gina 1
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...

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
Villarrobledo during the spring of the Popular Front:
an approximation through the minutes of the town hall
sessions (February - July 1936)

Investigador independiente
rubentrabajo95@gmail.com
Hernández Yunta, R. (2024). Villarrobledo durante la
primavera del Frente popular: una aproximación a través de las actas de sesiones
del ayuntamiento (febrero-julio de 1936). Al-Basit (69), http://doi.org/10.37927/
al-basit.69_5
Recibido/Received: 28-7-2023
Aceptado/Accepted: 2-9-2024
RESUMEN: El presente artículo
incorpora una aproximación a la
historia sociopolítica de Villarro-
bledo durante el periodo conoci-
do como «primavera del Frente
Popular». Para ello, se ha efectua-
do una revisión del libro de actas
de sesiones del ayuntamiento. En
general, la gestión del gobierno
municipal radicó en adoptar polí-
ticas sociales que, ante la escasez
de recursos, implicaban recurrir
-
meterlas. Igualmente, se ha puesto
énfasis en la cuestión agraria, que,
para el caso de este municipio, re-
viste un especial interés al tratar-
se de una población con marcado
carácter latifundista. Asimismo, se
ha pretendido demostrar, que, en
Villarrobledo, a pesar de los ante-
   
sociopolítica alta; y que no se han
    
existencia de una supuesta cone-
xión entre la clase propietaria y
los cabecillas de la sublevación mi-
litar en la provincia con motivo de
la aplicación de la Ley de Reforma
Agraria en la localidad.
 His article incorpo-
rates an approach to the socio-
political history of Villarrobledo
during the period known as the
“spring of the Popular Front.” To
this end, a review of the minutes
book of the town hall sessions
has been conducted. In general,
the management of the municipal
gina 2

El artículo estudia la primavera de 1936 en Villarrobledo. Las
interpretaciones acerca de esta etapa se han centrado en tesis pura-
mente ideológicas que fueron ampliamente difundidas por la tradi-

del discurso legitimador de la dictadura franquista, pero que siguen
sin contrastar. Dichas tesis se plantean en una doble dirección: i) el
nivel de violencia política desplegado en el municipio fue muy ele-
vado; y ii) los grandes propietarios locales decidieron adherirse a la
sublevación militar de julio para proteger sus intereses a raíz de re-
activarse la ley de reforma agraria del primer bienio. Sin restar im-
portancia a la violencia política y considerando que las referencias
en las fuentes sobre una posible conexión entre la clase propietaria
y las autoridades que orquestaron la rebelión militar en la provin-
cia son muy escasas y poco convincentes, los resultados obtenidos
no ofrecen indicios fehacientes que respalden tales tesis, sino que
responden al intento de plasmar una supuesta realidad convulsa en
la que reinaba un caos generalizado en toda España, en especial du-
government consisted of adopt-
ing social policies that, given the
scarcity of resources, involved
resorting to state funding to im-
plement them. Additionally, em-
phasis has been placed on the
agrarian issue, which, in the case
of this municipality, is of particu-
lar interest due to its marked lati-
fundist character. Furthermore,
it has been attempted to demon-
strate that, in Villarrobledo, de-
spite the antecedents, there was
   
and, on the other hand, that no
sources have been found to con-

connection between the proper-
ty-owning class and the leaders of
the military uprising in the prov-
ince due to the application of the
Agrarian Reform Law in the town.
  Villarroble-
do, Albacete, España, II Repúbli-
ca española, Frente Popular, re-
forma agraria, libro de actas del
ayuntamiento.
 Villarrobledo, Al-
bacete, Spain, II Spanish Re-
public, Popular Front, agrarian
reform, town hall minute book.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 3
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...

los cimientos ideológicos y políticos del régimen republicano.
Partiendo de las anteriores premisas, nuestro objetivo per-
seguido es hacer una síntesis sociopolítica de lo ocurrido en la lo-
calidad entre febrero-julio de 1936 sin recurrir a interpretaciones
que, en el estado actual de la cuestión, no se sostienen. Es decir,
se reconstruye la evolución política y social local y la gestión del
gobierno municipal, sus problemas presupuestarios e intentos de
paliar el desempleo. La base documental en que nos apoyamos es,
fundamentalmente, el Archivo Municipal de Villarrobledo (AMV) y
el Archivo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (AC-
MAPA), permitiendo los fondos de este profundizar en la aplicación
de la reforma agraria a nivel local y en las vicisitudes inherentes al
fenómeno del latifundismo al encontrarse tan extendido en Villarro-
bledo y en la provincia albaceteña.
-
-

las últimas décadas se habían publicado unos 6.000 títulos sobre
ambas temáticas, lo que revela el gran interés suscitado. Las obras
de Payne (2005), Casanova (2007), Rey et. al (2011), González Ca-
lleja et. al (2015) o López Villaverde (2017) son referentes de una
        
múltiples interpretaciones, los éxitos y fracasos de un periodo tan
complejo y decisivo de la historia de España. En los últimos años,

provinciales y autonómicos sobre la evolución política y social re-
publicana. Así, las obras de Cobo Romero (2021, 2022) centradas
-
micos, culturales y religiosos manifestados en las diversas facciones
políticas en su lucha por el control de las corporaciones locales. So-

(1993), Navarro (2000) o Rey (2008, 2019). En la provincia de Alba-
cete sobresalen los trabajos de Gómez (1988), Requena (1991), Or-
tiz (1996), Sepúlveda (2003) y, más recientemente, los de Parreño
(2021) -reconstruye el periodo republicano, Guerra Civil incluida,
en La Roda y Bascary (2021) -centrado en la violencia y represión
femenina de posguerra en Villarrobledo-. Respecto a la etapa en que
gina 4
se centra nuestro artículo, los debates académicos y profesionales
giran, sobre todo, en torno a una triple problemática interconecta-
da: la naturaleza de las movilizaciones tras la victoria electoral del
Frente Popular en febrero de 1936; la existencia de una revolución
frente a la tesis de reanudación de las políticas del primer bienio,
que fue en realidad lo que sucedió; y las cifras sobre violencia políti-
ca, incluyendo las responsabilidades sociales y políticas inherentes
a los desmanes.
Las movilizaciones han sido descritas como episodios pa-

de una sociedad en tránsito hacia una democracia moderna (Gon-
zález y Navarro, 2011; González et. al, 2015; Martín, 2015; López
Villaverde, 2017). En cambio, para Álvarez y Rey (2024) las movi-
lizaciones se caracterizaron por exhibir un elemento coactivo que
desarticuló el margen de actuación autónomo de los gobiernos en
la primavera de 1936. Fue así hasta tal punto que la presión en la
calle obligó a legislar a golpe de decreto sin considerar que la eco-
nomía española de entonces estaba inmersa en una transición hacia
la modernidad que precisaba cambios graduales en vez de aplicar
medidas basadas en hechos consumados. Por otro lado, se ha inci-
dido en la naturaleza de las movilizaciones y en su repercusión en
un contexto donde la protesta ciudadana albergaba un nuevo signi-

la participación política. Sin embargo, para una parte de la historio-

una óptica conservadora anclada en la defensa del liberalismo y de
una clase propietaria que recelaba de los avances democráticos y
reformas sociales de gran calado. Por ello, las formas de protesta
serían legítimas desde la perspectiva de la ciudadanía democrática
que estaba surgiendo que, antes de ejercer una violencia política,
apostó por -
 (Aróstegui, González y Souto, 2000, 58). Si los ciudadanos ejer-
cieron este tipo de violencia durante sus reivindicaciones en la vía
pública, la violencia no podía ser achacable de forma generalizada
a la acción subversiva de las masas, sino como respuesta al aparato
represivo y autoritario de las fuerzas del orden que mantuvieron
unas dinámicas de actuación herederas de la monarquía y al servi-
cio de las elites tradicionales (González, 2024). Y, aunque durante
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 5
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
el primer bienio republicano hubo reformas policiales, militares y
-
solidación democrática, la mentalidad de las autoridades continuó
actuando bajo una lógica de represión desproporcionada, lanzando
sobre los ciudadanos movilizados « (González,
2014, 324). Frente a la concepción de que las formas de moviliza-
ción (protesta) eran un proceso de construcción de una ciudadanía
democrática, hay autores que se preguntan 


       
-
zar en detalle los episodios de confrontación habidos para atisbar
el grado de responsabilidad inherente a las acciones de los mani-
festantes y averiguar si realmente hubo uso desproporcionado de la
fuerza por parte de las autoridades (Álvarez y Rey, 2024, 219 y 220).
Ambas posturas coinciden en resaltar que durante la primavera de
1936 no surgió ninguna revolución social porque no se articuló un
proyecto político común dentro del movimiento obrero 
-
 (González et. al., 2015, 1.128). Por el contrario,
Macarro Vera (2000, 428-429) apunta indicios de una revolución en
Andalucía, donde las nuevas autoridades locales, mayoritariamente
socialistas, se hicieron con el control de competencias reservadas
al Estado. En ese marco, las corporaciones de adueñaron de la ges-
tión del orden público y llevaron a cabo prácticas que incluyeron

entre los propietarios bajo coacción, depuración de funcionarios,

inmediatamente superiores: los gobernadores civiles, lo que estaba
forjando una situación que describe como la «dictadura en los pue-
blos». En la misma dirección, Payne (2005, 2016) y Ranzato (2014)
consideran que hubo revolución agraria al menos en los territorios
meridionales o que esta ya habría empezado o estaba en proceso
antes de estallar la Guerra Civil. Estas tesis contrastan con las que

la aplicación de la reforma agraria, proceso que no pudo culminar-

gina 6
acompañada de fuertes protestas y movilizaciones ajustadas a un
ambiente tenso en el que la población jornalera o yuntera esperaba
la reanudación de las reformas del primer bienio, pero, además, re-
-
vos. Esta tensión y deseos derivaban de la paralización por decreto
del arbitraje laboral ostentado por los Jurados Mixtos desde diciem-

pendientes de revisión (González et. al., 2015; Martín, 2015).
-
so en que, salvo 1934 -revolución de octubre-, la primavera de 1936

También se acepta que los episodios de confrontación política, des-
manes, violencia tumultuaria o choques entre simpatizantes de una
u otra ideología no fueron generalizados. Ahora bien, los matices
cualitativos son dispares. Álvarez y Rey (2024) postulan la idea de


política o sociolaboral imperante en años anteriores (Cruz, 2006).
Las discrepancias cuantitativas también son notorias. Las cifras de
la violencia sociopolítica en función de las víctimas mortales produ-
cidas en la primavera de 1936 varían ostensiblemente según la in-
vestigación consultada. Para Payne (2005) fueron 300; Cruz (2006),
señala 189 incidentes con un saldo de 262 muertes; González (2011;
2015) incorpora una relación de 236 sucesos con un total de 351
víctimas, cifras que corrige posteriormente al alza (272 y 384, res-
pectivamente). Recientemente, Álvarez y Rey (2024) recogen 977
episodios de violencia con 484 muertes y 1.659 heridos. Dentro de
un enfoque más acotado, las cifras de violencia asociadas al anticle-

del 17 de febrero al 16 de junio de 1936 hubo 957 actos violentos,
cifra que Martín (2015, 169-170) reduce a 604.
Sobre el papel jugado por las fuerzas y cuerpos de seguridad
del Estado republicano ya hemos comentado que fueron las princi-
pales responsables de las víctimas producidas en esta etapa debido
a un uso desproporcionado de la fuerza y a la extralimitación (in-

público (Cruz, 2006; González, 2011, 2014, 2015). En el mismo sen-

 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 7
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
las fuerzas del orden en el desglose de víctimas. De las 16 muertes
habidas entre el 19 y el 20 de febrero, el 62 % es atribuible a su
actuación, si bien advierten que 

. Por su parte, Álvarez y Rey (2024) reve-
lan que la intervención policial se fundamentó, por lo común, en el
cumplimiento estricto del deber en un contexto nada favorable ya
que la prensa obrera colocaba a las fuerzas del orden en el punto de
mira de los manifestantes al responsabilizarles de la represión per-
petrada en 1934 contra los revolucionarios. El contexto empeoraba
aún más por el hecho de que era una sociedad marcadamente ru-
ral donde proliferaban las armas. Esto acarreaba mayor riesgo para
la fuerza pública y elevaba la frecuencia de una respuesta obliga-
da con sus armas ante la elevada crispación y politización, choques
entre rivales políticos o manifestaciones consideradas ilegales en
virtud del estado de alarma. Todas estas interpretaciones coinciden
en esgrimir la premisa de que los medios con los que contaban las
fuerzas del orden no eran los adecuados para reprimir protestas o
manifestaciones, principalmente porque estas se disolvían median-
te el uso de la fuerza o empleo de armas de fuego. En lo que atañe a
las responsabilidades sociales y políticas, se atribuye a las fuerzas
del orden una horquilla del 29,2 al 43 % de las víctimas (González,
2015, 293; Cruz, 2006, 111), porcentajes que completan con los fa-
llecidos por la violencia del pistolerismo callejero y atentados per-
petrados por movimientos políticos adscritos, a las derechas, sobre
todo, a Falange (17,7-30,7 %) o a fuerzas izquierdistas, la mayoría
simpatizantes con PSOE y PCE (20,6-29,4 %) (González et. al., 2015,
1133). En otro orden de ideas, Álvarez y Rey (2024, 284) incor-
poran nuevas cifras desmintiendo que el Estado fuera el principal

que contemplan solo en 129 participaron las fuerzas del orden. En
ellos hubo 552 víctimas (25,8 % del total -21,8 % si excluimos las
víctimas mortales en el seno de las fuerzas policiales-). O sea, «

.
También señalan que en el 55,7 % de los episodios violentos (544)
-
timas, el 80,2 % son de responsabilidad atribuible a las izquierdas,
gina 8
el 19,7 % a las derechas y solo el 1,5 % a las fuerzas y cuerpos de
seguridad (Álvarez y Rey, 2024, 587).
En la provincia de Albacete, los datos muestran que, entre el
19 de febrero y el inicio de la contienda hubo 22 víctimas mortales
(20 en entornos rurales; 1, en un motín acaecido en la prisión de
Chinchilla1; y 1 en los episodios violentos acaecidos en la capital)
y unos 70 heridos2. La totalidad de las víctimas mortales y heridos
fueron resultado de la actuación de las fuerzas del orden público,
salvo unos pocos heridos correspondientes a choques violentos en-
tre civiles (Sepúlveda, 2003; Requena, 2011; González, 2015). Las
cifras expuestas pueden inducir al error de que la violencia en la
provincia de Albacete fue generalizada y, por tanto, un espacio no-
-
-
mente. No hubo ambiente generalizado de violencia, sino, más bien,
episodios virulentos muy localizados. En este sentido, contrasta lo
ocurrido en Bonete3 (Carrión, 1987) o Yeste (Requena, 1983, 2006;
Peña, 2021), donde se produjeron los episodios más graves aten-
diendo a las cifras de fallecidos y heridos, con el conjunto provincial
donde las acciones combinadas de colaboración, protesta o nego-
ciación apenas despertaron actitudes violentas. Es en este último
grupo de municipios, en los que predominaron escasos episodios de
movilización obrera o de confrontación política4, donde cabe ubicar
a Villarrobledo.


