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LAGUNA DE LOS OJOS DE VILLAVERDE: UNA APROXIMACIÓN
A LA VARIABILIDAD HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
OJOS DE VILLAVERDE LAKE: AN APPROACH TO THE
HYDROLOGICAL AND CHEMICAL VARIABILITY
Jesús POZO1
Recibido: 8 de julio de 2024
Aprobado: 25 de septiembre de 2024
Cómo citar este artículo:
Pozo, J. (2024). Laguna de Los Ojos de Villaverde: una aproximación a la variabilidad hidroló-
gica y química. Sabuco, 18: 79-114. http://doi.org/10.37927/sabuco.18_5
RESUMEN
El interés por los humedales entre la comunidad científica en las últi-
mas décadas radica en que son ecosistemas escasos, complejos, con una
gran biodiversidad y una elevada actividad biológica, que proporcionan un
buen número de servicios ecosistémicos. Este trabajo se centra en la físico-
química del agua en uno de los humedales manchegos mejor conservados:
La laguna de los Ojos de Villaverde. Aprovechando visores geográficos, ba-
ses de datos meteorológicos y de gestores del agua, junto con medidas de
campo y análisis de laboratorio, se realiza una aproximación al balance de
masas hidrológico y químico a lo largo de 10 años en época estival. Una es-
tabilidad del nivel de las aguas abiertas y una escasa estratificación térmica
de la columna de agua contrastan con lo esperable para lagunas manchegas
y es fruto de la alimentación subterránea que, incluso en época de estia-
je, permite un flujo suficiente para mantener el nivel del agua sin apenas
variación. Ese acuífero condiciona la química del agua, pero la actividad
biológica marca los comportamientos de los componentes nitrogenados y
del fósforo, poniendo en valor el balance de masas como indicador funcio-
nal. Cuanto mayor sea nuestro conocimiento sobre estos ecosistemas, me-
jor se podrá llevar a cabo su gestión. Estudios extendidos en el tiempo con
una mayor frecuencia en la columna de agua y en el cinturón de helófitos
aportarían información muy valiosa. Asegurar los aportes actuales de agua
y reducir la fertilización con nitratos en la cuenca son esenciales para la
conservación de este paraje tan singular.
1 Catedrático de Ecología jubilado de la Universidad del País Vasco/EHU, jesus.pozo@ehu.es,
ID https://orcid.org/0000-0003-3104-5423
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Nº 18 | DICIEMBRE 2024 | SABUCO | Artículo
Jesús Pozo
Palabras clave: acuífero, balances, Castilla-La Mancha, ecología, hu-
medal, serie temporal, verano.
ABSTRACT
The concern of wetlands among the scientific community in the last de-
cades is based on the scarcity, the complexity and the great biodiversity of
these ecosystems, where biological activity is high and several ecosystem
services are supplied. This work focuses water physico-chemistry in one of
the best conserved wetlands from La Mancha: The Laguna de los Ojos de Vi-
llaverde. By using geographic viewfinders, weather and water manager data
bases, together with field measures and laboratory analyses, an approach to
water and chemical budgets was performed in summer for 10 years. Small
change in water level surface and a slight thermal stratification of water co-
lumn contrast with expected summer conditions for La Mancha lakes, what
is the result of groundwater fluxes that, even during summer, are enough to
maintain surface water level without noticeable variation. The aquifer in-
fluence water chemistry of the lake, but biological activity affects nitrogen
and phosphorus compounds, showing that mass budget is a good functio-
nal indicator of the ecosystem. The more knowledge we have about these
systems, the better will be their management. Frequent and time extended
research on the water column and the surrounding helophyte border would
provide valuable insight. To maintain present water supplies and to reduce
the use of nitrates as agricultural fertilizers in the catchment are essential
to the wetland conservation.
Key words: aquifer, budgets, Castilla-La Mancha, ecology, summer,
time series, wetland
1. INTRODUCCIÓN
Encontrar una definición precisa y admitida unánimemente del concep-
to humedal no es fácil, como tampoco lo es elegir la denominación apropia-
da para este tipo de sistemas, a caballo entre el agua y la tierra (González
Bernáldez, 1996; Babinger, 2002). En España, en función del área geográfica
y de la cultura local, muchas acepciones diferentes como aguarral, carrizal,
laguna, masiega, nava, ojo o tabla, por citar unas pocas, pueden referirse a
lo mismo. Scheffer (1998) considera que el término humedal hace referen-
cia a lagos someros y al medio terrestre circundante anegado y ocupado
por vegetación ligada al agua, de modo que el conjunto supone un hábi-
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tat muy rico en términos de biodiversidad. En la Ley de Aguas vigente en
España (Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes,
2023), el término humedal sólo aparece citado una vez (artículo 92) y de
manera tangencial, una falta de referencias al término que contrasta con el
gran interés que durante las últimas cuatro décadas ha suscitado entre la
comunidad científica. La primera convención sobre humedales a nivel in-
ternacional celebrada en 1971 en Ramsar (Irán) fue fundamental, creciendo
el interés por los humedales, su conocimiento y su gestión (Cirujano et al.,
2010). Esa importancia medioambiental se ha puesto de manifiesto en un
aumento de aportaciones científicas, tanto en revistas especializadas como
en libros específicos, que, como indica Babinger (2002), proporcionan las
herramientas para su adecuada gestión y conservación. Y ese no ha sido el
único indicador, sino que se han prodigado los eventos, convenciones, con-
gresos… celebrados ad hoc (ej. Sánchez-Carrillo y Angeler, 2010).
La conjunción de aguas abiertas y el gran desarrollo de macrófitos, ade-
más de una gran biodiversidad, confiere a estos ambientes una alta produc-
tividad, principalmente porque la mayoría son lagos pequeños y someros, y
la influencia de su entorno húmedo terrestre es muy fuerte, tanto por la ac-
tividad biológica que se desarrolla ahí, como porque altera la composición
química de la escorrentía superficial que atraviesa ese espacio litoral antes
de llegar a la masa de agua abierta (Wetzel, 2001). Además, los humedales
proporcionan importantes servicios ecosistémicos, como la regulación cli-
mática e hidrológica, la formación de suelos, el control de plagas, la provi-
sión de hábitats (inherentes a la biodiversidad elevada), tanto para especies
residentes como migrantes, al margen de contribuir a la depuración de las
aguas y al reciclaje de nutrientes, aportar alimento, o aspectos recreativos
y culturales (Comín, 2014; Thomaz, 2023). A todo ello hay que añadir que
actualmente son ambientes escasos. Antaño más frecuentes, la disminu-
ción de los mismos durante la mayor parte del siglo XX (Scheffer, 1998; La
Calle, 2003) se debió, entre otras causas, a la eliminación de zonas poten-
cialmente insanas por el estancamiento de sus aguas y al aprovechamiento
de las tierras, antes anegadas, para ampliar zonas agrícolas. En España, a
principios de los noventa, había desaparecido la mitad de los humedales
existentes sólo cuarenta años atrás (Matamala y Aguilar, 2003).
Dado su indudable valor ecológico y su escasez, se entiende la preocupa-
ción ante el deterioro que, desde hace tiempo, vienen sufriendo por la ac-
tividad humana, más si cabe en ambientes mediterráneos (ej. Florín, 1999;
Florín y Montes, 1999; Paracuellos, 2003). Alteraciones de la cuenca hidro-
gráfica, manifestadas en la hidrología, la química del agua, la morfología
del sistema, los vertidos de sustancias tóxicas, la pérdida de especies o la
expansión de especies invasoras, entre otras, son frecuentes en los hume-
dales. Tampoco han sido raros los incendios de la vegetación circundante
al objeto de sacar provecho de los pastos (González et al., 1991), que, a su
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vez, traen asociadas otras consecuencias en las aguas, como el aumento de
la concentración de nutrientes, la turbiedad o la temperatura, así como des-
censos del oxígeno disuelto (Morales et al., 2023). A todo ello hay que sumar
los efectos del cambio climático, con respuestas dependientes del área geo-
gráfica e influidas por otros factores ambientales como la eutrofización o la
acidificación (Adrian et al., 2009). Por esas relaciones, cambio climático y
calidad del agua se postulan como aspectos esenciales actuales y futuros de
la investigación sobre humedales (Gao et al., 2023). Ante toda esa serie de
amenazas, la importancia de la gestión para la conservación de estos siste-
mas es muy elevada (Paracuellos, 2003; Florín, 2011).
El conocimiento profundo de los humedales y de los problemas que los
afectan es resultado de involucrar a un buen número de especialistas, desde
geógrafos y geólogos a hidrólogos, botánicos, zoólogos, ecólogos y limnólo-
gos, entre otros, y de ir construyendo una buena base de datos que podría
estructurarse de manera que fuese fácil disponer de toda la información
existente sobre una misma masa de agua y convertirse en una herramienta
útil para la gestión (Camacho et al., 2019).
El estudio de las características físico-químicas de las aguas dulces si-
gue siendo de actualidad porque la vida en esos ecosistemas está condi-
cionada por ellas y son buenos indicadores de impactos sobre los mismos
(Pinheiro et al., 2021). El balance de masas de agua y de los componentes
químicos que contiene es un aspecto fundamental del funcionamiento de
un sistema lenítico, saldo neto de su actividad, y puede ser buen indicador
de cómo es afectado el sistema por la variabilidad climática y las activi-
dades humanas. Uno de los ejemplos más conocidos, y sobre el que más
información existe, es el lago Mirror, en la región de los lagos de Estados
Unidos, seleccionado en los años 70 para realizar estudios a largo térmi-
no (Winter y Likens, 2009). En este tipo de aproximación, se considera
al ecosistema acuático como una especie de caja negra de la que sólo se
cuantifican entradas y salidas del sistema (Dodds, 2002). Esta tarea no
está exenta de dificultades para medir todos los flujos y compartimentos
en un humedal (Bansal et al., 2023), pero es extremadamente útil para re-
velar deterioros de la calidad del agua y factores hidroclimáticos que más
influyen sobre la disponibilidad de agua a escala anual o estacional, par-
ticularmente en cuencas del sudeste de España (Pulido-Velázquez et al.,
2021). Debido a fluctuaciones locales en el clima de año en año, los balan-
ces deberían extenderse a lo largo de varios años, ya que aportan informa-
ción útil para la planificación de diversos tipos de proyectos, como los de
restauración (Hinegk et al., 2023 y referencias incluidas). Como apuntan
Sánchez-Carrillo y Angeler (2010), los mejores programas sobre manejo y
conservación de los humedales requieren un conocimiento a largo térmi-
no sobre la ecología de estos sistemas.
