gina 1
Aurelio Pretel Marín
FRANCISCO FUSTER (IN MEMORIAM)
FRANCISCO FUSTER (IN MEMORIAM)

Conocí al soñador Paco Fus-
ter hace ya medio siglo, no recuer-
do si en 1970 o en el 71, cuando yo
era un joven estudiante que estaba
terminando la carrera de Historia y
haciendo la tesina, para la que debía
estudiar documentos que él guar-
daba en su archivo, y digo suyo por-
que, aunque no era el director, cono-
cía los últimos rincones de aquella
“covachuela" -como la bautizó don
Samuel de los Santos- del sótano del

que poco antes había organizado el
Archivo Histórico Provincial de Al-
bacete reuniendo los que había res-

con los supervivientes del expurgo
de los años cuarenta y con los de la
Audiencia. Allí, en un cuchitril con
tres o cuatro mesas, que él llamaba "la sala de investigadores”, conocí
por entonces, y todavía más en los años siguientes, desde el 72, cuan-
do ya regresé a vivir a Albacete, a personajes de lo más variopinto,
desde algún estudioso -todavía muy pocos, que ocupaban alguna de
las tres o cuatro mesas de citada “sala, a unos cuantos amigos de la

Victor Luis Malvar, el atento auxiliar, que fue amigo de todos. Y, por
supuesto, Paco, que era el alma de aquella institución y una verdadera
máquina de engendrar proyectos culturales, utópicos los unos, razo-
nables los otros, entre los cuales ya estaba la creación de una Editora
Albacetense, de una Biblioteca Básica de Albacete, de un Instituto de
Estudios y de una “Revista de Historia de Albacete”, que será la que
luego se llamará Al-Basit.
Noticia en la revista "Crónica de Albacete",
de 1º de marzo de 1974, sobre la creación
de una "Revista de Historia de Albacete",

gina 2
Yo fui uno, quizá de los primeros, en dejarme atrapar por
aquel entusiasmo desbordante que desprendía "el Jefe", como yo le
llamaba, puesto que me sacaba diez años en edad y mil en experien-
cia y en los necesarios contactos con la prensa y las autoridades. Y
me embarqué con él en aquellas utópicas empresas, actuando al-
gunas veces de "segundo de a bordo", como él dice en la dedicato-
ria de su Historia del Teatro en Albacete, y otras -yo, que jamás he
sido prudente ni sensato- como un Sancho Panza cauteloso ante las
aventuras que quería emprender aquel Quijote visionario y un tan-
to fantasioso. Nunca estuvo en mi casa, y yo fui a la suya solamente
una vez, en la que conocí a Esmeralda, su esposa (no a sus hijos, que
debían de estar entonces en la escuela); pero fuimos amigos, muy
amigos -título que no suelo otorgar fácilmente- y cómplices en estas
y otras aventuras. Se me perdonará, por lo tanto, que escriba estas
palabras en primera persona y desde las vivencias que los dos com-
partimos; y con todo el afecto -y la sinceridad- que siempre presidió
aquella relación.
AL-BASIT 69
gina 3
Aurelio Pretel Marín
FRANCISCO FUSTER (IN MEMORIAM)
La primera aventura fue Al-Basit, de la que Paco fue no solo el
promotor, diseñador y primer director, sino el propietario legal, para
evitar problemas de orden burocrático. Y, por lo tanto, “el Jefe”, como
ya le llamaba en la dedicatoria de mi libro Alcaraz, un enclave caste-
llano…,
del Movimiento, cuya presentación, en enero de 1975, me ayudó a
convertir en un acto de crítica al sistema, lo que tiene su mérito, como

del Caudillo y en presencia del subjefe provincial de aquel partido
único. El hecho es que, después de unos cuantos intentos fallidos de
buscar el amparo de empresarios, de la Caja de Ahorros, e incluso del
naciente Campollano, decidimos lanzarnos al albur en el verano de
1975: Paco, Antonio Moreno, Luis Guillermo García-Saúco, Rubí Sanz,
-
         
con su impagable ayuda en la búsqueda de la publicidad, escribíamos
primero los artículos, buscábamos empresas anunciantes, incluso
suscriptores, cubríamos a escote el resto de los costos de impresión
y hacíamos el reparto a librerías y kioscos en el coche de Paco o el
de Antonio, que además se encargaban de la correspondencia y de
la burocracia. No tuvimos ayuda de las instituciones, y únicamente
7 de los 85 ayuntamientos a los que remitimos ejemplares pidiendo
que lo hicieran respondieron a sus requerimientos, y solo tres de ellos
 
hacerlo en Albacete era morir de angustia.