Villarrobledo durante la primavera de 1936, lo cierto es que no fue
totalmente ajena habida cuenta de los problemas socioeconómicos
 de 21 de febrero de 1936, 3.
 Vid. de 20 de junio de 1936, 1; y Archivo Histórico Provincial de
Albacete (AHPA): de 21 de junio de 1936, 3.
 Vid. de 26 de marzo de 1936, 1; y de 27 de
marzo de 1936, 1.
 En los expedientes sobre desórdenes públicos y delitos político-sociales incoados por la
Audiencia Territorial de Albacete en 1936 y conservados en el AHPA no hay indicios que

 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 9
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
arrastrados desde antes de la proclamación de la II República. Du-
rante la “dictablanda” del general Berenguer y del almirante Aznar
la prensa local anunciaba que el consistorio acababa de aprobar la
licitación de unas obras de alcantarillado para solventar el problema
de suciedad y falta de limpieza e higiene y con el propósito de que
-
5. En otra editorial narraba, en el mismo sentido,
la necesidad de emprender obras públicas para paliar el problema
del paro forzoso de multitud de trabajadores 
 
»6. Incluso el día de la proclamación de la II
República, otro diario local, órgano de expresión de Izquierda Repu-

municipio: 

7.
La economía de Villarrobledo era eminentemente agrícola,
destacando los cereales y la viticultura, actividades que se comple-
mentaban con las industrias agroalimentarias de harinas, vinos y
licores y con las fábricas de tinajas para las bodegas locales, provin-
ciales y regionales. La presencia de este tipo de industrias propició
la aparición de organizaciones obreras a principios de siglo8. La pro-
piedad de la tierra se encontraba en manos de unas pocas familias
con explotaciones latifundistas de más de 250 has., entre las que
sobresalían las de los terratenientes y «caciques» Pedro Acacio San-
doval o Francisco Jiménez de Córdoba y Arce. Estos siempre tuvie-
ron el control de la realidad política del partido judicial de La Roda
y distrito electoral de Alcaraz (Parreño, 2021, 44). El término muni-
cipal es el segundo de la provincia en extensión 86.796 has, solo por

era de 1,5 millones de has, de las que 344.574 (23 %) estaban in-
cluidas en el registro expropiable del Instituto de Reforma Agraria
 AMV: 2 de febrero de 1930, 1.
 AMV:  1 de marzo de 1931, 1.
 14 de abril de 1931, 5.
 Solo la industria vitícola ocupaba a más de 1.700 obreros en los meses de mayor
actividad, septiembre y octubre. Los vinos se exportaban a Levante e incluso a Francia
(Requena, 1990, 62-63).
gina 10
(IRA). En 1933, las tierras expropiables villarrobledenses ascendían

1.788 parcelas y 36 propietarios (Espejo, 1990, 85-86). El paro, ma-
yoritariamente agrario, en consonancia con el predominio de sus
trabajadores entre la población activa (90 % a escala provincial) era

Mixtos, de 27 de noviembre de 1931, regulaba las condiciones de
trabajo agrario en una suerte de estructura corporativa que media-

Mixtos (6 patronos, 6 obreros y 1 secretario nombrado por el Minis-
-
paña agrícola y lograron subidas sustanciales: de 3,5 pesetas diarias

obreros y patronos discrepaban ampliamente de las bases de traba-
jo impuestas por el Jurado Mixto del Trabajo Rural de Villarrobledo,
creado por orden del Ministerio de Trabajo y Previsión el 5 de agos-
to de 19319. Algunos terratenientes, amparados en la existencia de
mano de obra abundante y una coyuntura económica desfavorable
por la caída de los precios agrícolas, se negaron a aceptar las nue-
vas bases laborales y los jornales mínimos decretados. Oliver (1996,
158) constata que los salarios acordados por dicho Jurado en 1931-
1936 oscilaron entre 3 y 6 pesetas diarias y en la época de siega de
8 a 10 para los varones y entre 5 y 8 pesetas para las mujeres.
La grave situación de las familias de Villarrobledo en paro
forzoso intentó paliarse solicitando la corporación municipal un
préstamo de 150.000 pesetas a la Caja de Seguros Sociales y de Aho-
rros, a un interés del 5 % anual, comprometiéndose a devolverlo
antes del 31 de marzo de 1932. Sin embargo, la cantidad adeudada

directas a las familias más necesitadas o a fomentar trabajos de ca-
rácter público que aliviaran la grave situación económica de los con-
tratados. A pesar de las medidas, el problema no se solventó al ser
muy numerosas y continuas las peticiones vecinales de ser incluidos
en el padrón de familias pobres o porque solicitaron préstamos para
 Vid. de 13 de agosto de 1931 (225), 1205. Sin embargo, no estuvo

de sus miembros o representantes corporativos.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 11
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
aliviar  que no fueron concedidos por esca-
sez de recursos10. Además, abundaron las peticiones obreras de au-
mentar el jornal de 2 a 3 pesetas, señal de que las bases estipuladas
se incumplían11. El reparto por el consistorio de 500 pesetas entre
las familias más necesitadas y las Actas del Ayuntamiento corrobo-
ran una situación desesperada y la falta de fondos para afrontar las
necesidades, entre otras la de alimentar a las más de 600 familias de
los obreros en paro forzoso12 habida cuenta de que en la sociedad de
la época los subsidios por desempleo eran rudimentarios y apenas
cubrían a una pequeña parte de la masa trabajadora desempleada
(Arango, 2006, 259-263).
En suma, a la luz de lo expuesto, no extraña que hubiera ma-

demandaban auxilio económico para satisfacer sus necesidades
más básicas. Así las cosas, el 29 de marzo de 1932 estalló en Villa-
rrobledo una huelga de tinte revolucionario a raíz de una reunión
convocada por varios patronos para abordar los problemas relacio-
nados con la crisis laboral que atravesaba el municipio. En su desa-
rrollo se lanzaron piedras a la guardia civil provocando varios heri-
dos. Según el telegrama emitido por el gobernador civil al ministro
de Gobernación, los obreros se concentraron en varios puntos de la
localidad para reclamar soluciones al paro y se celebró una reunión
de patronos y representantes sindicales donde se planteó garanti-
zar el trabajo de los jornaleros durante quince días. Sin embargo,

la extensión de los contratos de trabajo hasta agosto, a lo que se
negó la patronal. Ante la falta de acuerdo la tensión se agudizó de
tal forma que los manifestantes decidieron impedir que acudieran
al trabajo los jornaleros insolidarios o discordantes con la protes-
ta. Además, un grupo de más de un centenar de personas se apostó
 AMV, Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
, f. 41.
 AMV, Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 17.
 Villarrobledo tenía 20.362 habitantes según el censo de población de 1940. Su población
activa era de 12.092 personas. Si consideramos que, como mínimo, los parados en 1931
ascendían a 600 personas y que la población activa no cambió sustancialmente, la tasa
de paro asciende al 5 %, un nivel bastante moderado comparada con las tasas de pueblos
colindantes como Tomelloso (Navarro, 2000).
gina 12
en la estación con la intención de cortar la circulación del ferroca-
rril. Consiguieron su objetivo durante varias horas, pero la llegada
de once guardias civiles, recibidos con  y actitud
subversiva, provocó la reacción hostil de los revoltosos y los agen-
tes cargaron y dispararon al aire para dispersarlos, concentrándose
después en el cuartel. Hubo lanzamientos de piedras contra él, que
no cesaron hasta que las autoridades desplegaron un fuerte contin-
gente policial que efectuó dos cargas, resultando un agente herido y
dos obreros con contusiones por la embestida de un caballo de las
fuerzas del orden13. Posteriormente, UGT y la sociedad de trabaja-
dores de la tierra de Villarrobledo convocaron una huelga general
ante la negativa de la patronal a cumplir con las bases de trabajo
establecidas por el Jurado Mixto del Trabajo Rural de Villarroble-
do. En un acto de solidaridad, respaldaron y se unieron a ella los
trabajadores del sector vitícola y de la construcción14. La inestable
situación socioeconómica de Villarrobledo se agravó con el intenso
enfrentamiento político entre socialistas y republicanos moderados
integrantes del gobierno municipal. La falta de entendimiento entre
ambos grupos políticos provocó la ausencia de los concejales socia-
listas a muchas sesiones y plenos, lo que imposibilitó sacar adelante
muchas de las reformas que necesitaba la localidad y la paralización
o aplazamiento de proyectos públicos importantes como: alcantari-
llado, construcción de escuelas e inauguración del mercado de abas-
tos (Sánchez, 2002, 293-294).
Las elecciones municipales de abril de 1931 dieron la victoria
a las fuerzas monárquicas, pero los resultados fueron impugnados

entre ambas consultas hubo una comisión gestora presidida por el
comandante retirado de la guardia civil Alfonso Rosillo Ballesteros
(ostentaba el rango de teniente coronel en la reserva). En la nue-
va votación, la conjunción republicana-socialista logró la mayoría
de las concejalías: 11 para los republicanos de centro–derecha y 10
para los socialistas. Al ser tan pareja la cifra de concejalías, la go-
bernabilidad exigía pactos y acuerdos continuos. Sin embargo, muy
-
 de 30 de marzo de 1932, 1.
 6 de junio de 1933.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 13
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
líticos que impidieron una gestión estable de la política municipal
(Requena, 1991, 313, 473; Sánchez, 2002, 289-290). En consecuen-
cia, aunque el 5 de junio fue disuelta la comisión gestora con Rosillo
Ballesteros al frente, tomaron posesión de sus actas concejiles los
nuevos elegidos y se constituyó el nuevo gobierno consistorial, las
discrepancias entre socialistas y republicanos hicieron que la alcal-
día siguiera en manos del comandante. Dicha situación se mantuvo
hasta el 9 de julio, momento en que Rosillo dimite, alegando que
15, y nueve concejales
se solidarizan con él y dejan de acudir a las sesiones, situación que
se prolongó seis meses (Requena, 1990, 400). Ante el vacío de poder
y los continuos choques entre las diferentes tendencias, la corpora-
ción dictaminó que ocupara el puesto temporalmente el socialista
Ramón Albert Sáez, que hasta entonces era primer teniente de al-
calde. Su nombramiento tuvo lugar el 25 de septiembre con el voto
favorable de tan solo 12 concejales. Los 9 restantes se negaron a

al republicanismo moderado siguieron sin asistir a las sesiones du-
rante meses, paralizándose de nuevo muchas obras e infraestruc-
turas pendientes16. Aun así, acusaron a los concejales socialistas de
malversar fondos y al agente encargado de recaudar los arbitrios
por efectuar recargos mayores a los contribuyentes que los permi-
tidos por ley. Estas denuncias fueron remitidas al gobernador civil
de Albacete para que procediese a decretar su suspensión no sin
antes enviar a varios delegados gubernativos para que efectuaran
una inspección17. En diciembre de 1932 el alcalde socialista presen-
tó su dimisión manteniendo su acta concejil. Le sustituye hasta un
próximo nombramiento por el vicealcalde primero Joaquín Chirla-
que Sarrión (PRR). Aunque la decisión pudo desatar una crisis de
gobierno municipal mayor a la vivida, lo cierto es que la mayoría
de los concejales vio con buenos ojos la dimisión al considerar que
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 