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El análisis del balance hidrológico y químico cobra especial interés en
cualquier sistema que esté sometido a una fuerte influencia de la recarga
por acuífero, y puede poner de manifiesto la influencia de éste en el man-
tenimiento del sistema lacustre en épocas de estrés hidrológico. En estas
situaciones, en la línea apuntada más arriba, para obtener una respuesta
tendencia es necesario contar con una serie temporal de observaciones más
o menos larga. El objetivo del presente trabajo es realizar una aproximación
a la medida de balances hidrológicos y químicos, así como arrojar luz sobre
la influencia de la recarga hidrológica subterránea durante el verano en el
funcionamiento de la laguna de los Ojos de Villaverde, uno de los muchos
humedales aún presentes en la provincia de Albacete (Castilla La Mancha,
España) (Herreros, 1987; Cirujano et al., 1988; Vicente et al., 1998). Se eligió
en especial la estación estival, época de mayor estabilidad climática en la
región, y una serie temporal de diez años, al objeto de observar resultados lo
menos dependientes posible de la fecha concreta en la que eran obtenidos.
Se trataba de recabar información sobre un aspecto no abordado en este
humedal y suscitar el interés para el desarrollo de estudios más ambiciosos
en este tipo de sistemas tan complejos y valiosos.
2. MATERIAL Y MÉTODOS
2.1. Área de estudio
La laguna de los Ojos de Villaverde se localiza (38º48’28”N, 2º22’12”W, a
920 msnm) en el extremo oriental de la comarca del Campo de Montiel, un
altiplano entre las provincias de Ciudad Real y Albacete (sureste de Castilla-
La Mancha) (figura 1). La delimitación natural de esta comarca, basada en
criterios geomorfológicos, ocupa una extensión de 3936 km2, de los que el
51,8 % corresponden a la provincia de Albacete (Serrano de la Cruz, 2013).
La superficie íntegra de la cuenca de drenaje de la laguna, de una exten-
sión de unos 55 km2, medida realizada con el visor SIGNA (Sistema de Infor-
mación Geográfica Nacional) del Instituto Geográfico Nacional, Ministerio
de Transportes y Movilidad Sostenible (IGN, 2023a), abarca territorio de los
municipios de Alcaraz, El Ballestero, El Bonillo y Robledo, llegando a ro-
zar el de Lezuza. Esta cuenca está delimitada por cumbres que superan los
1060 m en la Cabeza de Villaverde, por el este, y el Cerro de Don Juan, por
el oeste, y forma parte de la cabecera de la Demarcación del Júcar (figura 1).
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Figura 1. Área de estudio. En el centro se muestra un mapa de la zona con el área sombreada
correspondiente a la cuenca hidrográfica de la Laguna de los Ojos de Villaverde. A la derecha,
sobre la imagen, se indican las estaciones de muestreo: S y P corresponden a tributarios de la
laguna, C, C2, R y R2 a emisarios de la misma. Los números señalan las estaciones dentro de
la laguna. Figura confeccionada a partir del visor SIGNA de Instituto Geográfico Nacional.
2.1.1. Geología
El substrato geológico de la cuenca hidrográfica de la laguna está do-
minado por calizas y calizas oolíticas del Jurásico (unidad geológica 44).
Adquieren también importancia las margas verdes con intercalaciones de
dolomías y calizas y, ocasionalmente, yesos (unidad geológica 41) (tabla 1).
Se dan cita, asimismo, las gravas cuarcíticas del Terciario. A lo largo del río
Pontezuelas, que da lugar a la laguna, y más recientes (Cuaternario), son
importantes los depósitos aluviales de fondo de valle y, en menor medida,
otras dolomías, calizas y arcillas (IGN, 2023b). Estos materiales geológicos
facilitan la permeabilidad, propiciando el desarrollo de importantes acuí-
feros en esta zona (González, 2000; González y Vázquez, 2000). Un grupo
de manantiales alimentan la laguna a través del río Pontezuelas y del arroyo
del Sabinar, así como mediante surgencias en el fondo de la misma. Estas
aguas subterráneas formaban parte, hasta muy recientemente, de la masa
080.136 Lezuza-El Jardín, que en la revisión del tercer ciclo de planifica-
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ción hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Júcar (2022-2027) se
ha dividido en dos: 080.136A Lezuza y 080.136B El Jardín (CHJ, 2024a). La
masa de agua subterránea de la cuenca del humedal (080.136B El Jardín)
está sujeta al Programa Operativo de Control de la Contaminación de Ori-
gen Difuso por Nitratos de este organismo de cuenca.
2.1.2. Clima
La zona se caracteriza por un clima mediterráneo continental, con in-
viernos fríos que contrastan con veranos bastante cálidos. Las lluvias se re-
parten de modo irregular a lo largo del año, con máximos en primavera y
otoño y sequía en verano (Fernández, 2000).
Dada la falta de estación meteorológica en las inmediaciones del hume-
dal, para el presente trabajo, que se ha prolongado en el tiempo 10 años, se
ha tratado de localizar estaciones meteorológicas lo más próximas al área
de estudio que proporcionasen series completas de datos de precipitacio-
nes y temperaturas, cosa que no ha resultado fácil; en unos casos se trata-
ba de pluviómetros y, en otros, las series de datos estaban incompletas. A
efectos de caracterizar el área de estudio durante esos años, la temperatura
media anual ha sido de 12,9 ºC y las medias mensuales se han movido en-
tre una mínima de 2,5 ºC, en Febrero de 2018, y una máxima de 26,9 ºC, en
Julio de 2015 (datos abiertos en la Agencia Estatal de Meteorología, esta-
ción 4096Y-Munera) (AEMET, 2024). Las precipitaciones anuales, propor-
cionadas por el pluviómetro de la AEMET 8167 El Ballestero, más cercano
a la laguna, han oscilado entre los 362 l/m2 de 2017 y los 827,6 l/m2 de 2010,
con una media para el periodo de estudio de 544,5 l/m2 (J. C. Romero, com.
pers.). Alternativamente, los valores proporcionados por la base de datos
WorldClim 2 (Fick y Hijmans, 2017) para las coordenadas de la laguna, con
resolución de 1 km2, han sido de una temperatura media anual de 13,1 ºC y
una precipitación anual de 454 l/m2.
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Tabla 1. Geología (composición de las litologías, superficie ocupada y edad de los estratos. Información obtenida del Mapa
Geológico Continuo de España a escala 1:50.000 a través de SIGNA) y usos del suelo (datos de CORINE 2018 obtenidos a
través de SIGNA) de la cuenca de drenaje de la laguna de los Ojos de Villaverde.
LITOLOGÍA USO DEL SUELO
Código
unidad
geológica
Materiales Superficie
ha Edad inferior Edad Superior Tipo de uso Superficie
ha %
33
Dolomías, dolomías tableadas, brechas
calcáreas, carniolas y calizas tableadas.
Unidad carbonatada inferior de la Cobertera
tabular de la Meseta
178 Noriense (Triásico
Superior)
Pliensbachiense
(Jurásico Inferior)
Agricultura: Tierras de labor
en secano, terrenos regados
permanentemente, mosaico
de cultivos, frutales, cultivos
combinados con vegetación
natural
2347 42,66
41
Margas verdes con intercalaciones de
dolomías y calizas y, ocasionalmente, yesos.
Unidad margosa inferior de la Cobertera
tabular de la Meseta
959 Pliensbachiense
(Jurásico Inferior)
Pliensbachiense
(Jurásico Inferior)
44
Calizas oolíticas y calizas, con esporádicos
niveles de dolomías y calizas margosas y
brechoides. Unidad carbonatada superior de
la Cobertera tabular de la Meseta
3382 Pliensbachiense
(Jurásico Inferior)
Toarciense
(Jurásico Inferior) Forestal: Sistemas
agroforestales (dehesa),
bosques mixtos
2617 47,56
343 Gravas cuarcíticas en matriz arcillosa roja 609 Turoliense (Mioceno) Rusciniense
(Plioceno)
363 Arcillas de descalcificación. Fondos de dolina 69
Villafranquiense
(Plioceno-
Pleistoceno)
Holoceno (Actual)
Zonas terrestres sin uso
económico: Pastizales
naturales, matorrales
esclerófilos, matorral boscoso
de transición
483 8,78
366 Eluvial-coluvial 1 Pleistoceno Holoceno (Actual)
371 Travertinos 4 Pleistoceno Holoceno (Actual) Zonas de agua sin uso
económico: Humedales y zonas
pantanosas
55 0,99
397 Depósitos aluviales, fondo de valle 260 Holoceno (Actual) Holoceno (Actual)
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2.1.3. Vegetación y usos del suelo
La ocupación del suelo de esta cuenca está dominada por sistemas fo-
restales y tierras de cultivo, que, en su conjunto, representan el 90 % de la
superficie; se suman pastizales y matorrales, con algo menos del 9 %, y los
humedales con un 1 % (tabla 1). Estos datos se han obtenido a través de SIG-
NA con el servicio añadido de ocupación del suelo de IDEE (Infraestructura
de Datos Espaciales de España) (IGN, 2023c). El bosque natural está forma-
do por encinares de Quercus ilex L. subsp. ballota (Dest.) Samp. y sabinares
de Juniperus thurifera L., con algunos quejigares (Quercus faginea L.). En el
entorno de la laguna, y conformando el humedal, aparece una espesa orla
de helófitos (figura 2) dominada por el carrizo, Phragmites australis (Cav.),
al que acompaña la masiega, Cladium mariscus (L.) Pohl y otras especies de
helófitos (JCCM, 2023).
