, antiguo mayordomo de
Juan Pacheco y rico hacendado de la ciudad) en el altar mayor del
monasterio de Santa Ana, apuntaría en esa dirección.
miembros procedentes de esas familias preponderantes, un fenó-
meno aún pendiente de análisis en los conventos de la provincia al-
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sí parece que esta dinámica se cumpla con mayor evidencia ya des-
de los primeros momentos de su andadura.
dotación fundacional estable lastró durante sus inicios la solven-
atracción de novicias y profesas pertenecientes a familias foráneas
con una posición material y social eminente, las cuales optarían por
-
si bien en la década de los setenta del siglo XVI, el número de re-
ciudad. Esto no impidió que sus rentas anuales no fueran especial-
mente elevadas, pues por entonces no alcanzaban los cien mil mara-
renta» (Carrilero et al., 2014, 98-99). Este modesto estado de la casa
de Santa Ana se prolongaría durante los años siguientes, y todavía
en las primeras décadas del XVIII conocemos alusiones a la pobre-
Recordemos por último que, paralelamente al convento de
dominicas de Chinchilla, nació otro de franciscanas en Albacete
merced una iniciativa similar acometida por Marina Álvarez Marco
vino a generar cierta rivalidad entre ambas casas como lugar de
dominicas —también intitulado de Santa Ana—, añadiéndose así un
nuevo elemento competidor en tal sentido. Lo cierto es que en siglos
posteriores no hallamos religiosas en el convento procedentes de
familias oligárquicas de la ciudad. En este sentido, el monasterio,
élites comarcales, fracasó en el caso de la casa de Santa Ana de Chin-
chilla.
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4. A MODO DE BALANCE
Chinchilla surgió en un momento de profundas transformaciones
-
sión aupó a algunos clanes que, como los De la Mota, aprovecharon
producía dentro del clero regular hispano un profundo movimien-
primeros años de andadura de la comunidad mendicante femenina.
A ello cabe añadir el declive en que entró la ciudad de Chinchilla
transcurridas pocas décadas, lo cual sumado a la falta de previsión
de las fundadoras para dotar la casa con rentas a perpetuidad, lastró
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APÉNDICE DOCUMENTAL
I
[s.l.]
Reconocimiento de fray Nicolás de Valladolid, Maestro General
de la Orden de Predicadores, a la comunidad de hermanos y hermanas
congregados en el convento de San Juan Bautista.
AHN, Clero regular-secular, Pergaminos
La Orden de Predicadores en el su-
reste de Castilla, IEA, Albacete, 2002, p. 152-153 (Al hallarse el origi-
-
-
partes con menos probabilidad de coincidencia con el original, y en
redonda las más verosímiles).
[... et i]n [] confratrissis in
Ordinis Fratrum Pre-
dicatorum c]ongregatis Cartagenae dyocesis, frater Nicholaus Valli-
soletanus, [Magister Generalis Ordinis supradictae...] dignos facere
penitencie salutaris.
-
-
num propicium uobis eligere pr[ouide decreuistis, in ipsius hono-
rem, reverentiam et devotionem grat]am Deo congregationem sicut
adiuti meritis et intercessio]nibus, donis celestis gracie copiosius
uestram fuit ad nos f[ideliter ac humiliter supplicatum, u]t fratrum
nostrorum, quos Dei creditis domesticos et amicos vos fac[ere]ns
bonorum o[mnium communione gaudere...]dos qui ob Dei honorem
nec non deuocionem martiris predicti vestris meritis digne [pensa-
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curatis prossequi fauorabilibus effectib[us operibus pietatis con-
-
sum participationem conc]edimus, tenore presentium, specialem in
vita pariter et in morte, ut multip[lici suffragiorum presidio et hic
augm]entum gracie et in futuro mereamini premium perpetue bea-
titudinis consequ[i sempiterne.
presentibus appendendum.
sep-
timo...].
II
1489, octubre 24. Roma.
Bula del papa Inocencio VIII, a súplicas de las hermanas Guio-
-
tagena dando licencia para fundar en Chinchilla un monasterio de
monjas de la Orden de San Agustín que se hallan bajo la protección de
Bullarium Ordinis FF. [i.e. Fratrum]
Prædicatorum, Vol. 4 («Ab anno 1484 ad 1549»), Imp. Jerónimo Mai-
nardi, Roma, 1732, p. 55-56 (Entre corchetes se reproducen las fór-
mulas que se omiten en la transcripción de esta obra).
-
nensi, salutem et apostolicam benedictionem.