 Hasta noviembre de 1933 no se inaugura un instituto de segunda enseñanza, acto
al que acudió el gobernador civil Rafael Rubio Carrión. Vid.  25 de
noviembre, 1.
 Archivo General de la Administración (AGA), Interior, caja 44/00142.
gina 14
su gestión fue 18 y porque creían dar una nueva opor-
tunidad para solventar la grave inestabilidad política consistorial.
Estaban muy equivocados. El enfrentamiento entre socialistas y re-
publicanos prosiguió hasta el otoño de 1933, cuando la crispación
se redujo con motivo de la llegada de los comicios a nivel nacional.
El 6 de enero de dicho año los 21 concejales de corporación votan
la elección de nuevo alcalde. Solo asisten 17 a la sesión. De ellos 10
votan a Juan Antonio Martínez Lumbreras; 6, a Luis Gómez Girón;
y 1 a Manuel Contreras. Hasta abril se sucedieron diversos actos
de propaganda protagonizados por la izquierda obrera vinculados,
principalmente, al proyecto de red de alcantarillado. Asimismo, el
diputado por Cádiz, Antonio Roma Rubíes, impartió una conferencia
en la que mostró gran preocupación por el problema agrario y la ne-
cesidad de combatirlo desarrollando la Reforma Agraria del gobier-
no19
para intentar paliar el paro en la localidad. Entre mayo y diciembre
la gobernabilidad del ayuntamiento continuó siendo muy inesta-
ble. Los concejales socialistas se negaban a acudir a los plenos, lo
que obligaba a aplazar las sesiones a una segunda convocatoria a
las que solo iban un número reducido. Sin embargo, lo más desta-
cable en estos meses fue el nefasto comportamiento del alcalde. El
15 de abril mantuvo una fuerte discusión con Juan Ramón Torres
Martínez, vecino de la localidad que había sido llamado por el alcal-
de para comunicarle que su jefe, el socialista Valentín Olivares Par-
do, estaba denunciado por haber tenido abierta la barbería. Parece

estaba abusando de su autoridad para barrer a la competencia pro-
fesional y política. Los insultos se repitieron hasta que el aprendiz
de peluquero contestó que esas vicisitudes debería comentarlas a
su maestro. El alcalde comenzó a golpearle a la vez que le apuntaba
con una pistola. Juan Ramón Torres, perseguido por el alcalde, echó
a correr desesperadamente hasta el círculo mercantil, donde se es-
condió. La situación empeoró cuando, en un arrebato de ira descon-
trolada, el alcalde amenazó con su pistola a Benjamín García Pérez,
 AMV, Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento,     
f. 5.
 28 de febrero de 1933, 3.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 15
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
que se encontraba dentro de un bar llamado «Saboya», y le ordenó
que le acompañara, sin motivo aparente y tras propinarle varias pa-
tadas y manotadas, al presidio de la localidad. Poco tiempo después,
el alcalde empezó a discutir con otras personas que, tras denunciar
su conducta, se concentraron en la plaza principal del municipio ca-

apalizó al vecino Juan Antonio González Navarro, que resultó herido
de gravedad, y al maestro nacional Vicente Pelayo20. La respuesta de
los concejales de la oposición no se hizo esperar:
Creemos que tan desacertada y fuera de razón y derecho, esta con-
ducta de nuestra primera autoridad, que por el buen nombre del
pueblo y de la corporación municipal deshonrada y de la justicia
menospreciada, de la libertad pisoteada, y de la ciudadanía envi-
lecida si se tolerasen estos desmanes de autoridades incapaces,
que pedimos a la corporación, que volviendo por su buen nombre
se declare incompatible con su actual presidente de las casas con-
sistoriales, a diecisiete de abril de mil novecientos treinta y tres21.
Por todos estos hechos, el 3 de mayo un nuevo pleno en el
ayuntamiento leyó la orden del gobernador civil de la provincia,
con fecha de 28 de abril, por la que cesaba como alcalde de la loca-
lidad a Juan Antonio Martínez Lumbreras. En su lugar, fue elegido
en funciones de nuevo el primer teniente de alcalde Joaquín Chir-
laque Sarrión. La gobernabilidad del ayuntamiento, por lo tanto,
siguió una dinámica muy inestable: los concejales socialistas se ne-
gaban a acudir a las sesiones, lo que obligaba a aplazar las sesiones
a una segunda convocatoria en las que, entre mayo y diciembre,
solo asistieron un número muy reducido de concejales. El 3 de julio
la suspensión del alcalde fue levantada, lo que le permitió retomar
sus funciones. Por este motivo, el 26 de julio la minoría socialista
insistió en la incapacidad de Martínez Lumbreras para presidir el
gobierno de Villarrobledo como consecuencia de los sucesos vio-
lentos que protagonizó en la primavera. Por ello, en una votación
de carácter urgente en la que solo participaron 12 concejales: 8
 AMV, Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 46. Véase también AGA, Interior, caja 44/00142.
 f. 46 y 47 y AGA, Interior, caja 44/00142.
gina 16
votaron a favor de la incompatibilidad del alcalde y 4 restantes se
posicionaron a favor de su gestión (Sánchez, 2002, 293). Las des-
avenencias entre socialistas y republicanos se acentuaron más a
raíz del triunfo de las derechas en noviembre de 1933. En Villarro-
bledo, la participación fue del 81,8 % del censo (9.073 electores).
Las derechas obtuvieron el 59,7 % de los sufragios y las izquierdas
un 39,9 %. Pedro Acacio Sandoval, gran propietario del término,
obtuvo 860 votos y Salvador Marbán de los Santos, tío del que fue
líder del movimiento insurreccional villarrobletano de octubre de
1934, 563 (Sepúlveda, 2001, 554)22.
La minoría socialista de Villarrobledo presionó con no asistir
a las sesiones de la corporación porque el alcalde, Martínez Lum-
breras, se aferró al cargo ignorando las mociones que pesaban sobre
su gestión. Esto obligó a suspender hasta siete sesiones entre enero
y febrero de 1934. Asimismo, acusaban al alcalde de no tener la ca-
pacidad para solucionar los graves problemas económicos, políticos
y sociales locales. Muchas declaraciones socialistas eran ataques di-
rectos al alcalde acusándole de traidor por unirse al PRR y renegar
del socialismo, de tirano, por los violentos episodios que protagoni-
zó y negarse a dimitir pese a la moción de censura del 4 de octubre
(8 votos a favor, 1 en contra y 3 abstenciones a la destitución)23 y
de ser aliado de los «caciques» y oligarcas de la provincia (Sánchez,
2007, 37)24. La situación se volvió insostenible y el gobernador civil
comenzó a destituir a los concejales socialistas y republicanos des-
afectos25.
 En la provincia las derechas obtuvieron el cupo de las mayorías, 5 diputados, mientras
que las izquierdas, que esta vez no fueron en coalición, se quedaron en 2 diputados (Villa
García, 2011, 533). Vid. de 21 de noviembre de
1933, 22- 23.
 AMV, Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
.
 El autor apunta 

     
 . Vid. AMV, Libro Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 32.
 En sesión del 25 de abril de 1934 se comunicó al socialista Ramón Albert Sáez la
suspensión decretada por el gobernador civil José Aparicio Albiñana cinco días antes.
En julio fueron sancionados y destituidos 6 concejales socialistas y 2 republicanos de
izquierda, siendo reemplazados por ocho nuevos concejales republicanos-conservadores
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 17
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...

El 4 de octubre de 1934, fecha de entrada de tres ministros
-
blica. Muchos campesinos consideraron que CEDA era la represen-
tación del fascismo en España y se extendió la idea de que pretendía
implantar un régimen «   (Rosal, 1984,
103-121). Pensaron que algunas ventajas logradas en el primer bie-
nio serían revocadas y sustituidas por reformas que restablecieran
la precariedad en el campo fruto de la supuesta alianza entre ele-
mentos derechistas y terratenientes. Por este motivo, la idea de la
revolución auspiciada por el sector radical del PSOE tuvo gran aco-
gida, sobre todo entre los largocaballeristas y población campesina.
En la provincia de Albacete no fue solo la incorporación de los
tres miembros cedistas al gabinete de los radicales lo que provocó
el movimiento revolucionario de octubre de 1934, también contri-
buyó la idea de que, con limitaciones, las reformas del primer bienio
habían aportado avances y mejoras socioeconómicas que corrían el
riesgo de ser paralizadas o abolidas. El movimiento revolucionario
provincial no se limitó a las reivindicaciones agrarias como prueba
que la huelga general de junio tuviera una repuesta y seguimiento
mucho mayor en la provincia, manifestándose reclamaciones polí-

Gobiernos republicanos (Oliver, 1997; Requena, 1998). De todas las
agrupaciones socialistas que participaron en la insurrección la de
Villarrobledo fue la que «
(Carrión, 1990, 53). La huelga revolucionaria perpetrada en la lo-
calidad durante la noche del día 5 y gran parte de la jornada del 6
de octubre de 1934 se desarrolló siguiendo una estructura organi-
26 lo que, al igual que en Tarazona de la Mancha
(Gómez, 2012, 75-90), fue la excepción en el comportamiento pro-
que completaban las 2 vacantes existentes y las 6 producidas por sanción. AMV, Libro de
Actas de Sesiones del Ayuntamiento, f. 52-53. El
gobernador les instruyó expediente acusándoles del delito de abandono de funciones.
 La consulta de varios expedientes penitenciarios del archivo del centro penitenciario
de Pamplona (sin catalogar) y remitidos por la biblioteca de la Secretaría General de
Instituciones Penitenciarias han sido claves para reconstruir algunos hechos de este
episodio.
gina 18
vincial, donde la actividad revolucionaria se limitó a episodios huel-
guísticos y pequeños choques con las fuerzas del orden que, aun así,
ocasionaron el fallecimiento en Caudete del agente de la guardia ci-
vil, Francisco Martínez López27.
El principal dirigente del movimiento revolucionario villarro-
bledense fue el abogado y político socialista Antonio Marbán de los
Santos, secretario del Jurado Mixto del Trabajo Rural local presidi-
do por Juan Francisco Descalzo Nieto desde agosto de 1933 (Oliver,

militantes de la agrupación socialista local que, en fechas anteriores
al estallido, se proveyeron de armas y municiones adquiridas en San
Clemente y Albacete siendo el tesorero de la agrupación quien hizo
sendos pagos: uno de 200 pesetas en diciembre de 1933, y otro de

capital28. En los hechos participaron Luis Rubio Clemente29, chófer
de Descalzo Nieto, Antonio Marbán de los Santos y Francisco Des-
calzo Nieto que, con Marbán y varias mujeres, prestó, además, sus
herramientas y conocimientos para fabricar bombas caseras en su
taller particular (Bascary, 2021, 103).
Sobre las diez de la noche, convocados por Antonio Marbán,
acudieron a la Casa del Pueblo de Villarrobledo casi todos los mili-
tantes socialistas e integrantes de la Sociedad de Trabajadores Agrí-
colas. También asistieron gran número de forasteros al ser época de
vendimia. En total había unos 400 individuos reunidos y entre ellos
se repartió el arsenal de armas acumulado por la agrupación: pisto-

Una vez repartidas armas y municiones, Marbán designó como jefes
de grupo a Felipe Almansa Parra, Victoriano Moreno Rubio, Fernan-
do Almansa Castillo, Ángel Morales Tirado, Enrique Moya Navarro
 10 de octubre de 1934, 1. Al entierro acudió multitud de personas

10 de octubre de 1934, 1. «El entierro del Guardia Civil muerto en Caudete constituye una
imponente manifestación de duelo».

la sociedad agrícola de Villarrobledo, en una misiva remitida a José Prat de 1 de enero de
1935. Véase Archivo General de la Guerra Civil (AGGC): Caja 444, Exp. 49.
 En la narración de las sesiones del Consejo de Guerra sobre los sucesos de Villarrobledo
del día 9 y 10 de julio, el nombre citado del chófer de Descalzo Nieto es Celestino López
Landete, apodado «Gasolina». Vid. 10 de julio de 1935, 1.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 19
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...

único objetivo de proclamar la República socialista. Para que pudie-

como consigna la palabra  a la que debían contestar
con la contraseña . Además de los cabecillas citados,
ejercieron funciones directivas destacadas, siempre bajo órdenes
de Marbán, Ramón Albert Sáez, José Tobarra Molina, Juan Francis-
co Descalzo Nieto, Pedro Antonio Alfaro, Pablo Valentín Arrones y
Miguel Pérez Ríos30. Convinieron en establecer la medianoche del
día 6 como momento inicial del movimiento revolucionario. Los in-
surgentes cortaron con una sierra tres postes de luz eléctrica, inuti-
lizaron varios cables y quemaron uno de ellos. Concretamente, eran
los transformadores eléctricos situados en la calle Nueva, barrio de
San Clemente y Plaza de Santa María. Igualmente, quemaron varios
-
tamiento donde destruyeron libros de cuentas, listas cobratorias y
recibos de utilidades y arbitrios pendientes de cobro por un importe
que, según declaración a principios de diciembre de 1934 del agente
ejecutivo y administrador de arbitrios, Juan Antonio Castillo López,
ascendía a 729.422 pesetas31. Asimismo, ocasionaron daños consi-
derables en objetos artísticos valiosos al quemar la puerta, órgano
y coro de la iglesia de San Blas. Concentrados todos los grupos en la
plaza municipal de Santa María, algunos individuos fueron al domi-
cilio del presidente de la Diputación provincial de Albacete, Francis-
co Jiménez de Córdoba, que en ese momento estaba con el goberna-

las llamas. Además, los insurgentes incendiaron varias escuelas y
locales (bolsa de trabajo y administración de arbitrios) y ocuparon
el mercado de abastos y el círculo mercantil32, donde establecieron
su cuartel general haciendo prisioneros a algunos socios que se en-
-
 Tanto los expedientes policiales correspondientes a estos sucesos como la documentación
          
Interior, caja 44/10952, Exp. 66.
 AGA, Interior, caja 44/00142.
  