2.1.4. La laguna
La lámina de aguas libres de la laguna dibuja una figura alargada serpen-
teante en la dirección norte-sur (figuras 1 y 2), a una altitud de 920 m, de unas
5,5 ha de superficie, un perímetro de 1810 m, con una longitud de 610 m, an-
churas que varían entre los 30 y los 145 m (IGN, 2023a) y una profundidad
máxima medida de 9,4 m. Según Vicente et al. (1998), se trata de un lago cárs-
tico frágil que representa un afloramiento de agua subterránea de extensión
poco frecuente en Europa y muy interesante desde el punto de vista cientí-
fico. Es alimentado por el río Pontezuelas y el arroyo del Sabinar. Desagua al
río Cubillo (o Jardín) por medio de varios canales o regueras artificiales.
Figura 2. Imagen general del humedal sobre la que se ha superpuesto (izquierda y abajo) una
imagen desde dentro de la laguna. Fotografías del autor.
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Este tipo de lagunas se originaron por la precipitación de carbonato cál-
cico, que a lo largo del Holoceno fueron formando barreras tobáceas que
cerraron el cauce del río donde tuvieron lugar (cierre travertino). Suelen ser
propias de cabeceras donde los acuíferos regulan los aportes de agua (García-
Rodeja et al., 2009). En las orillas de los sistemas formados por ese proceso se
desarrollaron formaciones de C. mariscus. La laguna de los Ojos de Villaver-
de, con un cinturón perilagunar de P. australis y C. mariscus como especies
dominantes, que llega a superar los 350 m de anchura, es un ejemplo.
Según la caracterización de los tipos de masas de aguas superficiales
de la Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo (DOCE,
2000) se trata de un lago alto (> 800 m), de profundidad media (3-15 m), de
pequeño tamaño (0,5-1 km2) y de geología calcárea. Corresponde con el tipo
L-T12, lago cárstico, calcáreo, permanente, cierre travertino, definido por
las autoridades del agua (CHJ, 2024b).
En 2006 se aprobó el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales y se
declaró Reserva Natural de la Laguna de los Ojos de Villaverde y su zona
periférica de protección mediante Decreto 44/2006 de 25 de abril de la Con-
sejería de Medio ambiente y Desarrollo Rural del Gobierno de Castilla-La
Mancha (DOCM, 2006). No es esa la única figura de protección de este pa-
raje; está integrado en la Red Natura 2000, red europea de espacios basada
en la Directiva de Hábitats de 1992 y en la Directiva de Aves de 2009. La
componen dos tipos de espacios: ZEPA (zonas de especial protección para
las aves) y LIC (lugares de importancia comunitaria). Dentro de esta última
categoría, la laguna es un ZEC (zona especial de conservación) de 343,71
ha de superficie cuyo código es ES4210005; dispone de su propio Plan de
Gestión (JCCM, 2023).
2.2. Metodología
La selección de puntos de muestreo se realizó obedeciendo al criterio de
poder calcular balances de masas, por lo que, como tributarios al humedal,
al norte del mismo, se estableció una estación en el río Pontezuelas (P) y otra
en el arroyo del Sabinar (S) (figura 1). Ambas servían para determinar apor-
taciones de la escorrentía superficial al humedal. Al sur de la laguna, y como
emisarios, existen tres canales, denominados aquí Canal (C), Canal 2 (C2) y
Reguera (R). Este último se bifurca en ciertas ocasiones, cuando los caudales
son más elevados, generándose Reguera 2 (R2). Las estaciones en estos emi-
sarios servían para cuantificar las salidas superficiales del sistema.
Así mismo, al inicio del periodo de estudio, el 30 de Julio de 2010 y el 12
de Agosto de 2011, y con objeto de tener una idea aproximada de las condi-
ciones de la laguna desde el punto de vista espacial, tanto horizontal como
vertical, se seleccionaron y muestrearon 8 estaciones, distribuidas tanto a
lo largo del eje central (2, 3, 4 y 5), como próximas al litoral (1, 6, 7 y 8) (fi-
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gura1). Esto nos permitía comparar características morfológicas y físico-
químicas con el trabajo de González et al. (1991), el de más amplio espectro
realizado en este humedal hasta la fecha. La ubicación de todos estos pun-
tos se llevó a cabo a través del visor SIGNA (ej., IGN, 2023a).
De las estaciones centrales de la laguna, la 3 se eligió para el seguimiento
de la columna de agua a largo término. La colocación de una boya anclada
al lecho en el lugar permitió reiterar los muestreos de la serie temporal en
el mismo punto. Tributarios (S, P), emisarios (C, C2, R) y la estación 3 de la
laguna se muestrearon en época estival durante diez años (de 2010 a 2019).
La estabilidad climatológica de esta época del año en la zona mitiga la po-
tencial variabilidad asociada al día o momento de realizar el muestreo. En
ninguna ocasión se superaron los 10 l/m2 de precipitación en los 30 días
previos a cada uno de esos muestreos. Entre 2011 (8 de Diciembre) y 2012 (7
de Abril y 28 de Diciembre) se realizaron muestreos adicionales de caracte-
rización en otras épocas del año (invierno y primavera) tanto en la estación
3 de la laguna como en los tributarios y emisarios.
Por lo que respecta a la toma de datos y muestras en tributarios y emi-
sarios, el caudal se calculó combinando medidas de sección del cauce (an-
chura x profundidad media) y de velocidad del agua (correntímetro Martin
Marten Z30, Barcelona) mediante la expresión: caudal (l/s) - sección trans-
versal (cm2) x velocidad media (cm/s)/1000. Las medidas de temperatura,
pH, conductividad y oxígeno disuelto en el agua se realizaron in situ me-
diante una multiparamétrica (HANNA HI 9828; HANNA Instruments Inc.
Woonsocket, USA). Adicionalmente, en cada ocasión se tomaron muestras
de agua para la determinación de otros parámetros químicos en laboratorio.
El desplazamiento para la toma de datos o muestras en la laguna se reali-
zaba mediante neumática sin motor. En las primeras fases del estudio (Julio
de 2010 y Agosto de 2011), se realizaron 4 transectos batimétricos perpen-
diculares al eje principal de la laguna (figura 3). Se comenzaba midiendo la
profundidad con cinta lastrada a 0, 2 y 5 m de distancia desde la orilla, con-
tinuando después cada 5 metros, hasta llegar a la orilla opuesta, donde se
repetían las medidas de aproximación del inicio. En todas las estaciones de
la laguna (1-8, figura 1), los perfiles verticales de temperatura, pH, conducti-
vidad y oxígeno disuelto se realizaron mediante multiparamétrica HANNA
HI9828, con sonda de 20 m, anotando los datos cada 0,5 m de profundidad.
Como indicador de la transparencia del agua, se anotaba la profundidad de
visión del disco de Secchi (Wetzel y Likens, 1991). En función del espesor de
la columna de agua, en cada estación se tomaban muestras de agua a dos
o tres profundidades mediante botella Niskin (Aquatic BioTechnology, El
Puerto de Santa María, Cádiz) para análisis posterior.
En la estación 3, que fue la única donde el seguimiento se extendió a lo
largo de 10 años, la toma de muestras de agua se llevó a cabo a tres profundi-
dades (superficie, intermedia y profunda) durante los cinco primeros años, y
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a cuatro (en superficie, a 3 metros, a 6-7 metros y a 8-8,5 metros), los cinco últi-
mos. La profundidad se midió con cinta lastrada los tres primeros años y me-
diante sonda Plastimo Echotest II (Plastimo, Lorient, Francia) los siguientes.
En todos los casos, la alcalinidad se medía inmediatamente por titula-
ción con H2SO4, 0,02 N, utilizando el indicador mixto rojo de metilo-verde
de bromocresol (Wetzel y Likens, 1991). La determinación de clorofila a se
llevó a cabo mediante espectrofotometría después de filtrar (filtros What-
man GF/C) entre 700 y 1000 ml de agua (dependiendo de la saturación del
filtro) y posterior extracción de los pigmentos con etanol al 95 % (Sartory y
Grobelaar, 1984). Para el análisis de nutrientes el agua era filtrada (filtros
Millipore de 0,45 µm), congelada y, posteriormente, analizada en laborato-
rio. La concentración de amonio se determinó por el método del salicilato,
el nitrito, por el de la sulfanilamida, y el fósforo reactivo soluble (FRS), por
el del molibdato (APHA, 2005). El Servicio Central de Análisis de Bizkaia
(SCAB), de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País
Vasco (UPV/EHU), determinó los aniones Cl-, SO4
2- y NO3
-, por electroforesis
capilar (EC), y los cationes Ca2+, K+, Mg2+ y Na+, mediante espectrometría de
emisión atómica de plasma acoplado por inducción (ICPAES).
La concentración de sólidos en suspensión se determinó sobre filtros
Whatman GF/F, tras filtrar un volumen de agua semejante al del análisis de
clorofila. Los filtros con la muestra se secaban en estufa a 60 ºC (48 h) para
determinar el peso seco del material retenido y, posteriormente, se calci-
naban a 500 ºC para obtener el peso de las cenizas y, por diferencia con el
peso seco, el contenido en materia orgánica de la muestra. Los resultados se
expresaban en términos de peso seco libre de cenizas (mg PSLC/l).
Con los datos de concentración de cada elemento en el agua y de caudal
se calcularon las masas transportadas (concentración x caudal) y se deter-
minaron balances como cocientes entre las entradas y las salidas superfi-
ciales del humedal para cada uno de ellos.
