Aurelio Pretel Marín
PINTORES, ESCULTORES Y RETABLOS DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI EN EL ARCEDIANATO DE ALCARAZ: JUAN DE BORGOÑA, VILLOLDO, FRUTOS FLORES Y EL MAESTRO RUBERTO ¿ALEMÁN?
Página 355
tes de Juan de Ribera” (que lo es a partir de 1502). Un proyecto en
que sí está documentada (Pretel, 2022: 76) la presencia de Juan de
Valera, o Sánchez de Valera, “vicario del señor arçediano” (Ayllón,
2015, p 109), que es de suponer sería el encargado por Salcedo de
llevar el dinero a Toledo y pagar a Borgoña, y que parece un hombre
bastante acomodado, pero no demasiado ejemplar, que hacía com-
patible el desempeño de la capellanía del concejo -de la que es des-
pedido en 1506- con otra en la parroquia a la que pertenece, donde
fue condenado por el visitador Antonio García de Villalpando en
1504 (Ayllón, 2010, pp. 66).
También encontraremos como intermediario entre Juan de
Borgoña y esta iglesia de la Santísima Trinidad al tal Bartolomé Díaz
que poco antes era sacristán de la de San Ignacio, y que acaso pu-
diera ser pariente de Juan Díaz, capellán de la misma Trinidad, con-
denado en 1504, en unión de Valera, según Carlos Ayllón (2010, pp.
66; 2015, p. 73), si bien el parentesco no está documentado. Pero,
además, habían recogido limosnas en especie algunos allegados al
clero parroquial, como el organista y sacristán Alonso Azorero, que
había recibido algunas cantidades en dinero y especie “de las man-
de Mesto, anterior mayordomo, aunque el tal Azorero se quedaría al
menos con 2.000 maravedís por un lado, y 833 por otro, “por vn ter-
çio del salario que ganava por tanner los horganos el anno que paso
de mill e quinientos tres”, como dicen las cuentas de 1504, cuando,
además, se apunta que “los cobró de los dichos dos padrones, y no
aclaró de qué personas” (ADA, ALZ, 127; Pretel, 2022, p. 75). Pero,
además, quedaban cuentas por explicar de otras donaciones: la vi-
retablo, aliende de los maravedís que dio en cuenta que había reçi-
bido” (Pretel, 1999, p. 56). Y se supone que son deudas pendientes
de 1501, que han tardado tres años en salir a la luz.
Es de pensar que hubiera numerosas pequeñas donaciones
de la feligresía, pero solo nos queda constancia de unas pocas, casi
siempre en especie, como las mencionadas, y no muy generosas ni
demasiado claras, como hemos podido comprobar. En cambio, sí
sabemos de una manda de dos marcos y medio de plata de que el