Algunas residencias colindantes sufrieron daños
gina 20
cerse con el Cuartel de la Guardia Civil pese a intentar asaltarlo en
tres ocasiones provocando un intenso tiroteo entre los rebeldes y la
Benemérita que se prolongó varias horas. La situación se mantuvo
sin apenas cambios hasta las cinco de la madrugada, momento en el
que llegan los primeros refuerzos policiales procedentes de la capi-
tal y otras poblaciones albaceteñas. El gobernador civil de Albacete
ordenó, tras recibir las noticias de su secretario, que partieran efec-
tivos policiales a sofocar la insurrección de Villarrobledo. Sin em-
bargo, los recursos disponibles eran reducidos. Ante ello, Sigfrido
Blasco Ibáñez, funcionario del Ministerio de Gobernación y amigo
de José Aparicio Albiñana, contactó con el gobernador civil de Ciu-
dad Real, Alejandro Pérez Moya, solicitándole el envío de refuerzos
a Villarrobledo. Gracias a esta acción, se dispuso de varias seccio-
nes de guardias de asalto para aplacar la insurgencia revolucionaria
(Aparicio, 1936, 106-107). Los refuerzos de Ciudad Real tardaron en
llegar siendo los primeros en acudir los de la capital y poblaciones
como Barrax, La Roda y Villalgordo que se pusieron bajo las órdenes
del teniente de la guardia civil Ramón Martínez, que llegó sobre las
cinco de la mañana. Según el informe que elaboró tras sofocar el mo-
vimiento revolucionario33, dirigió un contingente compuesto de tre-
ce guardias civiles, dos cabos y dos sargentos, a los que se sumaron
los agentes locales (nueve) que, hasta ese momento, comandadó el
sargento Benito Cabezuelo Moreno. Entre las cinco y las diez de la
mañana del día 6, el teniente ordenó que rodearan los principales

se vieran obligados a rendirse. En el mercado de abastos hubo va-
rios asaltos infructuosos y tras un intenso fuego cruzado se invitó a
los insurrectos a rendirse. Los rebeldes se negaron y respondieron

sobre los agentes, situación que se mantuvo hasta las diez de la ma-
ñana, hora de llegada de una camioneta procedente de Ciudad Real
con una sección de guardias de asalto compuesta por cuatro cabos

teniente Ramón Martínez pasó a contar con unos 50 efectivos y de-
cidió reforzar a los agentes que rodeaban las dos plazas donde se
 AGA, Interior, caja 44/10952, Exp. 66.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 21
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
ubicaban los insurrectos, reanudando las acciones intimidatorias
para que los revoltosos capitularan. En el mercado de abastos los
rebeldes respondieron con nuevas descargas contra las fuerzas del
orden, lo que llevó al teniente a decidir el asalto por la fuerza. El ti-

del mediodía, los rebeldes depusieron las armas y se entregaron.
En el Círculo Mercantil la benemérita tomó posiciones en los teja-
dos próximos. Los rebeldes, al igual que en el mercado de abastos,
opusieron una férrea resistencia empleando todo tipo de armas y

los insurgentes, desmoralizados tras perder tres compañeros, deci-
dieron rendirse. Al conocer que la insurrección había fracasado en
gran parte del territorio nacional, Antonio Marbán de los Santos se
suicidó disparándose con su pistola en la sien.
Sofocado el movimiento revolucionario y extinguidos los in-
cendios, las fuerzas del orden trasladaron a los detenidos, que su-
peraban los 20034, hasta el ayuntamiento. Tras las detenciones, la
fuerza pública procedió a incautar y registrar los principales cen-
tros en que los socialistas realizaban su actividad política y aquellos
reductos donde se hicieron fuertes los rebeldes durante la insurrec-
ción. En la Casa del Pueblo, Sociedad de Trabajadores Agrícolas, Cír-
  
un total de 56 bombas de mano de 1 a 20 kilos, varios centenares
de armas cortas, pistolas y revólveres de diferentes calibres con sus
        
35. La
insurrección de octubre de 1934 acaecida en Villarrobledo provocó
cuatro víctimas mortales, así como una veintena de heridos36. Los
 La cifra de insurrectos de los expedientes penitenciarios (400 individuos) parece
exagerada, aunque no tanto como para descartarla. Los principales diarios de la provincia
informaban de 205-212 personas detenidas. Vid. AMA, 8 de octubre
de 1934 1, y 9 de octubre de 1934, 1. Virgilio Espinar (1993, 147)
describe que se produjeron unas 300 detenciones. En cualquier caso, un número impreciso
de detenidos quedó en libertad tras prestar declaración y solo 69 pasaron a disposición de
la autoridad militar.
 Vid. de 9 de octubre de 1934, 1.
 Según testimonio del gobernador civil de Albacete, los sucesos de Villarrobledo
 (Aparicio, 1936, 110-111).
Además de Antonio Marbán de los Santos, los expedientes penitenciarios indican otras
gina 22
detenidos fueron sometidos a un procedimiento sumarísimo ges-
tionado por la autoridad militar. El gobernador militar de Albacete,
Enrique Martínez Moreno, designó a don José Luis González Manga-
do, teniente auditor de la 3ª División37, para que prosiguiera con los
sumarios y velara por el cumplimiento del Código de Justicia Mili-
tar en el proceso. Las sentencias emitidas en los consejos de guerra
fueron dictadas el 11 de julio de 193538. De los 69 procesados, 31
fueron condenados a cadena perpetua (30 años de reclusión); 13 a
12 años y un día; 4 a 1 año y 6 meses de prisión; y los 21 restantes
fueron absueltos.
Las Casas del Pueblo de Villarrobledo, Tarazona de la Man-
cha, Almansa, Caudete, Madrigueras, Barrax, Lezuza, Fuentealbilla,
y numerosas sociedades y Agrupaciones Socialistas fueron clausu-
radas temporalmente, así como las sedes de sindicatos en la provin-
cia y algunas secciones locales de IR, UR y PCE (Sepúlveda, 2001,
305). Muchas no pudieron reanudar sus actividades políticas hasta
la amnistía decretada tras la victoria del Frente Popular en febrero
de 1936. Por decreto de 13 de diciembre de 1934, los Jurados Mix-
tos quedarían inoperativos al suspenderse sus plenos y expulsar a
los vocales ugetistas o socialistas por los sucesos de octubre. Esto
mermó la negociación entre patronal y trabajadores y fomentó el
incumplimiento de las bases de trabajo e incluso la legislación la-
boral vigente39. Por último, en virtud de las cartas remitidas a José

Colocación obrera de la localidad, establecida en abril de 1933, no
se puede descartar que esta fuera cerrada también con motivo de la
insurrección40.
tres víctimas mortales (Agustín Heredero Padilla, Juan José Alcañiz Mecinas y José Melero
Sánchez).
 13 de octubre de 1934, 1.
 Para el proceso, véase 8, 9, 10 y 11 de julio de 1935; 
9 10, 11 y 12 de julio de 1935; y Carrión (1990).
 Vid. (348), 14 de diciembre de 1934, 2.143.
 AGGC: Caja 445, Exp 123 y AGGC: caja 997, Exp. 48.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 23
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...

       
las fuerzas del orden en Villarrobledo se incrementó, lo que expli-
caría que en los primeros meses de 1935 hubiera una excepcional
tranquilidad política. No obstante, fueron frecuentes las protestas
y denuncias de varios vecinos militantes del PSOE o PCE, algunos
cumpliendo condena por insurrecto, contra el gobierno municipal.
En sus misivas al diputado por Albacete José Prat, reprochaban a la
agrupación socialista local y a la Federación Provincial del PSOE es-
tar  y señalaban que, durante
los ocho meses que llevaban bajo arresto, -

-
 De la misma forma, se pronunciaba José
Ponce Castillo con fecha de 13 de junio de 1935. Solicitaba que la
Federación buscara la manera de «
 en prisión41. Hubo también casos de ar-
bitrariedad policial impulsados por el alcalde. En cartas remitidas a
José Prat, Joaquín Cáceres, presidente de la Sociedad de Trabajado-
res Agrícolas de Villarrobledo, indicaba, con fecha de 8 de mayo de
1935, que fueron 
 y obreros de otras localida-
des cercanas para informarles que en un plazo de 48 horas debían
abandonar el municipio. En otra, fechada el 16 de mayo de 1935,

comunicó que 
 lo que tacha de «infa-
mia» pues en el municipio reinaba la tranquilidad. Parece que estos
-
mente, ya que el diputado se reunió con el gobernador civil de Alba-
cete para que fueran anulados de inmediato. La máxima autoridad
provincial respondió que 
 y ordenó a la guardia civil
que cesara su intervención en este asunto. Asimismo, con fecha de
 AGGC: Caja 1110, Exp. 43.
gina 24
19 de mayo, José Prat manifestó a la agrupación socialista de Villa-
rrobledo la conveniencia de atenerse «
para evitar represalias o actos de violencia42. Por su parte, la prensa
local denunciaba el aumento del precio del pan, la falta de empleo
y la corrupción y favoritismo en la gestión municipal. Se acusó al
ayuntamiento de servir de «asilo» para los que suplicaban un pues-
to de trabajo a las familias pudientes, y se reprochó al presidente
de la Diputación, Francisco Jiménez de Córdoba, por aprovechar su
43.
Al anunciarse la dimisión de Alejandro Lerroux por escán-
dalos de corrupción y la convocatoria de elecciones generales para
el 16 de febrero de 1936, las principales tendencias del país forma-
ron alianzas electorales, lo que nuevamente despertó el apetito y la
tensión sociopolítica en la provincia de Albacete y, por supuesto, en
Villarrobledo. Aunque no hubo episodios violentos, las formaciones
más extremistas -FE y las Juventudes Socialistas- protagonizaron

del gobernador civil de limitar la licencia de armas para actividades
cinegéticas. En enero de 1935 se concedieron casi 140 permisos,
mientras que en noviembre fueron apenas 35 en toda la provincia44.
Asimismo, fueron frecuentes los discursos y mítines que ensalza-
ban la futura consulta electoral como si se tratara de un juego de
suma cero. Es decir, como si las dos tendencias ideológicas en pug-
na estuvieran batiéndose en un duelo que decidiera su superviven-
cia o aniquilación. Aunque la coalición electoral del Frente Popular
ganó a nivel nacional, en la provincia de Albacete, la victoria fue de
la coalición antirrevolucionaria. Pedro Acacio Sandoval, candidato
de CEDA esta vez, era natural de Villarrobledo y logró nuevamente
el acta de diputado. En su localidad obtuvo 867 votos45 de los 7.567
registrados en un censo de 9.799 electores. La tasa de participación
(77,2 %) fue alta, pero menor que en las elecciones anteriores. Los
resultados en el municipio concedieron, al igual que en las genera-
 AGGC: Caja 444, Exp. 49.
 14 de abril de 1935, 5.
 Vid. BOPA) (3), 7 de enero de 1935, 1- 2; y
(146), 6 de diciembre de 1935, 1-2.
 Vid. BOPA, Extraordinario, 18 de febrero de 1936, 15-16.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 25
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
les de 1933, una victoria holgada a las derechas: 58,2 % de los votos
frente al 41,7 % del bloque de izquierdas (Sepúlveda, 2001).

En Villarrobledo, al igual que en otros municipios albaceteños,
la victoria del Frente Popular en las elecciones generales de 1936 es-
tuvo acompañada de la restitución de los antiguos gobiernos locales
bajo control de republicanos de izquierda o socialistas que habían
sido suspendidos con motivo de los sucesos revolucionarios de oc-
tubre de 1934 (Sepúlveda, 2003 a, 2003 b; Requena, 2015). De este
modo, la corporación presidida por el alcalde radical Juan Antonio
Martínez Lumbreras, fue reemplazada por orden del gobernador ci-
vil, José María Lucas Parra, por una comisión gestora (Tabla 1).