Para dilucidar relación estadística significativa entre dos variables se
empleó el análisis de correlación. La prueba de la t de Student se utilizó
para comprobar diferencias significativas entre pares. La información so-
bre la columna de agua para el conjunto de variables examinadas en ve-
rano, tanto a nivel espacial en la laguna (todas las estaciones, dos años),
como local (estación 3, diez años de seguimiento), se ha resumido mediante
análisis de componentes principales (ACP). Este conjunto de análisis se ha
llevado a cabo con SPSS (IBM SPSS Statistics, versión 28.0.1.1).
3. RESULTADOS
El elemento más llamativo del humedal sobre el que se ha desarrolla-
do la mayor parte de este trabajo es la lámina de agua libre. Los resultados
Nº 18 | DICIEMBRE 2024 | SABUCO | Artículo
- 91 -
LAGUNA DE LOS OJOS DE VILLAVERDE: UNA APROXIMACIÓN A LA VARIABILIDAD
HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
del estudio batimétrico de la laguna, realizado con el único propósito de
comprobar si se había producido alguna modificación con respecto a los
resultados de González et al. (1991), han puesto de manifiesto un vaso bas-
tante regular, con profundidades en las orillas de entre dos y tres metros,
alcanzándose, en la mayoría de los casos, el 70% de la profundidad máxima
de cada transecto a sólo 5 m de la orilla (figura 3). Las profundidades máxi-
mas fueron de 6,2 m en el transecto I, de 9,3 m en el II, de 8,75 m en el III y
de 7m en el IV.
Figura 3. Imagen de la laguna tomada a través del visor SIGNA sobre la que se han señalado
los transectos (de arriba abajo, I, II, III y IV) realizados para las medidas batimétricas. A la
derecha se muestran los perfiles de anchura (eje horizontal) y profundidad (eje vertical)
obtenidos para cada transecto.
Al margen del análisis batimétrico anterior, en la estación 3 la profundi-
dad máxima de la columna de agua se situó entre 9,1 y 9,4 m a lo largo de los
diez años. En el resto de las estaciones las profundidades máximas oscila-
ron entre los 2,2 m, de la estación 1, y los 8,75, de la 4.
Los resultados de las variables medidas in stu durante el periodo de
estudio, tanto en ríos como en la estación 3 de la laguna, se resumen en la
tabla 2. El caudal registrado en los diferentes cursos de agua en verano se
situó entre 0 y 239 l/s, para los tributarios, y entre 0 y 307 l/s, para los emi-
sarios. Como se observa en la tabla, los valores encontrados en otras épo-
cas del año (Abril y Diciembre, ver Metodología) amplían esos rangos. Los
dos únicos cauces que mantuvieron flujo de agua en todas las ocasiones
- 92 -
Nº 18 | DICIEMBRE 2024 | SABUCO | Artículo
Jesús Pozo
fueron el río Pontezuelas, tributario al humedal, y el Canal, emisario del
mismo. Por lo que respecta a la temperatura, el rango de valores de verano,
entre 13,5 y 18 ºC para tributarios, lo estableció el río Pontezuelas, quedan-
do los del arroyo del Sabinar dentro del mismo. Los emisarios presentaron
valores más altos, al ser alimentados por las aguas superficiales de la lagu-
na, más calientes (tabla 2). En la laguna, la temperatura de verano para los
diez años de estudio se movió entre los 15,3 ºC, cerca del fondo, y los 22,8
de la superficie. La mayor diferencia entre fondo y superficie de la laguna
se dio en 2010, entre 15,1 y 21,4 ºC; la mínima se produjo en 2019, entre 18,1
y 20,9ºC. La termoclina (máximo gradiente de la temperatura con la pro-
fundidad,ºC/m) varió entre 1,7 ºC/m, en el primer metro de profundidad
en 2010, y 0,5 ºC/m de los 7 a los 8 metros de profundidad en 2018 (figura
4A). El rango de los valores de pH en verano estuvo entre 7,22 y 8,79 para
los tributarios, y entre 7,14 y 8,23 para los emisarios; en la estación 3 de la
laguna oscilaron entre 7,04, en la zona profunda, y 8,01, en superficie, con
la mayor variabilidad vertical (más de 8 décimas) en 2012 (figura 4B). La
conductividad osciló entre los 542 µS/cm, medidos en la Reguera, y los
715 µS/cm registrados en el arroyo del Sabinar. En la laguna, aún encon-
trándose dentro de ese rango, la conductividad tendía a aumentar con la
profundidad (tabla 2, figura 4C). La época del año apenas hacía variar ese
rango de valores. La comparativa de la conductividad entre el tributario
y el emisario permanentes indica que, en general, el agua sale con menos
sales de la que entra por escorrentía superficial (t = 6,3, p < 0,01).
Tabla 2. Localización y rangos de valores para las variables medidas in situ
a lo largo del periodo de estudio (2010-2019) en tributarios (Pontezuelas y
Sabinar), emisarios (Canal, Canal 2, Reguera y Reguera 2) y en la estación 3
de la laguna a varias profundidades. Para ésta se incluyen dos parámetros
más analizados en laboratorio: valores de sólidos en suspensión (SS en
términos de peso seco libre de cenizas, PSLC) y concentración de clorofila a.
Los rangos sin paréntesis se refieren a valores en verano, los indicados entre
paréntesis recogen los encontrados también en otras épocas del año
(Abril y Diciembre, ver Metodología).
Estación Coordenadas Caudal
l/s
Temperatura
º C pH Conductividad
µS/cm
Oxígeno
mg/l
Oxígeno
%
Pontezuelas 38º49’02” N
2º22’07” W
1,2-239
(1,2-365)
13,5-18,0
(9,0-18,0)
7,73-8,79
(7,54-8,79)
644-703
(644-741)
7,1-10,3
(7,1-10,5)
79,2-115,0
(78,2-115,0)
Sabinar 38º48’43” N
2º22’34” W
0-24,1
(0-25,6)
16,0-17,0
(13,0-17,0)
7,22-7,8
(6,46-7,8)
656-715
(656-715)
6,7-7,9
(6,7-8,9)
75,0-91,4
(69,2-97,2)
Canal 38º48’11” N
2º21’58” W
14,2-307
(14,2-398)
18,1-21,4
(3,1-21,4)
7,14 -7,8
(7,1-8,5)
588-666
(588-725)
2,7-7,4
(2,7-9,1)
32,4-77,4
(32,4-92,0)
Nº 18 | DICIEMBRE 2024 | SABUCO | Artículo
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LAGUNA DE LOS OJOS DE VILLAVERDE: UNA APROXIMACIÓN A LA VARIABILIDAD
HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
Estación Coordenadas Caudal
l/s
Temperatura
º C pH Conductividad
µS/cm
Oxígeno
mg/l
Oxígeno
%
Canal 2 38º48’05” N
2º22’00” W
0-103
(0-217)
20,1-23,7
(7,2-23,7)
7,59-7,84
(7,59-8,13)
641-658
(641-700)
7,4-8,7
(7,4-10,8)
90,8-113,0
(85,5-127,0)
Reguera 38º47’53” N
2º22’10” W
0-100
(0-155)
19,3-22,7
(7,2-22,7)
7,42-8,07
(7,42-8,15)
542-664
(542-701)
6,0-9,2
(6,0-12,9)
76,3-113,0
(76,3-146,0)
Reguera 2 38º4753” N
2º22’09” W
0-6,7
(0-276)
20,4-23,2
(7-23,2)
7,74-8,23
(7,72-8,23)
596-660
(596-660)
7,7-8,8
(7,7-11,5)
96,1-112,5
(94,5-118,0)
Estación 3
de la laguna
38º48’29” N
2º22’13” W
SS
mg/l PSLCClorofila
a µg/l
Temperatura
º C pH Conductividad
µS/cm
Oxígeno
mg/l
Oxígeno
%
0 m 0,21-2,13 0,29-2,29 18,8-22,8
(10,0-22,8)
7,72-8,01
(7,72-8,24)
573-694
(573-708)
6,9-8,4
(6,9-8,9)
84,7-107,2
(83,7-107,2)
3 m 1,06-3,73 0,26-4,59 18,3-22,3
(9,9-22,3)
7,61-7,99
(7,6 1-7,9 9)
568-700
(568-708)
6,1-8,8
(6,1-9,7)
73,1-107,6
(73,1-107,6)
6 m 1,24-2,08 0,39-1,60 16,6-21,5
(9,9-21,5)
7,38-7,68
(7,38-7,95)
590-705
(590-708)
5,4-10,2
(5,4-10,4)
63,0-118,9
(63,0-118,9)
8,5 m 1,64-4,67 0,3-3,18 15,3-19,3
(9,8-19,3)
7,04-7,4
(7,04-7,96)
617-713
(617-713)
0,8-8,4
(0,8-10,9)
9,2-128,3
(9,2-128,3)
Las aguas se encontraban bien oxigenadas, si bien en alguna ocasión,
tanto en el Canal como en aguas profundas de la laguna llegamos a encon-
trar valores que marcan los límites inferiores de los rangos, aunque sin lle-
gar a la anoxia (tabla 2). En sentido contrario, algunos veranos, los niveles
de oxígeno en profundidad llegaban a estar por encima del valor de satu-
ración (2011, 2015, 2016 y 2019), diferenciándose claramente de los de otras
épocas del año (Abril, Diciembre), más homogéneos a lo largo de la colum-
na de agua (figura 4D). Como variables medidas en la estación 3 de la lagu-
na, la profundidad de visión del disco de Secchi arrojó valores entre 2,25 y
4,8 m, dependiendo del muestreo; las medidas obtenidas en 2010 y 2011 en
el resto de estaciones se situaron entre los 2,2 m de la estación 2 y los 5,75
m de la 4. La concentración de la fracción orgánica (en términos de peso
seco libre de cenizas) de los sólidos en suspensión en la columna de agua
varió entre 0,21 y 4,67 mg/l, con los valores más elevados situándose a 3 m
de profundidad y cerca del fondo (tabla 2). Este patrón fue semejante para
el caso de la concentración de clorofila a, que osciló entre 0,26 y 4,59µg/l.