-
-
vantia piae vitae studio famulantium gratum prestamus assensum
et ad ea que ipsarum corporum et animarum salutem, nec non di-
vini cultus augmentum respiciunt consequenda libenter interpo-
nimus solicitudinis nostre partes, ut sublatis quibusvis dispendiis
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vota sua quietius et securius in humilitatis spiritu altissimo queant
impartiri.]
-
pidi de Chinchilla Ordinis Sancti Augustini sub cura Fratrum Prae-
dicatorum degentium, Cartaginensis Dioecesis, petitio continebat,
quod cum alias, in dicto Oppido, non esset aliquod Monasterium
monialium dicti Ordinis sub huiusmodi cura degentium, et dilectae
12 tunc mulie-
res dicti oppidi, nunc vero eiusdem monasterii moniales, cuperent
sub regulari habitu dicti Ordinis virtutum Domino famulari, non-
contiguas, de propriis bonis emerunt, ac postmodum cum eisdem
domibus, unum monasterium monialium dicti Ordinis sub eadem
cura degentium, de licentia ordinarii loci erectum fuisset, Guiomar
et Anna praedictae, habitum per easdem moniales gestari solitum,
susceperunt et in eodem Monasterio, professionem regularem, per
moniales eiusdem Ordinis sub simili cura degentes emitti solitam,
emiserunt regularem et demum Provincialis Provinciae Cartaginen-
sis secundum morem dicti Ordinis, alias moniales de regularibus
Institutis Ordinis eiusdem, bene instructas in dictum monasterium
-
magna populi devotio erga easdem moniales crevisset, bonae me-
moriae Lupus, Episcopus Cartaginensis, dictum Eremitorium, sive
Ecclesiam eisdem Monialibus concessit et donavit ac postmodum,
Roderici, Episcopi Portuensis Sanctae Romanae Ecclesia Vicecance-
llarii, Ecclesiae Cartaginensis in spiritualibus et temporalibus per-
petui administratoris in eisdem spiritualibus Generalis, habens ad
hoc, ut asserebat, ab eodem Roderico Episcopo et administratore
especialem per ipsius literas facultatem, ordinaria auctoritate con-
12 El registro indica erróneamente «Velameta».
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DECADENCIA URBANA Y CLERO CONVENTUAL FEMENINO. SOBRE LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA ANA DE CHINCHILLA
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desuper respective confectis, dicitur plenius contineri. Quare pro
parte priorissae et Conventus praedictarum Nobis fuit humiliter
supplicatum, ut erectioni, concessioni et donationi ac approbationi
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ne providere, de benignitate Apostolica dignaremur.
Nos igitur, qui illis votis, per quae prudentes virgines, accen-
sis lampadibus, Domino obviam ire et integritatem suam, illi qui
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mus, ipsas Priorissam et Conventum ac earum singulas a quibus-
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que ecclesiasticis sententiis, censuris et penis a iure vel ab homine
quavis occasione, vel causa latis si quibus quomodolibet innodate
serie absolventes, et] absolutas sore censentes, huiusmodi suppli-
cationibus inclinati discretioni vestrae etc. [per apostolica scripta]
mandamus quatenus vos, vel alter vestrum, erectionem, concessio-
si et postquam de illis vobis legitime constiterit, auctoritate nostra,
omnes et singulos defectus, si qui foran intervenerint in eisdem, non
obstantibus constitutionibus et ordinationibus Apostolicis etc. [ce-
terisque contrariis] quibuscunque.
Datum Romae apud Sanctum Petrum Anno Incarnationis Do-
minicae Millesimo Quadrigentesimo Octuagesimo Nono, Nono Ka-
III
1520, marzo 11. Chinchilla.
Solicitud del concejo de Chinchilla al rey Carlos I para que con-
ceda algún tipo de merced o limosna a las monjas de Santa Ana, que
viven en la pobreza.
AGS, Cámara de Castilla
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les, omes buenos de la noble y leal çibdad de Chinchilla besamos las
reales manos de Vuestra Magestad y le hasemos saber que en esta
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para seruiçio de Nuestro Señor, son pobres, no tienen propios ni
gosan la menor parte del dia porque residen en el coro todas las
oras. Humillemente suplicamos a Vuestra Magestad les faga alguna
que vuestra magestad sea más seruido, porque tan onestas y recata-
das mugeres no mueran de hanbre; y en esto, señor, Nuestro Señor
será dello muy servido y esta çibdad reçebiría muy señalada merçed
de más reinos e señoríos.
Desta çibdad de Chinchilla, de março de años.
(Rúbricas:) El bachiller Requena. Diego Garçia de Otaço.
Christoual de Oliuares. Fernando de Castro. Diego Ruuio.
Carlos Ayllón Gutiérrez
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