Antonio Berruga González Alcalde – presidente IR
Ángel Jean Ortiz Vicepresidente primero PSOE
Francisco Atienza Moreno Vicepresidente segundo UR
Francisco Velasco Olmedo Vocal IR
Ernesto Martínez Hernández Vocal IR
Manuel Marín García Vocal PSOE
Alfonso Herreros Barriga Vocal PSOE
Juan Caro López Vocal UR
Luis Gómez Girón Vocal UR
(*) La actividad de la comisión gestora se vio paralizada con el estallido de la sublevación militar entre
el 18 y 25 de julio de 1936. Tras ser sofocada por milicias procedentes de la provincia de Ciudad Real,
se reanudó su gestión.
Fuente: Elaboración propia con datos del AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
, f. 80-81.
Se establecieron siete comisiones, una delegación de la Pla-
za de Abastos y se nombró a un nuevo regidor síndico. Asimismo,
se acordó, por unanimidad, que las sesiones ordinarias se celebra-
gina 26
sen los jueves de cada semana a las 18:00 h. y las extraordinarias
cuando así lo solicitara el alcalde o la mayoría de los miembros de
la corporación46. El objetivo del gobernador civil era que las mani-
festaciones que se estaban produciendo con motivo de la victoria
del Frente Popular pudieran ser encauzadas por las autoridades que
representaban los intereses de las clases populares, y que reclama-
ban la reposición de los consistorios depuestos durante el bienio
anterior. Por este motivo, el gobernador civil envió una carta con
fecha de 26 de febrero por la que ordenaba el cese del gobierno de la
corporación y se formara la comisión gestora citada para solventar
problemas ligados al «mantenimiento del orden público». Y es que
las concentraciones para celebrar la victoria del Frente Popular no
se limitaron a apoyar al nuevo gobierno frente populista, sino que,
en la capital del país, derivaron en violencia y saqueo. El ímpetu y
euforia inicial se convirtió rápidamente en mayor agitación y ma-
nifestaciones ilegales que obligaron a las autoridades a decretar el
cierre de comercios e imponer el estado de alarma en toda España47.
La situación en Villarrobledo fue más tranquila, aunque este tipo
de manifestaciones no fueron ajenas a la localidad, donde también
hubo enfrentamientos, aunque sin derivar en episodios de violencia
o altercados de gran magnitud, ni en choques entre los simpatizan-
tes de ideologías contrapuestas o enfrentamientos con las fuerzas
del orden público. Las primeras concentraciones tuvieron lugar con
la llegada de los excarcelados, que, gracias al decreto de amnistía,
adquirieron gratuitamente billetes de transporte, ropa y comida
para el viaje de regreso a sus domicilios. Las agrupaciones izquier-
distas organizaron actos y mítines de bienvenida a sus camaradas
que habían permanecido 16 meses bajo arresto. Familiares, amigos
y compañeros de partido acudieron a las estaciones de ferrocarril
para recibirles y, seguidamente, realizaron un recorrido por las
principales calles o avenidas hasta llegar al recinto donde tuvo lugar
el mitin. Durante el trayecto, las familias de las víctimas de los suce-
sos revolucionarios de octubre soportaron, desde sus domicilios, los
 AMV: , 
f. 81.
 Sobre la declaración del estado de alarma nacional, vid. (49), 18 de
febrero de 1936, 1.427.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 27
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
vítores y euforia colectiva que estas manifestaciones comportaban
(Requena, 2011, 108). No obstante, el gobernador civil declaró a la
prensa albaceteña que tanto en Villarrobledo como en Tarazona no
hubo incidentes, regresando los manifestantes a sus domicilios en
orden48. La reposición de los antiguos gobiernos locales también fue
acompañada de pequeñas concentraciones izquierdistas de apoyo
cerca de los ayuntamientos para mostrar el apoyo a la restitución
de sus camaradas y exigir a las comisiones gestoras acciones revan-
chistas o depuradoras contra los miembros de las corporaciones sa-
lientes a las que se acusaba de promover la represión por los suce-
sos de octubre de 1934. Para R. Sepúlveda (2003, 225) las acciones
exigidas de castigo o depuración fueron muy limitadas, apostando
por la . En Villarrobledo, el mismo día en
que se formó la nueva comisión gestora se solicitó al gobernador
civil un delegado para que inspeccionara la gestión del anterior go-
bierno local y se estudiara el caso con objetividad y neutralidad49.
Asimismo, y por unanimidad, se decidió destituir de sus puestos a
dos alguaciles, tres guardias municipales, cuatro guardas de campo,
tres barrenderos, tres vigilantes de arbitrios, un vigilante del mer-
cado de abastos, el encargado del depósito municipal, el asesor jurí-
dico del ayuntamiento, uno de los secretarios del consistorio y uno
50. Todas estas
plazas quedaron vacantes hasta ser cubiertas de modo provisional
por los aspirantes propuestos por el gobierno local en el pleno del
2 de marzo51. En idéntica línea, a principios de marzo, varios miem-
bros de la Agrupación Socialista local solicitaron al alcalde que tan-
to el sargento como la mayoría de los agentes de la Guardia Civil
que prestaban sus servicios en Villarrobledo fuesen trasladados
de comandancia. La razón alegada era que los efectivos de la Bene-
mérita acuartelados en la población habían estado implicados en
   25 de febrero de 1936, 1, 6.   y 

 AMV: , 
f. 85.
 AMV: , 
f. 87.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 91.
gina 28
la represión ocurrida en octubre de 1934. Pablo Valentín Arrones,
secretario del Jurado Mixto del Trabajo Rural de Villarrobledo y du-
rante los primeros meses de la Guerra Civil jefe de milicias de la po-
blación, redactó una misiva al Comité Ejecutivo del PSOE en Madrid
argumentando los motivos de tal exigencia, a la vez que denunciaba
varios desencuentros que tuvieron lugar entre miembros de las or-
ganizaciones obreras villarrobletanas y fuerzas del orden. De su na-
rración se desprende que alrededor de la una de la madrugada del
3 de marzo Miguel Pérez Ríos, Ángel Morales Tirado y un miembro
de las juventudes socialistas fueron a visitar a los directivos de los
sindicatos de campesinos y albañiles para intercambiar impresio-
nes. Finalizada la reunión, los tres salieron en dirección a sus domi-
cilios y, de repente, fueron aprendidos frente al mercado de abastos
por tres agentes de la Guardia Civil que les obligaron a levantar las
-
gún sus propias palabras: 

-
 Y les acusaba de actuar con extrema parcialidad, pues
mientras a ellos les cacheaban «



    

 En la tarde del 2 de marzo, sobre las 17 h., recibieron no-
ticias en la sede de la Agrupación Socialista de que el camarada y
dirigente, José Barreiro, viajaba en tren a Cartagena para participar
en un mitin. Dado que esa línea ferroviaria pasaba por Villarroble-
do, cientos de camaradas decidieron acudir a la estación para salu-

envolvieron las banderas y se marcharon a sus domicilios, pasando
frente al cuartel de la guardia civil. Al ser un grupo numeroso había
cierto griterío ocasionado por el intercambio de impresiones sobre
el líder socialista o simplemente por las conversaciones mantenidas
durante el recorrido. Del cuartel salieron a su encuentro un alférez
y ocho guardias que, fusil en mano, detuvieron a varias personas,
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 29
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...

una manifestación52.
La nueva corporación tuvo que afrontar el principal problema
de la localidad: el desempleo. Para mitigarlo, elaboró varios proyec-
tos de obras públicas: pavimentación, alcantarillado y, sobre todo, un
programa de construcción de escuelas públicas. La adjudicación de
los contratos pasaba por un concurso supeditado a que las plantillas
de las empresas que concurriesen fueran residentes en la localidad.
-
to anual del consistorio se crearon varias comisiones que manifesta-
ron la necesidad de remodelar y arreglar algunas calles, lo que sirvió
de base para elevar la dotación de 25.000 pesetas establecida para
esta partida por el gobierno anterior a 145.000. Tal aumento sería
destinado según la comisión de Hacienda a obras de pavimentación

53. En cuanto al proyecto
educativo, varios gestores denunciaron que en Villarrobledo había
unos 3.000 niños y el 76 % (2.300) no iba a la escuela por falta de
infraestructuras que dieran cabida a toda la población en edad esco-
lar. Apuntaban también que los padres se veían obligados a «mendi-
gar» un puesto para sus hijos, que casi nunca conseguían porque los
centros estaban saturados, responsabilizando de esta precariedad a

, cuyo objetivo era
apartar a las masas del acceso a la educación para poder 
 El principal problema denunciado por los gestores de
instrucción pública fue la ausencia de un modelo de escuela graduada
que insertara niveles educativos diferenciados acordes con la edad o
conocimientos adquiridos por los estudiantes. Lo vigente era un mo-
delo de escuela unitaria con un docente encargado de enseñar a un
grupo amplio y heterogéneo -por edad y conocimientos- de alumnos,
generalmente en una sola aula. Ello implicaba que los profesores de-
 Archivo de la Fundación Pablo Iglesias (AFPI), Archivo Histórico, Leg. VI, Exp. 2. El estado
de alarma seguía vigente y, por tanto, según el artículo 45 de la Ley de Orden Público de
28 de julio de 1933, la autoridad podía suspender cualquier manifestación o reunión que
pudiese alterar el orden público. Vid. de 30 de julio de 1933 (211), 686.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 88, 89.
gina 30

que limitaba las posibilidades de aprendizaje. Este tipo de enseñanza
predominaba en la mayoría de los pueblos con recursos tan escasos
que condicionaban la construcción de nuevos centros educativos o
ampliar la capacidad de los existentes (Jara, 1991, 58–61). En ese
marco, la comisión de Instrucción Pública de Villarrobledo presentó
una moción denunciando el problema y solicitando crear veinte es-
cuelas de primera enseñanza. Dicha propuesta contenía unos objeti-
vos mínimos de al menos tres centros educativos nuevos habilitados
para impartir enseñanzas de los tres primeros grados de educación
primaria para ambos sexos; otros tres destinados a enseñanza de pár-
vulos; y, por último, aprovechando las infraestructuras educativas ya
existentes, articular un centro con los seis grados de instrucción pri-
maria. Con ello, se aliviaría el problema educativo local y paro obrero
-
 54. Por otro lado, una delegación de la
inspección educativa provincial solicitó a la corporación que una de
las escuelas privadas, concretamente la que estaba bajo tutela de va-
rias congregaciones religiosas y ofrecía enseñanza a unas 150 alum-
nas, fuese reemplazada por una escuela pública para niñas55. Además,
el concejal socialista, Alfonso Herreros Barriga, como miembro de
la comisión de Instrucción Pública municipal, solicitó al consistorio
que los recintos religiosos de  y  fuesen cedi-
dos para convertirlos en centros educativos públicos laicos, siendo
conscientes de que los trámites burocráticos requeridos para la ce-
sión serían muy lentos56. Finalmente, a instancias de cuatro docentes
del instituto de segunda enseñanza villarrobledense se propuso crear
una nueva biblioteca municipal a la que se destinarían más de 500
volúmenes en virtud del donativo de fundación que amparaba el artí-
culo 4 del Decreto de 13 de junio de 193257, ofreciendo para ello como
local un espacio del propio instituto. Para algunos concejales como
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 99-100.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 95.
 AMV: Libro de Actas de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 72.
(166), 14 de junio de 1932, 1881.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 31
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
Ángel Jean Ortiz era una oportunidad única para la clase trabajadora
pues 
-

58. A mediados de marzo la Comisión de Hacienda pre-
sentó un proyecto presupuestario para estos menesteres (Tabla 2).


 Vigilancia y seguridad 28.750,0
Rentas 798,7 Policía urbana y rural 45.450,0
Eventuales y
extraordinarios 700,0 Recaudación 26.025,0
Derechos y tasas 94.700,0 Personal y material de
 79.250,0
Cuentas, recargos y
participaciones en
tributos nacionales
124.249,1 Salubridad e higiene 22.970,0
Imposición municipal 550.466,8  5.050,0
Multas 16.000,0 Asistencia social 8.580,0
  Instrucción pública 73.792,0
 Obras públicas 242.252,0
Obligaciones generales 170.846,8 Fomento de los intereses
comunales 2.000,0
Representación
municipal 8.040,0 Mancomunidades 58.408,5
Agrupación forzosa de
municipios 5.500,0
Imprevistos 10.000,0
 
Fuente: elaboración propia con datos del AMV:        
.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 31.
gina 32
-
ferida comisión, basándose en el artículo 12 del Decreto de 15 de
junio de 193459
del 75 % de las obras establecida para los municipios con más de
10.000 habitantes y menos de 50.000. Apuntaba también que el cos-
te ascendería a unas 800.000 pesetas, de las que 200.000 debían ser
sufragadas por el consistorio, reconociendo que la corporación no
podía disponer de tal cantidad de recursos. El artículo 26 del refe-
rido decreto posibilitaba una solución: contraer un empréstito con
fondos del Instituto Nacional de Previsión o de las Cajas de Ahorro,
abonando anualmente las cuotas correspondientes. Además de los
-
cionales para las obras de saneamiento en la localidad que tuvieran,
además, como objetivo mitigar el desempleo. Fueron dos pagos, uno
aprobado por Consejo de ministros del 6 de febrero de 1936 que
ascendía a 238.363 pts. y otro de idéntico montante aprobado el 7
de marzo60
los ambiciosos proyectos esbozados por la comisión gestora y par-
ticulares. El coste de las obras de saneamiento y alcantarillado era
de 1.115.540 pts., debiendo aportar el consistorio 638.814, cuan-
tía imposible de asumir a corto y medio plazo. También se pergeñó
un proyecto de abastecimiento de aguas y de canalización desde las
lagunas de Ruidera y de otros pozos y lagunas de la villa de El Pro-
vencio que gestionaría la sociedad «Agro-Hidráulica» con un coste
de 20 millones de pts. Su inviabilidad económica obligó a los ges-
tores a plantear como alternativa construir un embalse muy cerca
, con coste de 1,87 millones61, del que se
abastecería la población. A mediados de junio se propuso otro pro-
yecto de obras de alcantarillado y saneamiento presupuestado en
877.853 pts., 365.151 a sufragar directamente por el Estado y el res-
 de 17 de junio de 1934, (168), 1.765-1.768. Para cubrir los gastos