La correlación de Pearson entre ambas variables resultó altamente signifi-
cativa (r = 0,68, p < 0,01).
- 94 -
Nº 18 | DICIEMBRE 2024 | SABUCO | Artículo
Jesús Pozo
Tabla 3. Rangos de valores para las variables químicas medidas en laboratorio a lo largo del periodo de estudio, tanto en
tributarios como en emisarios, así como en la estación 3 de la laguna (a varias profundidades). Los rangos sin paréntesis se
refieren a valores en verano, los indicados entre paréntesis recogen valores encontrados también en otras épocas del año.
Estación Alcalinidad
meq/l
Ca
mg/l
K
mg/l
Mg
mg/l
Na
mg/l
Cl
mg/l
SO4
mg/l
NH4-N
µg/l
NO2-N
µg/l
NO
mg/l
PO4-P
µg/l
Pontezuelas 6,0-6,6
(6,0-6,8)
39,0-65,6
(39,0-71,8)
0,7-1,5
(0,4-1,9)
16,2-23,8
(16,2-26,6)
4,0-5,1
(4-5,3)
7,5-16,8
(7,5-16,8)
14,3-29,6
(14,3-30,7)
11,6-72,0
(11,6-72,0)
7,2-16,9
(2,7-16,9)
24,7-44,5
(18,9-44,5)
1,4-22,0
(1,4-22,0)
Sabinar 5,5-5,8
(5,4-5,8)
51,4-90,0
(51,4-90,0)
0,6-1,8
(0,6-1,8)
14-23,3
(14-23,3)
3,8-4,7
(3,8-5,0)
5,3-9,7
(5,3-11,2)
17,5-31,5
(17,5-36,7)
10,8-58,3
(9,0-58,3)
7,4-15,3
(3,0-15,3)
29,0-55,0
(29,0-55,0)
7,8-18,5
(2,4-24,0)
Canal 1 5,2-6,0
(5,2-6,3)
37,8-72,9
(37,8-81,8)
0,8-1,7
(0,8-2,2)
16,4-21,7
(16,4-24)
4,1-6,2
(4,1-6,2)
4,6-15,0
(4,6-31,0)
11,4-34,1
(11,4-37,2)
10,8-51,2
(10,8-51,2)
7,5-24,6
(1,5-24,6)
15,7-33,3
(15,7-33,9)
4,9-24,5
(2,8-24,5)
Canal 2 5,4-5,9
(5,4-6,0)
39,1-47,4
(34,3-78,0)
1,0-1,2
(1,0-1,9)
18,7-21,4
(13,3-24,3)
4,1-4,9
(3,7-5,2)
9,7-10,5
(7,2-16,5)
23,8-26,1
(22,5-35,1)
18,2-44,2
(10,8-44,2)
2,0-17,9
(2,0-17,9)
31,4-38,7
(17,6-40,2)
11,1-33,4
(0,7-33,4)
Reguera 1 4,4-6,1
(4,4-6,1)
35,9-62,7
(35,9-81,4)
0,6-1,6
(0,6-2,5)
16,4-22,2
(16,4-23,4)
3,9-6,2
(3,9-6,2)
6,6-13,4
(6,6-15,4)
13,8-29,5
(13,8-34,4)
15,9-76,0
(7,3-76,0)
1,3-20,5
(1,3-20,5)
16,0-31,4
(16,0-38,6)
1,8-25,1
(1,8-25,1)
Reguera 2 5,1-6,1
(5,1-6,1)
33,6-50,4
(33,6-77,6)
1,0-1,2
(1,0-2,3)
19,0-20,4
(16,3-23,9)
4,8-5,4
(4,1-5,4)
9,5-10,1
(8,0-13,4)
23,1-27,0
(18,9-33,6)
15,9-70,1
(5,6-70,1)
10,9-20,5
(0,2-20,5)
20,0-38,9
(20,0-38,9)
2,8-13,5
(2,8-28,8)
Estación 3
(0 m)
5,1-6,1
(5,1-6,2)
39,2-65,5
(39,2-82,3)
0,7-1,6
(0,7-2,1)
13,0-20,7
(13,0-23,1)
3,1-5,2
(3,1-5,2)
7,1-13,1
(7,1-14,1)
16,4-29,6
(16,4-29,6)
12,4-57,2
(12,4-103,2)
15,8-39,5
(2,7-39,5)
24,3-41,7
(24,3-41,7)
4,9-33,1
(4,2-33,1)
Estación 3
(3-4 m)
5,2-6,1
(5,2-6,2)
41,8-77,5
(41,8-77,5)
0,7-1,5
(0,7-2,2)
17,8-21,1
(17,8-23,9)
4,4-5,3
(4,4-5,3)
7,4-11,5
(7,4-11,5)
20,4-29,7
(20,4-29,7)
24,2-72,3
(24,2-72,3)
14,6-42,6
(3,4-42,6)
22,0-37,2
(22,0-37,2)
1,4-12,2
(1,4-12,2)
Estación 3
(7,5-8,5 m)
5,6-6,4
(5,6-6,4)
41,2-127,0
(41,2-127,0)
0,9-1,9
(0,9-2,2)
14,8-21,2
(14,8-24,1)
3,8-5,4
(3,8-6,5)
5,9-10,5
(5,9-14,5)
15,2-30,7
(15,2-32,6)
29,1-111,5
(29,1-134,5)
21,2-105,7
(4,1-105,7)
15,4-39,2
(15,4-39,2)
1,8-17,9
(1,8-17,9)
Nº 18 | DICIEMBRE 2024 | SABUCO | Artículo
- 95 -
LAGUNA DE LOS OJOS DE VILLAVERDE: UNA APROXIMACIÓN A LA VARIABILIDAD
HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
Los resultados del resto de componentes del agua analizados se presen-
tan en la tabla 3. Los análisis de las muestras de verano durante los diez
años del estudio indican que la alcalinidad osciló entre 4,4 y 6,6 meq/l, en
aguas corrientes, y entre 5,1 y 6,4, en la laguna; el Ca2+, entre 33,6 y 90 mg/l
en ríos y de 39 a 127 en la laguna; los rangos de valores para K+, Mg2+, Na+,
Cl-, SO4
2- y PO4
3--P difirieron poco entre los cursos de agua y la laguna. Los
rangos más dispares entre uno y otro tipo de masa de agua se dieron en el
caso del NH4
+-N (10,8-76 para ríos y 12,4-111,5 para la laguna) y del NO2
--N
(1,3-24,6 y 14,6-105,7, respectivamente).
Figura 4. Perfiles verticales de Temperatura (A), pH (B), Conductividad (C) y % de Saturación
de oxígeno (D) en la estación 3 de la laguna en cada fecha de muestreo.
Figura 5. Distribución de
muestras en el plano definido
por los dos primeros ejes (1,
horizontal; 2, vertical) de un
Análisis de Componentes
Principales (ACP) llevado a cabo
sobre los datos de las variables
físico-químicas de las ocho
estaciones (estudio espacial,
años 2010 y 2011) de la laguna. El
primer número de cada código
indica la estación de muestreo,
la letra indica superficie (S),
profundidad media (M) o fondo
(F), las dos últimas cifras se
refieren al año (2010 ó 2011).
- 96 -
Nº 18 | DICIEMBRE 2024 | SABUCO | Artículo
Jesús Pozo
Dada la diferencia de profundidades entre estaciones litorales y centra-
les de la laguna, muestreadas en 2010 y 2011 con objeto de obtener informa-
ción de la misma a nivel espacial, únicamente se presenta un resumen de
los resultados de la físico-química del agua mediante un análisis de com-
ponentes principales (figura 5). La varianza explicada por los dos primeros
ejes es del 58,9 %. Se pone de manifiesto la diferencia temporal ligada a li-
geros cambios de mineralización del agua (conductividad y alcalinidad son
las variables que más explican el eje 1); el eje 2, relacionado con la variación
de temperatura, así como con pequeñas diferencias en cationes y aniones,
provoca una mayor dispersión de los datos del verano de 2011. Por lo que al
seguimiento largo se refiere (datos sólo de la estación 3 durante diez años),
la información queda resumida en las figuras 6 (plano de las variables) y 7
(plano de las muestras). Los dos primeros componentes explican el 42,6 %
de la varianza total de los datos; el primero, con el 23,9 %, está relacionado
fundamentalmente con el pH y el porcentaje de saturación de oxígeno, en
la parte positiva, y con la alcalinidad y el NO2
-, en la negativa; el eje 2 (18,7
%) viene marcado por el NO3
- y por la conductividad, en la parte positiva
y, en menor medida, por la temperatura, en la negativa (figura 6). Sin re-
presentar, el tercer eje (17,2 %) informa, esencialmente, de los aniones Cl- y
SO4
2-; ninguno de los demás componentes alcanza el 10 % de la varianza.
Esa combinación de variables produce que, en el plano de las muestras (fi-
gura 7), localicemos las de la superficie de la laguna en el extremo positivo
del eje 1, mientras que en el lado opuesto se sitúan las de zona profunda.
Entre ambas quedan las de profundidades intermedias. Así pues, este eje
informa de la variabilidad vertical de la columna de agua, relacionada con
procesos fotosintéticos, pero afectada por variables que informan del eje
2 (NO3
-, Conductividad), lo cual produce una dispersión importante de las
muestras de cada profundidad de la columna de agua a lo largo de este se-
gundo eje, y representa una variabilidad en el tiempo de las condiciones de
cada una de ellas.
La tabla 4 resume los resultados más relevantes en cuanto a los balances
de masas. En ella se recogen las entradas al humedal, tanto de agua por esco-
rrentía superficial, como de los cationes y aniones contenidos en la misma,
así como los cocientes (balances) entre las entradas del conjunto de tributa-
rios y las respectivas salidas por el conjunto de emisarios en cada muestreo.