como la Junta Nacional del Paro, Diputación provincial e Instituto de Crédito Local.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 48.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 52, 53.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 33
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
to (512.702 pts.) con un empréstito que el consistorio liquidaría en
doce anualidades62.
Por otro lado, el ayuntamiento había elevado los impuestos
con un recargo adicional del 10 % -conocido como «la décima»-
al impuesto municipal de utilidades de la riqueza mobiliaria. Este
tributo, según la Ley de 27 de marzo de 190063, gravaba los ingre-
sos procedentes tres grupos de rentas: las del trabajo personal, un
gravamen directo y progresivo que afectaba principalmente a las
rentas del trabajo o capital; las del capital mobiliario (intereses de
cuentas bancarias, bonos, obligaciones y, en general, títulos de renta
-
cietarios netos (Navarro, 2010, 12, 13). Antonio Berruga González
expuso ante la comisión gestora que existía una partida presupues-
-
pal, con cargo a la «décima» y que no se materializó al ser disuelta
la anterior corporación, acordándose que lo recaudado se destinara
a obras públicas para combatir el paro. Aun con los préstamos con-
cedidos y el recargo sobre la tarifa del impuesto de utilidades de la
riqueza mobiliaria, la magnitud de los ambiciosos proyectos64 re-
quería recursos superiores a los que el consistorio podía recaudar.
Ante ello, el inspector de fondos del municipio advertía de la «crítica
situación económica»65 a la comisión gestora y de la conveniencia de
paralizar las obras de inmediato para evitar riesgos de impago66. La
-
tos en medicinas destinadas a la población registrada en el padrón
-
 Véase AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 91–92.
de 28 de marzo de 1900 (87), 1.101-1.102.
 Dicho carácter responde al contexto nacional de un elevado presupuesto estatal para
realizar programas de obras públicas que paliasen el alto nivel de desempleo imperante.
El plan elaborado consignaba una inversión de 1.720 millones, repartidos en cinco
anualidades idénticas. También se planteó destinar más de 630 millones a construir
carreteras y caminos para comunicar núcleos de población aislados o sin acceso al mar
y 130 millones a programas hidráulicos, abastecimiento de aguas y saneamiento para
poblaciones con menos de 20.000 habitantes (Peral, 2020, 348-350).
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento,
f. 62.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 48.
gina 34
cos y farmacéuticos titulares que no se les abonaría ninguna receta
cuyo importe sobrepasara las 9 pts.67. Además, hubo gestores que
manifestaron el alto coste de mantenimiento de los guardias civiles
desplegados en la localidad con motivo de las concentraciones y ma-
nifestaciones que estaban teniendo lugar68. El estado de las cuentas
del consistorio solo pudo aliviarse gracias a los fondos procedentes
de la Junta Nacional contra el Paro.
Como los préstamos y las subvenciones estatales requerían
numerosos trámites burocráticos que prolongaban el comienzo de
las obras para paliar el desempleo, la corporación tomó otras me-
didas complementarias para ayudar a las familias más necesitadas
como la reducción del precio del pan ante la caída del precio de la
harina69 y el reparto del trigo almacenado en graneros estatales
-gestionados por el Servicio Nacional de Crédito Agrícola (SNCA)-
entre los labradores con mayores penurias70 a modo de préstamo
en especie71. Los prestatarios podían reembolsar los préstamos en
especie o en metálico. Generalmente se hacía tras la recolección de-
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 45-46
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 63. Es muy probable que estas se insertasen con motivo de las celebraciones del 1
de mayo, pero que no suscitaran ningún tipo de confrontación política.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 38. 
     

       
SNCA creado en la dictadura de Primo de Rivera por Real Decreto de 24 de marzo de
1925. Esta entidad pública tenía por objetivo que los agricultores obtuvieran préstamos
para solventar necesidades acuciantes propias de su actividad sin tener que recurrir a
prestamistas particulares pagando intereses abusivos. AMV: Libro de Actas de Sesiones
del Ayuntamiento, f 18 y  de 25
de marzo de 1925, (84), 1.527–1.528
 La cuantía repartida ascendía a 1.500 fanegas de trigo (150.000 kg) que asumía el
consistorio ante el Estado. La comisión de Hacienda local se mostró partidaria de formalizar
una solicitud formal dirigida al Ministerio de Agricultura para recabar su aprobación. La

más necesitadas, a la vez que evitaba que el Estado incurriera en pérdidas dado el riesgo de
que el cereal almacenado germinara o fuese atacado por parásitos. AMV: Libro de Actas de
Sesiones del Ayuntamiento, f. 23–25. Vid. 
 de 12 de julio de 1934, (193), 399.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 35
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
positando el agricultor prestatario parte de su cosecha en un grane-
ro de titularidad estatal para sufragar el empréstito72.

Después del problema del desempleo, la cuestión agraria se
convertiría en el mayor foco de tensiones y reivindicaciones de la
comunidad campesina villarrobletana. Villarrobledo. En 1932, en el
marco de la elaboración de una ley que diera contenido a una an-
siada reforma agraria, Pascual Carrión (1975, 115) informaba del
interés que despertaba el municipio para aplicarla ya que de sus

con más de 250 has. -17 de ellas, mayores de 500 (17,7 %) y una
de 4.068 (4,8 %)- y el 39 % del término (32.561 has.) eran de 30
propietarios.
La Ley de Reforma Agraria de 9 de septiembre de 1932 incluía
Albacete como una de las provincias donde su aplicación debía ser
inmediata. Si a escala nacional la lentitud en su aplicación se convirtió
en el rasgo más destacado, en la provincia albaceteña el ritmo fue to-
davía mucho más pausado. El gobierno no la impulsó. De hecho, hasta
enero de 1933, y por decreto, no se constituyen las Juntas Provincia-
les de Reforma Agraria (JPRA)73, siendo una de sus primeras labores
establecer los límites para considerar si una propiedad o parcela rús-
tica era o no objeto de expropiación según dictaba el apartado 13 de
la base quinta de la Ley74. Para ello, el ingeniero jefe del servicio agró-
nomo de Albacete, Ramón Garrido, efectuó un informe detallando las

de 1932, los graneros serían gestionados directamente por los ayuntamientos como
responsables subsidiarios de los créditos recibidos por los yunteros. Aunque el Estado
-y, en su nombre, instituciones como el Instituto de Reforma Agraria (IRA) y el SNCA-
   
o parcelas entregadas a los yunteros y con la parte correspondiente de la «décima», lo
cierto es que debían abonar al Estado los empréstitos concedidos. En mayo de 1933 se
aprobó un presupuesto de 10 millones de pesetas para subvenciones relacionadas con los
asentamientos temporales de yunteros. Fueron gestionados por el SNCA, con un interés
del 5 % anual. El IRA funcionaría como garantía última de la subsanación de los créditos
otorgados si los prestatarios no pudieran afrontar la deuda contraída.  de
26 de mayo de 1933 (146), 1424-1425.
  de 22 de enero de 1933, (22), 507-509.
  de 21 de septiembre de 1932 (265), 2096-2097.
gina 36
condiciones climatológicas y agronómicas provinciales y exponiendo
las diferencias con respecto a otras regiones como Andalucía o Ex-

en tierras donde predominasen los herbáceos; 225 para las de olivar;
100 para las ocupadas por vid; 150 para tierras con árboles frutales;
y 750 para dehesas destinadas al pasto o laboreo75. Asimismo, la Junta
esgrimió un listado de municipios en los que la reforma requería una
urgente aplicación, entre ellos Villarrobledo. De él se señalaba que
sería recomendable asentar a los jornaleros en parcelas de tierras de
cereales y en otras de vid que complementaran sus rentas (Gómez,
1988). Durante el segundo bienio, las JPRA se centraron en hacer ges-
tiones para confeccionar registros (censos) de jornaleros. En Albace-
te provincia dichas gestiones no se hicieron hasta mayo de 1935 para
remitir un informe de los resultados al IRA y evitar así las medidas
disciplinarias y sanciones establecidas para las Juntas que no forma-
lizaran dicho registro (Gómez, 1988). El partido judicial de La Roda
aparecía con 1.465 braceros, 3 sociedades obreras, 950 pequeños
propietarios y 266 aparceros o arrendatarios. De ellos, 559 braceros,
2 sociedades obreras, 333 pequeños propietarios y 36 aparceros es-
taban establecidos en el término de Villarrobledo76.
Tras la victoria del Frente Popular, la aplicación de la Refor-

Lo realizado fue importante respecto a los años anteriores, pero el
-
cias (Gómez, 1998, 82). Según la relación de asentamientos efectua-
dos durante los gobiernos del Frente Popular, Albacete contabiliza

corresponden a Villarrobledo, erigiéndose en el enclave provincial
más importante en esta materia durante la primavera de 1936 (Ma-

 de 20 de septiembre de 1933, (113), 2.
 ACMAPA, IRA, caja 20, 
 [signatura provisional]. En total, incluyendo el número de jornaleros o de
pequeños propietarios inscritos en las sociedades agrícolas de Villarrobledo, había 1.086
obreros. Los censos de campesinos se agrupaban por provincias y en cada una por partidos
judiciales y municipios. Se indicaba el número de campesinos agrupados en A, B, C y D que
correspondían a braceros, sociedades obreras, pequeños propietarios y arrendatarios o
aparceros respectivamente.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
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Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
se buscaran en el archivo municipal los informes correspondientes
a los bienes de propios locales para recabar información sobre su
extensión y alcance77. No se formulaba una propuesta para rescatar
los bienes concejiles, pero sí demuestra la importancia de la reivin-
dicación del común como vía para que los jornaleros en paro forzoso
pudieran aprovecharlas para subsistir. Se ha averiguado que el con-
sistorio rescató el acta de delimitación o apeo efectuada los días 4, 5,
6 y 9 de diciembre de 1924 en una serie de dehesas, un mínimo de
once según un amojonamiento del mismo predio hecho en 1818 por
las autoridades locales, englobadas en una «Dehesa Boyal» de ma-
yor tamaño sin denominación concreta sino genérica o aludiendo al
aprovechamiento comunal disfrutado por los vecinos en el pasado:


extensión: más de 1.400 has.78
aconteció en la sesión del 26 de marzo. Los gestores Ángel Jean Ortiz
y Alfonso Herreros Barriga declararon haber recibido una petición
formal de varias sociedades agrícolas locales y remarcaban la nece-
sidad de enviar un escrito al Ministerio de Agricultura para solicitar
-
dos a yunteros practicados en la región extremeña habida cuenta de
que muchos yunteros villarrobledenses no habían podido acceder
todavía a tierras donde emplear sus animales de tiro en faenas agrí-
colas, siendo su situación tan crítica como la de los braceros79. Así, el
31 de marzo, el presidente de la comisión gestora, Antonio Berruga
González, aprobó redactar una misiva al director general del IRA80
solicitando formalmente la aplicación urgente de la «Ley de Asenta-
mientos de yunteros»81. Según la corporación, los yunteros locales
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 14.
 AGGC: Caja 1949, Exp. 35.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento: 
f. 17, 18.
 Adolfo Vázquez Humasqué. Vid.  de 5 de marzo de 1936 (65), 1850-
1851.
 En realidad, se refería al      de 22 de octubre de
1932. Aunque los yunteros sobresalían por su peso en Extremadura, estaban muy
extendidos también en La Mancha y Andalucía. Las labores que realizaban dependían de la
«generosidad» de los grandes propietarios, e incluso arrendatarios, que cedían parte de sus
gina 38
estaban , acordando re-
saltar en el informe la existencia de 
 donde se practicaba una explotación agropecuaria exten-
          
82. La petición comentada tuvo su
eco en el Ministerio de Agricultura. El IRA, a través de su Junta Pro-
vincial en Albacete, estudió la posibilidad de aplicar el Decreto de 20
de marzo de 1936 que posibilitaba la expropiación por razones de
«utilidad social». En este sentido, a principios de abril Juan Solares,
uno de los médicos titulares del municipio y militante del sector mo-
derado del PSOE, se carteó con José Prat para estudiar la posibilidad

El diputado le contestó con fecha de 9 de abril de 1936 que se había
puesto en contacto con José María Soler Hernández, vocal en el Con-
sejo Ejecutivo del IRA, y le comunicaba que los miembros de dicho
Consejo estaban estudiando la propuesta de declarar bienes expro-

término municipal». Indicaba también que los representantes de los
propietarios locales mostraron una férrea oposición a la propuesta y
en vista de ello el director del IRA, Adolfo Vázquez Humasqué, insi-
nuó que la estudiaría. Una actitud que Soler desaprobó al considerar
que eso podría 
. El director, no obstante, manifes-
tó que no habría aplazamiento alguno pues el análisis riguroso de
tierras para que las trabajaran, ya que ellos carecían de tierras pese a disponer de un par de
mulos o bueyes para hacer tareas agrícolas sustentadas en contratos que iban del arriendo
a la aparcería y que, por lo común, no duraban más un año. Los grandes propietarios
destinaban sus tierras mayoritariamente a pasto al ser la ganadería su principal actividad.

igual que los jornaleros, en situación precaria y dependiente. Por ello, en el primer bienio
republicano, este segmento del campesinado fue el más combativo, logrando del Gobierno
la aprobación de varios decretos que obligaban a los propietarios a ceder cotas más

de octubre de 1934, los propietarios, amparados por las nuevas autoridades municipales
de centro–derecha, se «vengaron» restringiendo la oferta de tierras de cultivo y negándola
a los yunteros -socialistas o sindicalizados, la mayor parte- que se habían distinguido en las

2014, 176; Riesco, 2006, 34-69).
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento:     
f. 19.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 39
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
la propuesta de utilidad social, tramitada en forma de expediente,

afectada como paso previo a su ocupación efectiva83. De esta manera,
el director provincial albaceteño del IRA, Andrés Abásolo Herrero,
envió a Villarrobledo al ingeniero agrónomo Jesús Delgado Merlo
para analizar detalladamente la situación. El 4 de abril de 1936, este

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
la primavera del año anterior que ya hemos señalado. No obstante,
revelaba que, en una de las dos sociedades agrícolas locales -Traba-
jadores Agrícolas-, había más de 500 inscritos mientras que en la
otra -Pequeños Propietarios-, apenas había 28 miembros. Recaba-
da información al respecto de varios vecinos concluía que el censo
era poco exacto y que las cifras reales eran superiores, sobre todo
en cuanto a campesinos con yuntas y escasas o nulas extensiones de
tierra que rebasarían el medio millar. Añadía, además, que el prin-
cipal problema del municipio radicaba en la gran concentración de
la propiedad y elevada cifra de jornaleros en paro forzoso, situación
mitigable aplicando -
. Las
impresiones esgrimidas sobre las causas del paro agrícola las funda-

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porte utilizados en la producción agraria (camiones y ferrocarril),
con la consiguiente incidencia negativa en la actividad de carreteros,
arrieros y yunteros. Apuntaba también que en Villarrobledo había
un campesinado con pequeñas explotaciones de 2-3 fanegas que,
en invierno o primavera, complementaban sus rentas con otras ac-
tividades ligadas a sus animales de tiro de las que obtenían unos in-
gresos que permitían la subsistencia de sus familias. Los problemas
descritos hicieron que los yunteros y estos pequeños propietarios
pasaran a una situación de paro total o estacional. Otro factor por
contemplar son los altos rentos abonados por las tierras arrendadas
ante su creciente demanda. Los propietarios ofrecían contratos con
 AGGC: Caja 997, Exp. 37.
gina 40
tarifas desproporcionadas, lo que impedía que el trabajador y su hu-
milde capital -los animales de tiro- encontraran alternativas de tra-
bajo pese a que era frecuente que las grandes explotaciones donde el
-

En paralelo al informe de Jesús Delgado, el perito agrícola del
Estado, Pascual López, realizó un listado con los propietarios más

de cultivo o de explotación) (Tabla 3)84. A modo de ejemplo, Miguel
-
El
-
y La distribución en hectáreas
de los cultivos era: viña de secano, 126; cereales de secano y encinar,
1.800; monte alto y encinar, 1.500; monte bajo y encinas carbonea-
-
cie explotada directamente por el propietario85 que gestionaba por
su cuenta 20 yuntas de mulas, mientras que los pastos eran aprove-
chados por aproximadamente 2.000 cabezas de ovejas y cabras. Para
su cuidado, tenía a su servicio a 20 pastores. Contaba, además, con 6

Acacio Sandoval y María de la Peña Acacio disponían, según el regis-
tro de la propiedad, 9.012 has. que se encontraban bajo los preceptos
de la Ley de Reforma Agraria. De ellas arrendaban unas 2.000 has.
de cereal a 40 cultivadores y cultivaban directamente otras 1.200;
147 has. de viñas eran gestionadas a rento por 64 labradores y otras
200 las explotaba el propietario; erial, 300 has.; monte bajo, alto y
     
propiedades de -

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ACMAPA, IRA, caja 2/1 (Albacete), 
[signatura provisional].
 Para las faenas de cultivo y recolección en las tierras no arrendadas los titulares
necesitaban contratar mano de obra (jornaleros, braceros, pequeños labradores o
yunteros).
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 41
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
nalizar su informe, el perito apuntaba que por razones de urgencia

incluir que superaban ampliamente los límites marcados por la ley,
-
dio por parte de la Junta Provincial del IRA86. Advertía también que la
fertilidad de las tierras descritas era óptima en su mayor parte, sien-
do susceptibles de generar una riqueza económica casi permanen-

su roturación y señalaba que eran considerables las extensiones de
tierra nunca cultivadas pese a su alto grado de fertilidad. Mayorita-
riamente eran tierras llanas, de poca pendiente, aptas para el cultivo
que no estaban siendo aprovechadas, por lo que procedía aplicar el
artículo 1 del Decreto de 20 de marzo de 1936.

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  

Dolores Sandoval Acacio 1.160,28 Miguel Jiménez de
Córdoba 5.959,12
Rosario González
Sandoval 1.125,58 Dolores Acacio
Sandoval 1.160,28
Matilde Acacio Sandoval 2.823,6 Pedro Acacio Sandoval 5.918,00
Baldomero Fernández
Nieto 1.661,35 María de la Peña Acacio 2.792,60
Patrocinio de la Torre 859,47 José Martínez Acacio 1.531,46
Ulpiano Fernández
Pintado 674,34 Consuelo Domingo 1.200,00
Concepción Lodares 338,80
Francisco Jiménez de
Córdoba 5.998,11  
Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos del ACMAPA, IRA, caja 2/1 (Albacete,
              
municipal de Villarrobledo [signatura provisional].

destinadas a cultivar cereal de secano y 100 has. para las orientadas a vid.
gina 42
Según Abásolo, del informe de sus delegados se deducía que
en Villarrobledo el viñedo era un cultivo de enorme importancia y
que, a su vez, exigía un número de braceros considerable durante la
vendimia y otras faenas (poda, injertar, cavado, viña…). Sin embar-
go, lo que predominaba era el cereal. A su criterio, debía aumentar

y reducir la tasa de paro forzoso. Además, creía oportuno reducir el
canon de los contratos de arrendamiento o que, en su caso, los nue-
vos propietarios o cultivadores directos redujeran la cifra de arren-
datarios en favor de la propiedad plena, redundando todo ello en
menores costes de producción. Por estos motivos suscribía la apli-
cación del artículo 14 de la Ley de 9 de noviembre de 1935 a varias
    

-
tal que había declarado en el registro de la propiedad de La Roda en
1933. Las causas del descuadre pueden obedecer a la ocultación del
patrimonio rústico que poseía o a su incremento entre 1933-1936.
       
(5.740),   (650),  (876) y  (589).
Otras propuestas de expropiación fueron las de Francisco Jiménez
(1.506),
(852), (649), (452) y (517)-; y

(359), (1.211), (597), (878),
(1.258), (1.553). En total, eran 25.032 has. don-
de se pretendía asentar unas 800 familias. Cada una recibiría 25 has.
de tierras de secano para cereal y 2 has. para viñedo. Todo ello «sin

 Para las parcelas de
secano se aconsejaba la siguiente distribución por hectárea asigna-
da: barbecho, 0,364; trigo, 0,350; cebada, 0,150; leguminosas -ha-
bas, algarrobas y yeros-, 0,026; otras leguminosas -guijas, lentejas o
guisantes-, 0,026; y avena sobre rastrojo, 0,061. Por otra parte, para
este ambicioso y radical proyecto se esbozó un presupuesto de gas-
tos y fondos requeridos del IRA para sufragar los del primer año de
implantación (Tabla 4), advirtiendo que solamente se consignaba la
mitad del valor de las yuntas y del mobiliario mecánico suponiendo
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 43
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
que el resto lo aportarían los asentados. En general se intuye que
era un proyecto catalogable de colosal pero inviable puesto que el
presupuesto anual del IRA rondaba los 50 millones y el de Villarro-
bledo suponía el 8 % (casi 4 millones, más posibles indemnizacio-
nes), lo que explicaría en parte que la Reforma Agraria en la provin-
cia de Albacete resultara tan lenta. Las cifras de asentamientos son
ligeramente dispares según autores. Aun teniendo la posibilidad
de contraer préstamos con otras instituciones o entidades ajenas
al Ministerio de Agricultura, solo se asentaron entre 2.140-2.648
campesinos en 4.500-4.768 has (Sepúlveda, 2003, 230-231; Roble-
do, 2022, 546), cifras superiores a las apuntadas inicialmente por
Malefakis (1976, 433).

   
Adquisición de ganado de
labor 696.000,0 Conservación del
ganado de labor 115.611,3
Adquisición material
agrícola 425.484,0 Conservación
material mecánico 56.876,4
Adquisición de semillas 220.108,1 Seguro del ganado de
labor 27.216,0
Adquisición de abonos 388.369,2 Seguro del material
mecánico 92.381,3
Adquisición de barbados 30.240,0 Insecticidas 30.870,0
Sostenimiento de los
asentados 937.332,3 Imprevistos (1%) 37.613,8
Sostenimiento ganado de
labor 684.195,1 
 
Fuente: elaboración propia con datos extraídos del ACMAPA, IRA, caja 2/1 (Albacete, 14/4/1936),
              
Villarrobledo [signatura provisional].

provincias como Ciudad Real o Albacete en tanto que se asentó a un
segmento campesino compuesto fundamentalmente por yunteros

expropiadas representaba no una mera forma de subsistencia eco-
gina 44
nómica sino un complemento de rentas ajustado a unas pautas de
reforma «barata»87
grandes propietarios, como los Jiménez de Córdoba o los Acacio, no

medidas que implicaba la reforma agraria en la provincia. Desafor-
tunadamente, en los fondos del ACMAPA solo hemos hallado una
alegación dirigida a la Junta Provincial del IRA solicitando la exclu-

Decreto de 20 de marzo de 1936.
La inviabilidad del proyecto se tradujo en una realidad mo-
lesta que asumir, lo que llevó a reemplazar el plan inicial por otro
-
puso dos soluciones: una urgente, asentamientos inmediatos, aun-
que temporales, en virtud del Decreto de 14 de marzo de 193688, y
-
lidad social» como recogía el Decreto de 20 de marzo de 1936. La
primera propuesta permitió, a mediados de abril, el asentamiento
de 213 campesinos en paro forzoso y ocupar 1.336 has. repartidas

 El presupuesto del IRA para 1936 ascendía a unos 101 millones de pesetas, con gastos
estimados de 86,1 millones (superávit de 14,8 millones). La institución advertía que asentar

            

esta con coste de 5.000 pesetas por campesino asentado. A modo de ejemplo, para 20.000

reforma. Vid. marzo de 1936 (45), 193-223.
 de 17 de marzo de 1936 (77), 2.134-2.135 y de 5 de
marzo de 1936 (65) 1.840-1.850.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 45
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...

  


 

 
«Las Beatas» Pedro Acacio Sandoval 5.740 126,1 180 20
«Argumanez» Pedro Acacio Sandoval 876 84,1 120 13
«Los
Montoyas»
Francisco Jiménez de
Córdoba 852 156,2 223 25
«Piqueras» Francisco Jiménez de
Córdoba 452 87,6 125 14
«El Árbol» Miguel Jiménez de
Córdoba 359 70,1 100 11
«Casa-Vieja» Miguel Jiménez de
Córdoba 1.211 140,1 200 22
«Colmenar» Miguel Jiménez de
Córdoba 1.553 70,1 100 11
«El Picarazo» Baldomero Fernández
Nieto 483 70,1 100 11
«Esteban
López»
Baldomero Fernández
Nieto 641 56,0 80 9
«Buenavista»
/«Nevadas» Matilde Acacio 1.492 98,1 140 16
«Maricana»,
«Bermejo»,
Mucho - Trigo»
y «La Urdina»
José Martínez Acacio 1.166 140,1 200 22
«Pesadilla» Milagros Acacio 793 42,0 60 6
«Casa Parr Rosario González 1.229 49,0 70 8
«Jareño» Herederos de José
Sandoval 562 35,03 50 6
«Malagana» Juan Solana 496 35,03 50 6
«La Niev Luis y Concha Lodares 387 35,03 50 6
«Las Terceras» Leopoldo Sandoval 467 42,03 60 7
    
Fuente: Elaboración propia con datos del ACMAPA, IRA, caja 2/1 (Albacete, 14/4/1936), Informe
sobre aplicación del Decreto de 14 de marzo de 1936 en el término municipal de Villarrobledo
[signatura provisional].
gina 46
-
ran sus actividades agrarias eran, sobre todo, eriales89. Se procuró
          
para no perjudicar la explotación racional y realista de los nuevos

fanegas por yuntero (6,3 has.). En virtud del Decreto de 14 de marzo

obligados a permitir que los yunteros utilizasen proporcionalmente
-
cia de la parcela a los domicilios de los yunteros superase los 2 km.
Por su parte, los yunteros debían comprometerse a respetar tierras
90. Era
una ocupación temporal que, de no aplicarse el Decreto de 20 de
marzo de 1936 que permitía la expropiación por razones de «utili-
dad social», podía durar hasta nueve años. Asimismo, el IRA debía
abonar un canon anual a los propietarios del 4 % del valor de las
tierras ocupadas91.
Los afectados por la expropiación, acogiéndose al artículo 5
de la Ley de Reforma Agraria de 9 de noviembre de 1935, podían re-
currir al Tribunal Supremo solicitando la paralización de la reforma
«in-


-
pietario la aplicación de la reforma agraria, este disponía de 30 días
para plantear recurso. Aunque hubo alegaciones, estas no fueron di-
rigidas al Tribunal Supremo sino al IRA. De ellas solo hemos podido
 En este sentido, se aplicó también el apartado 6º del artículo 10 de la Ley de Reforma
             
           
en toda aquella porción que, por su fertilidad y favorable situación, permita un cultivo
permanente, con rendimiento económico superior al actual, cuando se acrediten tales
circunstancias por dictamen técnico reglamentario, previo informe de las asociaciones

de 19 de noviembre de 1935 (323), 1380.
 Véase artículos 7 y 8 del Decreto de 14 de marzo de 1936 en de 17 de
marzo de 1936 (77), 2134.
 Véase artículo 27 de la Ley de Reforma Agraria de 9 de noviembre de 1935 en 
de 19 de noviembre de 1935 (323), 1382.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 47
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
recuperar el informe presentado con fecha de 29 de abril de 1936
por el abogado y propietario José Martínez Acacio que, en síntesis,
  y  fuesen
excluidas del proceso de expropiación-ocupación propuesto por la
Junta Provincial de Reforma Agraria. Argüía que dichas propieda-
des estaban entre las excepciones invocadas en el artículo 15 de la

donde los baldíos, eriales y espartizales no superasen el 75 % de
su extensión total) y, sobre todo, E (establecía, sin demasiada pre-
cisión, que quedaban exceptuadas  