Se han añadido estadísticos descriptivos (media y desviación típica en cada
caso), así como significación estadística de las relaciones entre entradas y sa-
lidas (correlación de Pearson) y de las diferencias entre las mismas (prueba
de la t). Por simplificar, se obvia incluir las salidas de cada elemento en la
tabla, habida cuenta que son fácilmente calculables a partir de cada entrada
y su respectivo cociente E/S. De los datos expuestos se desprende que, salvo
en el caso del NO2
-, se daba una estrecha relación entre las entradas de cada
elemento y sus respectivas salidas, aunque la cantidad de masa de cualquier
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LAGUNA DE LOS OJOS DE VILLAVERDE: UNA APROXIMACIÓN A LA VARIABILIDAD
HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
elemento que entraba al humedal no llegaba a alcanzar, por término medio,
el 45 % de las salidas del mismo. La significación de las diferencias entre en-
tradas y salidas para todas las substancias abunda en ello.
Figura 6. Distribución de variables en el plano definido por los dos
primeros ejes (1, horizontal; 2, vertical) del Análisis de Componentes
Principales (ACP) realizado con los datos de las variables físico-
químicas de la estación 3 a lo largo de los diez años.
Figura 7. Distribución de muestras en el plano definido por los dos
primeros ejes (1, horizontal; 2, vertical) del Análisis de Componentes
Principales (ACP) realizado con los datos de las variables físico-químicas
de la estación 3 a lo largo de los diez años. En cada código, las letras
indican superficie (S), profundidad media (M), profundidad sobre fondo
(SF) y fondo (F), el número de dos cifras hace referencia al año (de 2010
a 2019).
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Jesús Pozo
Tabla 4. Entradas (E) por los tributarios (Pontezuelas y Sabinar) de los distintos elementos al humedal, así como balances
expresados mediante el cociente E/S (entrada por tributarios y salida por emisarios) en los distintos muestreos. Se muestra la media
y la desviación estándar (DE) para el conjunto de datos de cada variable. Se indica el nivel de significación (**, p<0,01; *, p<0,05) del
coeficiente de correlación entre entradas y salidas y de la prueba t de las diferencias entre entradas y salidas de cada elemento.
Variable
Fecha
Media DE
Correlación
de Pearson
entre E y S
Prueba t
de E-S
12/8/10 11/8/11 15/8/12 16/8/13 14/8/14 14/8/15 18/8/16 17/8/17 18/8/18 16/8/19
E hídrica, l/s 264 102 1 234 93 31 3 13 128 79 94,8 92,6 0,92** -4,83**
E/S hídrica 0,55 0,55 0,08 0,77 0,58 0,29 0,02 0,11 0,39 0,63 0,40 0,26
E Ca, mg/s 11 597 6028 59 10 576 6209 1206 113 774 7135 4721 4841,7 4243,5 0,86** -4,84**
E/S Ca 0,57 0,68 0,06 0,72 0,58 0,22 0,02 0,09 0,37 0,74 0,41 0,29
E K, mg/s 295 102 1 183 86 30 2 5 114 112 92,9 93,1 0,79** -3,22*
E/S K 0,49 0,52 0,06 0,69 0,54 0,24 0,02 0,05 0,21 0,87 0,37 0,30
E Mg, mg/s 6108 2233 25 5385 1784 68 58 307 2621 1230 1981,9 2203,0 0,90** -3,64**
E/S Mg 0,61 0,72 0,09 0,87 0,65 0,35 0,03 0,12 0,37 0,47 0,43 0,29
E Na, mg/s 1053 477 5 1131 416 150 14 61 620 349 427,6 407,3 0,83** -4,03**
E/S Na 0,50 0,62 0,07 0,78 0,58 0,30 0,02 0,09 0,30 0,52 0,38 0,26
E Cl, mg/s 2889 1030 20 1712 708 306 30 105 1069 776 864,5 895,5 0,91** -3,79**
E/S Cl 0,52 0,65 0,09 0,64 0,49 0,31 0,02 0,20 0,29 0,61 0,38 0,23
E SO4, mg/s 5140 1938 19 3562 1605 487 58 188 1917 2238 1715,1 1665,9 0,88** -4,43**
E/S SO4 0,43 0,47 0,04 0,47 0,31 0,19 0,02 0,14 0,22 0,65 0,29 0,21
E NH4-N, mg/s 5185 87 5778 1073 899 95 304 3378 2100,0 2344,5 0,79* -2,67*
E/S NH4-N 0,53 0,12 1,23 0,62 0,40 0,04 0,14 0,40 0,44 0,38
E NO2-N, µg/s 1689 9 1147 294 32 113 967 607,0 661,2 0,58 -4,13**
E/S NO2-N 0,70 0,03 0,60 0,17 0,01 0,13 0,32 0,28 0,28
E NO3, mg/s 9434 3545 33 5926 2579 923 90 349 3226 3367 2947,2 2966,6 0,93** -4,01**
E/S NO3 0,60 0,70 0,09 0,64 0,52 0,34 0,03 0,19 0,32 0,81 0,43 0,27
E PO4-P, µg/s 5721 225 2 4498 836 110 44 66 1124 1402,9 2158,7 0,98** -2,83*
E/S PO4-P 0,73 3,07 0,01 0,59 1,08 0,11 0,08 0,05 0,46 0,69 0,97
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LAGUNA DE LOS OJOS DE VILLAVERDE: UNA APROXIMACIÓN A LA VARIABILIDAD
HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
Al buscar relaciones de entradas o salidas de agua, o de sus componen-
tes químicos, con el régimen de precipitaciones, y usando varios periodos
previos a cada muestreo, se ha visto que, de los examinados, sólo el equi-
valente a lo que podríamos considerar prácticamente un año hidrológico,
en este caso desde septiembre a julio previo al muestreo, ha mostrado que
todas las entradas, excepto la de NO2
-, presentan relación altamente signifi-
cativa (p<0,01) (tabla 5); periodos de precipitaciones más cortos sólo mues-
tran significación estadística con algunas entradas pero no con nutrientes
nitrogenados y fosfato. En el caso de las salidas, se da el mismo tipo de
significación para todas, excepto las de NH4
+ y NO2
-; adicionalmente, aun-
que en menos casos, se han encontrado relaciones altamente significativas
(p<0,01) con el periodo febrero-julio previo. La menor o nula significación se
ha dado con los compuestos nitrogenados y fosfato (tabla 5).
Tabla 5. Precipitaciones (P) correspondientes a cada año hidrológico
(Octubre-Septiembre) y a cada uno de los periodos con los que se han
tratado de relacionar (correlación de Pearson) las entradas y salidas de agua
y de sus componentes químicos en el humedal. Datos de la estación 8167 El
Ballestero de la AEMET. N.S.: no significativo.
Año
hidrológico
P anual
mm
P Sept-Jl
mm
P Feb-Jl
mm
P Abr-Jl
mm
P May-Jl
mm
P Jn-Jl
mm
2009/10 914,2 862,9 385,1 171,0 62,2 62,2
2010/11 569,0 605,4 2 37,4 127,1 75,5 18,4
2011/12 377,3 285,5 151,8 84,3 35,0 11,7
2012/13 864,2 842,1 379,3 124,7 71,8 11,3
2013/14 400,7 437,9 219,3 61,8 29,8 20,5
2014/15 435,2 363,2 160,2 47,8 26,8 9,6
2015/16 428,7 464,5 305,7 179,3 104,4 36,2
2016/17 440,1 426,8 208,8 80,4 47,3 33,7
2017/18 643,0 612,3 458,2 214,8 158,1 61,6
2018/19 561,6 422,9 244,1 216,8 21,2 3,0
Relación de las Entradas por
escorrentía superficial con
las precipitaciones
p < 0,01
N.S.: NO2
p < 0,05
N.S.: NH4,
NO2, NO3,
PO4
N.S. N.S. N.S.
Relación de las Salidas por
escorrentía superficial con
las precipitaciones
p < 0,01
N.S.: NH4,
NO2
p < 0,01
p < 0,05: NO2
N.S.: NH4,
PO4
N.S. N.S.
p < 0,01: K
p < 0,05: Caudal, Ca,
Na, Cl, SO4, NO3
N.S.: Mg, NH4, NO2,
PO4
4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Aunque en este trabajo se estudia un aspecto en particular, la físico-quí-
mica del agua de un humedal, la información adicional que se puede obtener
por diversos medios es de gran ayuda a la hora de interpretar los resultados
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Jesús Pozo
obtenidos. Por ejemplo, los visores geográficos proporcionan información
relativa al relieve, la geología o los usos del suelo, muy útiles para explicar
la físico-química de las aguas. En España, las Confederaciones Hidrográ-
ficas, por su parte, también disponen de grandes bases de datos sobre las
masas de agua del territorio de su competencia. No menos importante es la
información climatológica de acceso libre de diversas agencias de meteo-
rología. Así, aprovechando el visor SIGNA (IGN, 2023a,b,c), la información
disponible en la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ, 2024a,b), y las
bases de datos de la AEMET (2024), hemos realizado una presentación del
área de estudio en su contexto geográfico, geológico, climático, hidrográfi-
co, de usos del suelo y del estado de las aguas con suficiente nivel de detalle
para un trabajo como el que nos ocupa. Todo ello permite situar el humedal
de los Ojos de Villaverde en el contexto de los humedales manchegos (Flo-
rín, 1999; Florín y Montes, 1999), en clima mediterráneo, con una geología
que confiere la naturaleza alcalina de sus aguas y unos usos del suelo que
también imprimen su firma en los nutrientes disponibles, dado que, como
hemos visto, las tierras de cultivo llegan a representar más del 40 % de la
superficie de su cuenca hidrográfica.