    ), alegando que había reinverti-

500.000 ptas. Para demostrarlo, exponía la relación de inversiones

para labradores, pastores, guardas y caseros, grandes tenados o es-
tablos para el ganado, patios y porches de las dimensiones necesa-
rias y requeridas por «

Destacaba, además, la instalación de-



 Asimismo, apuntaba la adquisición de
dos trilladoras mecánicas para las faenas de recolección por valor
de más de 50.000 pesetas, la construcción de varios pozos para
-
loxera por más de diez mil plantas madre «americanas». Por último,
consideraba que el asentamiento de los 22 yunteros asignados para
-
cho mayor de tierra ya que exigirían 50 o 60 fanegas cada uno 
 y, por tanto,
terminarían ocupando más de 1.320 fanegas, es decir, casi la totali-

-

que el paro forzoso alcanzaría cifras superiores a la de campesinos
y obreros que se pretendía asentar porque los yunteros asentados
gina 48
obligarían al propietario a abandonar sus labores agrícolas y, sobre
todo, ganaderas donde estaban empleados gran número de pasto-
res y labradores92. En cualquier caso, la propuesta siguió su curso
y se asentaron, como se ha indicado, 213 yunteros en paro forzoso.
No obstante, ante la lentitud de la aplicación de la Reforma Agraria
en la localidad y la moderación con que actuó el IRA se remitieron
múltiples peticiones y cuestiones tanto al Ministerio de Agricultura
como al de Trabajo, Sanidad y Previsión Social. Al primero, a cargo
del ministro Ruiz-Funes, se le solicitó reactivar la Ley de Laboreo
Forzoso y «la aplicación de la Ley de Reforma Agraria a los braceros
sin tierra». Al segundo, bajo la dirección de Enrique Ramos Ramos,
se pidió restablecer el Jurado Mixto de Trabajo rural local93 y la Ley
de Términos Municipales94. En esta línea, la Casa del Pueblo Villa-
rrobledense exigió al consistorio contratar a más trabajadores para
las obras de pavimentación utilizando mayor gama de materiales y,
en particular, un asfaltado a base de hormigón95.
Respecto al préstamo de trigo para auxiliar a los pequeños
agricultores con penurias económicas y solventar temporalmente
el paro obrero local, el consistorio redujo a 1.000 los 1.500 quinta-
les demandados inicialmente. Para gestionarlo se nombró una co-
misión compuesta por Alfonso Herreros Barriga, Luis Gómez Girón
y Francisco Olmedo que intervendría en todas las operaciones de
préstamo en especie realizadas. Las primeras fueron a principios
de junio a petición de 17 cabezas de familia96. En total hubo 119
solicitudes que, atendiendo a las limitaciones consideradas, suma-

plazo de devolución hasta el 24 de septiembre de 193697. También
 ACMAPA, IRA, Caja 2/1 (Albacete, 29/04/1936), 
[Signatura provisional].
 Sobre la petición del restablecimiento del Jurado Mixto del Trabajo Rural de Villarrobledo,
véase AGGC: Caja 445, Exp. 124.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del ayuntamiento, 
f. 43.
f. 40.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del ayuntamiento, 
f. 50–51.
 Véase AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
 f. 74–75. Véase AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento,
f. 79-80.
Finalmente, los labradores solicitaron una prórroga de un año al consistorio para reintegrar
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 49
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
cabe reseñar el incremento salarial formulado por los guardias mu-
nicipales. Se propuso que tanto su jornal como el de los barrende-
ros subiera de 4 a 4,5 pesetas equiparándose al jornal medio de los
braceros locales98.
Los rumores de que se estaba fraguando un golpe de Estado

asesinato de Calvo Sotelo o los registros domiciliarios en poblacio-
nes como Chinchilla o Pozo Cañada99 no hicieron sino acrecentar la
crispación y propagación de bulos. En este ambiente hay que situar la
multa de 500 pesetas impuesta al alcalde de Villarrobledo por dirigir-
se de forma «irrespetuosa» al gobernador civil provincial100, al igual
que el descontento de algunos propietarios por las medidas del IRA y
que los gobiernos del Frente Popular del bienio precedente y militan-
tes locales de FE habrían decidido adherirse a la conjura organizada
por los líderes militares y algunos sectores de las fuerzas y cuerpos
de seguridad de la provincia. Una información trasmitida oralmente
y que el imaginario colectivo acepta como verdadera. Sin embargo,
por el momento, no hay indicio alguno ni pruebas documentales que
corroboren una relación directa entre la reforma agraria y la impli-
cación de la clase propietaria villarrobledense en la sublevación de
julio, salvo el caso de Francisco Jiménez de Córdoba a quién los cabe-
cillas de la rebelión le ordenaron trasladarse a Villarrobledo con 50
guardias civiles y, apoyados por varias decenas de falangistas dirigi-
dos por el médico Jesús Ortiz Sánchez, declarase el estado de guerra,
detuviera a los principales dirigentes del Frente Popular y se hiciera
con las riendas del gobierno local (Sepúlveda, 2008). Más allá de los
testimonios orales y de la obra de Arrarás (1939), lo cierto es que solo
hay dos documentos que atisban una supuesta conexión entre la clase
propietaria de Villarrobledo y los líderes de la sublevación provincial

el préstamo. Véase AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 25.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del ayuntamiento, 
f. 25-26.
de 17 de julio de 1936, 1. «Gobierno civil. Hallazgo de armas y
municiones en Chinchilla y Pozo Cañada».
de 16 de julio de 1936, 1. «Gobierno civil. Multa de 500 pesetas al
alcalde de Villarrobledo».
gina 50
el inspector de la Guardia Municipal de Villarrobledo al consistorio,
con fecha de 2 de abril de 1936, narrando que varios «elementos»

en las que habrían estado involucrados grandes tenedores de tierras
de la localidad101. El segundo es la supuesta denuncia trasladada por
Pedro Arenas Castellanos -presidente de las Juventudes Socialistas
de Villarrobledo102- al alcalde, Antonio Berruga González señalando
que el 20 de abril de 1936 varios vecinos mantuvieron una conver-
sación de carácter subversivo, comunicación constatable en el expe-
diente judicial del informante en el Archivo General e Histórico de la
Defensa, por lo que ha de ser tomada con cautela por tratarse de un
proceso judicial sin garantías donde la culpabilidad o responsabilidad
inherente al acusado se considera implícita por el simple hecho de ser
denunciado. Concretamente, la nota apuntaba:
Azaña y todo el Gobierno republicano son una camarilla de
bandidos cobardes y criminales encubiertos que están arruinando
a España. Que el Gobernador de la provincia y el alcalde de esta
ciudad son unos inmorales ladrones, que están saqueando las
arcas y viviendo a costa de la miseria del pueblo, que son unos
cobardes que sabiendo claramente que pertenecen a Falange
Española no se atreven a detenerles ni mirarlos a la cara, porque
sabe el alcalde y los gestores del ayuntamiento que los tenemos
sentenciados a muerte. La prueba más cierta de que nos tienen
miedo es que tanto el alcalde como la policía saben que el
        
Francisco Jiménez de Córdoba y Baldomero Fernández Nieto. […]
Como esto es un caso de amenaza inminente para la ciudad de
Villarrobledo y un insulto soez para la República y sus hombres
más representativos, lo ponemos en conocimiento de su autoridad
para que obre en consecuencia103.
 AMV: Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento, 
f. 26.
 Carta con fecha de 30 de abril de 1936 dirigida por Pedro Arenas Castellanos a
la Ejecutiva del PSOE en Madrid solicitando que se designe un representante de su
            
Socialistas de Villarrobledo. AFPI, Archivo Histórico, Leg. 6, Exp. 2, f. 6.
 Véase el expediente judicial incoado en julio de 1939 contra Pedro Arenas Castellanos
en el Archivo General e Histórico de la Defensa, Caja 14784, Exp. 12.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 51
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...
Por último, en esta misma línea, cabe destacar el proceso ju-
dicial seguido en el Tribunal Popular de Albacete contra varios ve-
cinos de Villarrobledo acusándoles de delito de rebelión por parti-
cipar en la sublevación militar local entre el 18-25 de julio de 1936.
Entre los procesados se encontraba el abogado, propietario y expre-
sidente de la Diputación provincial de Albacete, Francisco Jiménez

insurreccional contra el régimen republicano en la localidad. En su
defensa, alegó que, en realidad, se trasladó a Villarrobledo no para
declarar el estado de guerra y secundar la sublevación, sino para
donar 200.000 pesetas104 a las principales organizaciones obreras
para que se dotaran de pertrechos, declarasen la huelga general e
hiciesen frente a la amenaza de los militares. Murió fusilado el 4 de
enero de 1937 en Albacete mientras cumplía sentencia de 30 años
de reclusión por un delito de rebelión militar.

La realidad sociopolítica de Villarrobledo en la primavera de
1936 se inserta en un contexto complicado. La 
 tras la proclamación de la II República mostró a las
diferentes administraciones que las reformas socioeconómicas que
exigía la sociedad española no eran aplicables a corto plazo. Por ello,
las esperanzas se convirtieron rápidamente en desilusiones y frus-
-
cos. En Villarrobledo predominaba el latifundio, lo que incentivaba
un reparto desigual de tierras, la gran mayoría en manos de unos
pocos propietarios. La incapacidad o lentitud con la que se abor-
daron las reformas, en especial la agraria, quebraron las relaciones
-
tarios -que veían peligrar sus intereses socioeconómicos- y los cam-
pesinos sin tierras -que apostaron por organizarse-. En Villarroble-
do un segmento del campesinado optó por la vía revolucionaria que
predicaba la corriente más extremista del PSOE apoyándose en las
    
 AHPA, Tribunal Popular, Caja 18901 Exp. 6.
gina 52
durante la II República que paralizaron sobremanera las reformas
-
ciolaborales de gran calado, como las huelgas de 1932 y 1933 que
desembocaron en los sucesos revolucionarios de octubre de 1934.
A ello cabe sumar la victoria del Frente Popular en las elecciones de
febrero de 1936 que pudieron fomentar un espíritu nacional de «re-
vancha» contra las políticas del bienio anterior pero que, al menos
en la provincia de Albacete, el trasvase de poderes al Frente Popular
no supuso una aplicación inmediata de reformas. En Villarrobledo,
la escasez de recursos del ayuntamiento imposibilitó afrontar la ma-
yoría de las políticas sociales y educativas que el consistorio pre-
tendía abordar. La adopción de impuestos extraordinarios fue insu-

cuando fue posible y renunciar a las reformas menos apremiantes.
En cuanto a la reforma agraria, los trabajos de la Junta Provincial
demuestran que se intentó abordar el problema de la desigual dis-
tribución de la tierra, pero las medidas para solventarlo y los recur-
sos para aplicarlas superaban con creces los recursos del IRA, orga-

sobrepasaban sus posibilidades. Tampoco hemos hallado pruebas
-

altas cotas de violencia política. Más bien sucedió lo contrario. Fue
una etapa caracterizada por una notable tranquilidad y por episo-
dios de escasa o nula confrontación que permitieron a las autorida-
des locales desempeñar sus funciones municipales con normalidad.
A la par, se registró un alto grado de reclamaciones y peticiones en
materia sociolaboral, impulsadas principalmente por la izquierda
obrera siguiendo los cauces burocráticos reglamentarios y legales.
Por último, en el estado actual de nuestros conocimientos, no he-
mos encontrado fuentes sólidas que demuestren con el debido rigor
 
socioeconómicos de la clase propietaria de Villarrobledo afectada
por la Ley de Reforma Agraria y su apoyo a la sublevación militar.
 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE
gina 53
Rubén Hernández Yunta
VILLARROBLEDO DURANTE LA PRIMAVERA DEL FRENTE POPULAR: UNA APROXIMACIÓN A TRAVÉS DE LAS ACTAS DE...


Archivo Central del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimen-
tación (ACMAPA).
Archivo de la Fundación Pablo Iglesias (AFPI).
Archivo General de la Administración (AGA)
Archivo General de la Guerra Civil (AGGC)
Archivo General e Histórico de la Defensa.
Archivo Histórico Provincial de Albacete (AHPA).
Archivo Municipal de Albacete (AMA)
Archivo Municipal de Villarrobledo (AMV).
Hemeroteca Municipal de Madrid.




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






ÁLVAREZ TARDÍO, M. y VILLA GARCÍA, R. (2013). El impacto de la
violencia anticlerical en la primavera de 1936 y la respuesta
de las autoridades, (132), 683-764.
ÁLVAREZ TARDÍO, M. y VILLA GARCÍA, R. (2017). 
Espasa.
ÁLVAREZ TARDÍO, M. y REY REGUILLO, F. DEL (2024). 
Galaxia Gutenberg.
APARICIO ALBIÑANA, J. (1936). Para qué sirve un gobernador.
Impresiones ingenuas de un ciudadano que lo ha sido dos
años de las provincias de Jaén y Albacete.
gina 54
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Ariel.
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Diputación de Ciudad
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IEA.
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Esfera de los Libros.
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Tesis
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
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gina 58

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 • PÁGS. 1-58 • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL» • ALBACETE