Los estudios precedentes relativos a un sistema en particular represen-
tan la base sobre la que continuar conociendo. Por lo que a la laguna de
los Ojos de Villaverde respecta, el trabajo más completo realizado hasta la
fecha es el de González et al. (1991), y sirve de base para, tres décadas más
tarde, comprobar la constancia o el cambio en la condición química de la
laguna, añadiendo información adicional sobre el funcionamiento hidro-
lógico y químico.
La mayor parte de los estudios sobre humedales manchegos han pues-
to el foco en la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda (ej., Florín et
al., 1993; Florín y Montes, 1999; Sánchez-Carrillo y Angeler, 2010; Miguel-
Ruano y Sánchez-Carrillo, 2020; García-Ayllón y Radke, 2021). La laguna
de los Ojos de Villaverde marca diferencias con muchos de los humedales
sometidos al estrés hídrico y que se secan en verano en esa zona de La Man-
cha. De hecho, aunque tributarios y emisarios secundarios llegan a secarse,
esta laguna mantiene una lámina de agua permanente que supone dispo-
ner de un acuífero con la suficiente importancia como para ir reponiendo
las enormes cantidades de agua que se pierden por evaporación, transpira-
ción y escorrentía durante el verano. A modo de ejemplo, las pérdidas por
transpiración de Phragmites australis, uno de los macrófitos dominantes
en este humedal, pueden alcanzar los 7 mm/d, como ocurre en Las Tablas
de Daimiel (Sánchez-Carrillo et al., 2004). Traducidos esos valores para la
extensa orla de macrófitos de la laguna de los Ojos de Villaverde, la pérdida
de agua por transpiración podría representar más de 20 l/s en pleno verano,
un valor mayor que el caudal de salida por escorrentía superficial medido
en el verano de 2012. Con la evaporación ocurre otro tanto. Vystavna et al.
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LAGUNA DE LOS OJOS DE VILLAVERDE: UNA APROXIMACIÓN A LA VARIABILIDAD
HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
(2021), en un estudio de 1257 lagos, mostraron que las pérdidas por evapo-
ración son por lo general superiores al 20 % de las entradas (incluidos los
aportes subterráneos) y que, en ambientes áridos, esas pérdidas llegan a
representar más del 40 % de las entradas totales. Por lo expuesto, integrar
ecología e hidrogeología en el estudio de humedales dependientes del agua
subterránea parece justificado (González Bernáldez, 1992; Cantonati et al.,
2020). Esos resultados implican que los balances de agua basados exclusi-
vamente en entradas y pérdidas por escorrentía superficial están muy lejos
de evaluar las aportaciones de agua subterránea y, por ende, de componen-
tes químicos al humedal, las cuales serán mucho más elevadas que los ba-
lances sugieren (ver más adelante).
Si la permanencia de una lámina de aguas libres en verano es destacable,
no lo es menos la constatada poca oscilación del espesor de la columna de
agua, aún cuando la variabilidad en el régimen de precipitaciones ha sido
notable de unos años a otros. La respuesta a las precipitaciones sí ha sido
clara en los tributarios y emisarios, de los que los de menor entidad han
llegado a secarse. La escasa fluctuación en el nivel de agua de la laguna, ob-
servado también en estudios previos (Cirujano et al., 1988; González et al.,
1991) vuelve a resaltar la importancia del acuífero que la alimenta. Con los
datos que hemos registrado, el nivel de agua libre de la laguna ha variado
unos 30 cm a lo largo de estos diez años, lo cual reitera que el nivel de agua
de la laguna se mantiene bastante constante, con cierta independencia de
las precipitaciones a corto término y como consecuencia de la alimenta-
ción subterránea que, incluso en época de estiaje, permite un flujo suficien-
te para mantener el nivel de las aguas sin apenas variación. A diferencia de
otros lagos, que muestran memoria hidrológica corta, es decir, respuesta
a precipitaciones precedentes inmediatas (ej., Rosenberry y Winter, 2009),
en la laguna de los Ojos de Villaverde, por las relaciones entre régimen de
precipitaciones y entradas superficiales, esa respuesta parece más ligada
al año hidrológico y menos a precipitaciones recientes, que tienden a ser
menos importantes a medida que se acerca el verano.
La escasa variación en el nivel de agua permite mantener el ancho cin-
turón de macrófitos, algunos de los cuales, como Cladium mariscus es muy
vulnerable a la sequía (Miguel-Ruano y Sánchez-Carrillo, 2020). Las varia-
ciones en el nivel del agua, por pequeñas que sean, pueden hacer que parte
de los sedimentos ocupados por los helófitos queden expuestos al aire en
las épocas de sequía, con la consecuente influencia en la biogeoquímica
del sistema una vez que son restituidas las aguas. De Vicente (2021) apunta
un aumento de la disponibilidad de fósforo en la columna de agua de los
humedales mediterráneos después de que las aguas vuelven a cubrir los
sedimentos secos. La descomposición de los macrófitos acuáticos es fun-
damental para el reciclaje de nutrientes y el flujo de energía y es un tema
que precisa de más investigación en estos ecosistemas (Wang et al., 2024),
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Nº 18 | DICIEMBRE 2024 | SABUCO | Artículo
Jesús Pozo
máxime si están sometidos a factores de estrés que puedan condicionar
este proceso y los organismos implicados (Bao et al., 2023).
Los cursos fluviales que alimentan el humedal presentan una buena
oxigenación de las aguas y los resultados sobre su química se ajustan a lo
esperado en la tipología de ríos de cabeceras calcáreas, por lo que los valo-
res de conductividad, alcalinidad y pH responden, en general, a esa carac-
terística de la cuenca (Moreno et al., 2006), y los del río Pontezuelas son
semejantes a los publicados recientemente (Pozo, 2021). El humedal matiza
las características de las aguas, de manera que los emisarios presentan una
temperatura más elevada (reflejo de la temperatura en superficie de la lagu-
na) y una conductividad ligeramente más baja que la de los tributarios, es
decir el agua que sale del humedal lo hace con menos concentración sali-
na que la que recibe por escorrentía superficial. Los valores de alcalinidad
y nutrientes están ligeramente por encima de los señalados por Navarro
(2006) para los ríos manchegos de esta tipología. En particular, los valores
de nitrato son mucho más elevados, semejantes a los de Pozo (2021), lo que
debe interpretarse como fruto de la actividad agrícola en la cuenca, al en-
contrarse gran parte de la misma dentro de una de las zonas vulnerables de
contaminación por nitratos de Castilla-La Mancha (Gobierno de Castilla-La
Mancha, 2021).
Por localización geográfica y altitud la laguna de los Ojos de Villaverde
debería corresponder a un lago monomíctico cálido, pero la alimentación
subterránea altera esa tipología, haciéndolo un polimíctico cálido discon-
tinuo (Wetzel, 2001). En una época en la que para clima mediterráneo se-
ría esperable una columna de agua estratificada con clara termoclina, de
al menos 1 ºC/m, según Margalef (1974), la alimentación subterránea, que
favorece la mezcla, evita ese fuerte gradiente y proporciona una imagen de
la columna de agua fruto de la interacción entre factores. Si a ello se suma
una transparencia elevada, indicada por los valores del disco de Secchi, la
producción de la flora acuática sería posible prácticamente a lo largo de
toda la columna de agua, como apuntaban González et al. (1991). La oxi-
genación es buena y, salvo en alguna ocasión, los valores bajos de oxígeno
cerca del fondo son raros. Debemos tener en cuenta que las aguas subterrá-
neas pueden aportar poco oxígeno o ninguno, por lo que niveles de oxígeno
en profundidad alejados de la anoxia durante el verano serían resultado de
la producción fotosintética y de la mezcla con las aguas subterráneas. La
elevada oxigenación observada entre los 7 y 8 m de profundidad en algunas
ocasiones sería un indicio de ello. El informe de la Confederación Hidro-
gráfica del Júcar correspondiente al verano de 2007 (CHJ, 2024c) señalaba
sobresaturación de oxígeno entre los 5 y los 7 metros de profundidad, con
valores de clorofila a más altos a profundidades medias y hacia el fondo,
algo común a nuestros resultados.
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LAGUNA DE LOS OJOS DE VILLAVERDE: UNA APROXIMACIÓN A LA VARIABILIDAD
HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
Si las aportaciones subterráneas son tan importantes como sugiere la
discusión precedente, es evidente que las aguas subterráneas que alimen-
tan este humedal determinan la química del agua de la laguna. Adicional-
mente, nos encontramos en cabecera de cuenca, por lo que los ríos, de muy
escaso recorrido, reflejan la composición del agua subterránea que los ali-
menta (ej., Drever, 1997). El río Pontezuelas, principal tributario de superfi-
cie, llega a secarse sólo tres kilómetros aguas arriba de la estación de mues-
treo (observación personal), por lo que la composición de sus aguas sería un
ejemplo de ello. La conductividad, como medida de la concentración salina
y reflejo de la química del agua subterránea, se ha situado por encima de
los valores señalados por González et al. (1991) a lo largo de todo nuestro
estudio, mientras que los de pH han sido semejantes. La variación tempo-
ral de la química del agua subterránea no es algo extraño. Una surgencia
localizada aguas arriba del humedal, el Ojo de la Estaca, mostró valores de
conductividad comprendidos entre 565 µS/cm, en octubre de 2003, y 743,
en abril de 2004 (datos no publicados).
Contrastan los valores más altos que hemos hallado en lo concerniente
a nutrientes nitrogenados, particularmente en el caso del nitrato, en línea
con los registrados por la CHJ (2024c) en el seguimiento de estas aguas en-
tre 2010 y 2019, pero que han supuesto más del doble de los señalados por
González et al. (1991), lo que podría ser debido a un aumento en el uso de
fertilizantes en periodos posteriores a ese trabajo o a un tiempo de residen-
cia elevado del nutriente en el acuífero. Como se ha señalado más arriba, la
laguna se encuentra en una zona vulnerable a la contaminación por nitra-
tos, y datos del Banco Mundial (2024) indican un crecimiento del consumo
de fertilizantes agrícolas en España entre 1988 (134,4 kg/ha) y 2003 (175,3kg/
ha). Aunque posteriormente hubo una reducción hasta los 96,9 kg/ha en
2009, más tarde han vuelto a crecer hasta alcanzar los 161,1 kg/ha en 2021.
Para Castilla-La Mancha, durante el periodo de estudio, y para el caso de los
nutrientes nitrogenados, se ha pasado de un consumo de 101 300 t en 2010 a
83 800 en 2019, con un máximo de 104 600 t en 2014 (MAPA, 2024).
La masa de agua subterránea de la cuenca (080.136B El Jardín) está su-
jeta a los programas de control de la contaminación de origen difuso sobre
el estado químico (CHJ, 2024c). Nuestros resultados confirman el riesgo de
incumplimiento de la Norma de Calidad Ambiental (MMAMRM, 2009) en
base al nitrato. De hecho, el arroyo del Sabinar, que reflejaría más fielmente
la condición química del acuífero, por tener su nacimiento escasos metros
aguas arriba del punto de muestreo, llegó a presentar valores de nitrato de
hasta 55 mg/L en el verano de 2010.
Otras variables, como la alcalinidad, y el nitrito, sin aparente modelo en
el trabajo citado arriba, han mostrado valores más altos en aguas profun-
das, al igual que ha sucedido con el amonio y el % de saturación de oxígeno.
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Nº 18 | DICIEMBRE 2024 | SABUCO | Artículo
Jesús Pozo
Aunque no se aprecia una clara estratificación, el resumen de los resulta-
dos de la físico-química del agua en el análisis de componentes principales
ha puesto de manifiesto la variabilidad vertical como factor explicativo de
la situación de la laguna durante el verano. Es común que la conductividad
tienda a aumentar con la profundidad, al venir determinada por el acuífero,
mientras que la temperatura y el pH descienden hacia el fondo.
Aparentemente, la variabilidad mostrada por entradas y salidas super-
ficiales de agua de un año a otro es compatible con la estabilidad en las en-
tradas subterráneas, la evaporación o el nivel de la laguna, como se ha visto
en otros estudios (Rosenberry y Winter, 2009), lo cual es consecuencia de
la escasa importancia de las aportaciones por la escorrentía superficial en
comparación con la entrada de agua subterránea.
Aunque la dinámica del agua determina substancialmente la de los nu-
trientes, la actividad biológica condiciona el carácter de fuente o sumidero
del humedal para algunos de ellos, como el amonio o el fosfato (Winter y
Likens, 2009). En el presente estudio, que sólo aporta datos de verano, hay
indicios de que el humedal actúa como sumidero para algunos nutrientes,
ya que los cocientes E/S para amonio (2013) y para PO4
3--P (2011 y 2014) son
superiores a la unidad cuando los del caudal son inferiores. Dada la impor-
tancia de los aportes de agua subterránea, como muestran los balances y lo
discutido más arriba, un saldo a favor de las entradas superficiales supone
asimilación en el humedal, no sólo de lo que entra por superficie, sino de
lo que entra por el acuífero. Cook et al. (2010) en un estudio a lo largo de 17
años en lagos semiáridos de Australia encuentran retenciones muy impor-
tantes de nitrato y fosfato.
Los balances de masas han puesto de manifiesto que la mayoría de las
variables están influidas por los aportes de agua subterránea. Los tributa-
rios, por su escaso recorrido, reflejan las características de las aguas subte-
rráneas, por lo que, la mayor parte de los cocientes son semejantes a los del
caudal. Se apartan en parte de ese patrón los nutrientes nitrogenados más
reducidos (NH4
+ y NO2
-) y el fosfato (PO4
3-), más ligados a la actividad bioló-
gica y, por lo tanto, más cambiantes.
Si se exceptúa el caso del nitrato, los parámetros físico-químicos medi-
dos en las aguas corrientes de este trabajo han proporcionado valores que
corresponden a aguas de buena calidad, según los criterios establecidos
en la legislación (MAAMA, 2015), y era lo esperable en esta comarca (Pozo,
2021). En el caso de la laguna, nuestros resultados no difieren mucho de los
proporcionados por la CHJ en sus informes anuales para el mismo periodo
y muestran un estado en base a indicadores físico-químicos entre modera-
do y bueno, dependiendo de los años (CHJ, 2024c).
En un sistema como el presente, al margen de las afecciones de la agri-
cultura, con cierta frecuencia, durante el pasado siglo, se producía la que-
ma de la vegetación del humedal para favorecer los pastos. En un área
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LAGUNA DE LOS OJOS DE VILLAVERDE: UNA APROXIMACIÓN A LA VARIABILIDAD
HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
protegida, como lo es hoy en día, esos fenómenos pueden ser ocasionales,
como el ocurrido en marzo de 2020 (observación personal, figura 8), pero,
como consecuencia, el evento puede provocar la desaparición de especies y
la aparición de otras. Parece ser que P. australis puede aumentar sus pobla-
ciones en detrimento de otras porque tiene una capacidad de rebrote mayor
que la de otras especies tras la quema (Del-Val et al., 2012).
Figura 8. Imagen del humedal tras el incendio sufrido en marzo de 2020. Fotografía del autor.
Una de las amenazas a los humedales, al margen del exceso de nutrien-
tes impuesto por las actividades agrícolas en este caso, es el cambio climá-
tico. Aunque no es evidente un aumento de la temperatura de la laguna a lo
largo de esos diez años, no podemos descartar que no sea vulnerable a ello.
O’Reilly et al. (2015), en una síntesis de datos de lagos de todo el mundo,
pusieron de manifiesto que la temperatura de la superficie del agua creció
rápidamente entre 1985 y 2009 (una media global de 0,34 ºC por década),
en su mayor parte debido al cambio climático, lo cual urge a la necesidad de
incorporar los impactos del clima en los planes de seguimiento de los lagos.
El cambio climático no sólo puede producir un aumento de la tempera-
tura de las aguas, sino que también puede modificar los patrones de esco-
rrentía y alterar la dinámica de la estratificación y mezcla de las aguas y la
biogeoquímica de los lagos (Jiménez-Navarro et al., 2023). La laguna de los
Ojos de Villaverde no es una excepción. El Plan Hidrológico de la Demarca-
ción Hidrográfica del Júcar para el periodo 2022-2027 contempla reduccio-
nes en los recursos renovables de la misma por el cambio climático (CHJ,
2024a). Aunque no hayamos detectado grandes cambios, cosa que informa
de que la laguna no se ha deteriorado apreciablemente, sí se han puesto de
manifiesto los factores esenciales del funcionamiento del humedal a nivel
hidrológico y químico, por lo que la acumulación de datos en series tempo-
rales largas son una herramienta muy útil en el análisis de la respuesta del
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ecosistema ante los cambios ambientales, redundando en una mejor ges-
tión del ecosistema.
En definitiva, la complejidad del humedal está condicionada por apor-
tes continuos de agua con independencia de la sequía estival y pone de
manifiesto la necesidad de preservar la continuidad tanto de la cantidad
como de la calidad de los aportes hídricos. Además, el mantenimiento de
la importante orla de helófitos es esencial para el reciclaje de nutrientes,
favoreciendo la purificación de las aguas (Billen et al., 2018; Thomaz, 2023),
lo que abunda en la necesidad de su conservación. Y ello no exime de tratar
de reducir la intensidad del uso del suelo dentro de la cuenca hidrográfica,
como se sugiere en otros casos (Novikmec et al., 2016) y, en un área prote-
gida como la que aquí se trata, parece interesante aplicar el concepto de
área de influencia de antropización difusa (García-Ayllon y Radke, 2021), es
decir, incorporar el análisis espacial de la cuenca hidrográfica en la evalua-
ción de los procesos que puedan deteriorar este tipo de sistemas.
Este trabajo, sin ser pretencioso, representa un esbozo del balance de
masas, una herramienta no siempre abordada en el estudio de los sistemas
acuáticos, pero que puede aportar información relevante sobre su funcio-
namiento (Winter y Likens, 2009). Es cierto que en la actualidad se em-
plean técnicas basadas en isótopos estables para estudiar balances quími-
cos porque arrojan resultados más precisos, pero tampoco son la panacea
(Sánchez-Carrillo y Álvarez-Cobelas, 2018) y dependerá de la información
que se pretenda obtener. Hemos tratado de extenderlo en el tiempo, sabien-
do que tampoco abundan las series temporales y, por modesto que sea, es
una aportación que entendemos que contribuye al avance del conocimien-
to. Sería deseable que los estudios científicos sobre este interesante hume-
dal aumentaran, en particular sobre la columna de agua y sobre el cinturón
de helófitos, en la seguridad de que sus resultados serían muy útiles para
los gestores de este paraje.
AGRADECIMIENTOS
La financiación de este estudio proviene del grupo de investigación de
Ecología de Ríos de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), que propor-
cionó los equipamientos empleados, y de las ayudas del Gobierno Vasco/EJ
IT302-10 e IT951-16, de las que el autor fue investigador principal. Se agra-
dece el apoyo técnico y humano de los Servicios Generales de Investiga-
ción, SGIker (UPV/EHU, MICINN, GV/EJ, FSE) por las medidas de cationes
y aniones.
Gracias a la Confederación Hidrográfica del Júcar, por el permiso de na-
vegación, y a la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha, por el per-
miso para la toma de datos en la laguna de los Ojos de Villaverde.
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HIDROLÓGICA Y QUÍMICA
Gracias a Juan Carlos Romero, que ha proporcionado los datos de preci-
pitación de la estación meteorológica de la AEMET 8167; a Javier Pérez, por
su ayuda en las tareas de laboratorio, y a José Luis Moreno, por su apoyo
en las tareas de campo al inicio de este estudio; y a todas las personas que,
en algún momento, de uno u otro modo, a lo largo de 10 años prestaron su
ayuda.
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