-
co años, pero nunca llegaba, por más que el mismo Paco realizó por su
encargo, pero a costa de su propio peculio, gestiones en Madrid ante
el CSIC y el Patronato José María Quadrado, y aunque los periodis-
tas, azuzados por él, no dejaban de hablar de que Al-Basit era su ade-

ninguna prisa, por lo que barajamos diferentes opciones, incluida la

Al-Basit y que de
-
tum a Silvestre, diciendo, de manera muy poco diplomática, que, o la

gina 4
a la prensa y a los cuatro vientos la falta de interés por su parte y la
necesidad de no perder el tiempo. Y la utopía se hizo realidad, aunque


esta “idea, de una gran ambición cultural”, como dijo el periódico, que
aún habría de tardar un año más, entre la redacción de unos Estatu-
tos, la elección de los miembros fundadores, la pretensión de algu-

Consejo Superior a conocidos políticos franquistas (que sería recha-

los cronistas provincial y local, que nunca habían investigado nada, o
ciertos periodistas, que inmediatamente nos pusieron la proa, con-
siderando inútil el gasto en estas cosas y temiendo que fuéramos la
avanzada de una cultura democrática que a ellos les repugnaba. Todo
esto lo cuenta mucho mejor que yo Paco Fuster en su libro La creación
de la revista Al-Basit y el Instituto de Estudios Albacetenses, publicado
en 2008 para conmemorar su 30 aniversario.
Como es de imaginar, después de tantas luchas codo a codo y
con un objetivo común, éramos una piña, como demuestra el plan-
 
con ocho dimisiones si insistía en nombrar un noveno político y no
-
llermo García-Saúco, con lo que el 17 de noviembre de 1997 quedó
constituido el Consejo Superior, que aceptó la cesión de Al-Basit, y
elegido por primer director el respetado Alfonso Santamaría Conde,
doctor y catedrático, gran investigador, aunque tan minucioso y tan
perfeccionista que le costaba mucho dar un libro a la imprenta, y
que no quiso ser director más de un año. Así echamos a andar, aun-
que no sin problemas: presupuesto raquítico (el primer año fue de
750.000 pesetas, que serían 4.500 euros, con las que publicamos
dos libros e hicimos algunas conferencias con gente de la talla del
profesor Ubieto), carencia de una sede adecuada, y un aluvión de
críticas de algunos periodistas claramente alineados con el tardo-
franquismo residual y enfrentados ya entonces con algunos electos,
aunque otros saludaron satisfechos la nueva institución pidiendo
para ella más dinero y más medios.

libros, incluidos sus Aspectos Históricos, Sociales y Económicos de la
AL-BASIT 69
gina 5
Aurelio Pretel Marín
FRANCISCO FUSTER (IN MEMORIAM)
Provincia de Albacete -para el que tuve el gusto de prestarle mi tesis,
aún inédita, y le hice una crítica, pero muy positiva, recensión, di-
-

Servicio Provincial de Archivos, que él mismo se ofrecía a dirigir, y
al “Ente Preautonómico" de Castilla-la Mancha la idea de una nueva
Revista llamada Rochafrida, que sería la avanzada para un Instituto
de Estudios Regionales (la máquina de sueños seguía funcionando,
pero a escala mayor). Ya como secretario general del IEA, y junto con
el resto de los miembros antiguos y los que mientras tanto se iban
incorporando, fue el autor principal de la elaboración de nuevos es-
tatutos para acabar con el inoperante Consejo Superior, repartiendo
sus pocas competencias entre la Junta y la Asamblea General anual,
que no era consultiva, sino completamente soberana y autónoma.
La reforma se hizo en el 85, pero ya mucho antes funcionábamos
-
pués de interminables y a veces bizantinos debates, que más tarde

siempre plural y participativa, y rechazando siempre posibles inje-

Por entonces, no obstante, sucedieron dos hechos que estu-
vieron a punto de romper la relación de Paco con la obra de su vida,
el IEA. Primero tropezó con una negativa a editar como libro su Dic-
cionario de Escritores de Albacete, dado que el Instituto tenía como
norma no hacerlo con ninguno que no estuviera inédito, y él la había
publicado previamente en la prensa; después, su dimisión de la secre-
taría del mismo IEA, en mayo del 80, por distintas razones, no todas
explicadas ni entonces ni después, pero que yo no voy a desvelar aquí.

estuviera planeando crear un instituto paralelo, mucho mejor dotado
y sometido a su línea política, contentando al IEA tan solo con “mi-
gajas”. El resto de la Junta no lo creía así, y además no quería romper
lazos con esta institución ni tirar por la borda todo lo conseguido, so-
bre todo sabiendo que estaba negociándose un importante aumento
del presupuesto anual, que se sextuplicó en solo cuatro años. Yo, que
era el director, aunque de hecho no dirigía nada, sino que coordinaba
las distintas secciones y era la voz de todos, me encontré entre la es-
pada y la pared y tuve que enfrentarme con él y su rabieta y aceptar
gina 6
la citada dimisión, que tampoco fue la única, pues no mucho después
dimitirían, tras perder otras tantas votaciones, tres jefes de sección,
a los cuales les fue aceptada la renuncia en el acto. La diferencia fue
que a Paco le pedí hasta en tres ocasiones que reconsiderara aque-
lla decisión, y él lo hizo, encargándose, desde octubre de 1980, de la
sección de Literatura y Periodismo, después de cinco meses, en los
cuales los dos colaboramos aún en una exposición sobre la Feria, en
la que transcribí para él documentos de época medieval. Si hubo al-
gunas palabras hirientes o molestas -que las hubo, puesto que entre
nosotros la amistad nunca fue incompatible con la sinceridad, a veces
excesiva-, estaban olvidadas, y Paco, entre otros muchos estudios y
trabajos, puso en marcha, dentro del IEA, una serie llamada "Clásicos
Albacetenses", aunque la Junta desestimó de nuevo otra de sus ideas;
cosa que muchas veces nos ocurría a todos, incluido el director, que
perdió innumerables votaciones, pero que a él le causó una gran frus-
tración. Sensación que aumentó aún con su fracaso en las oposiciones

Junta de Castilla-La Mancha de crear un Instituto de Estudios Regio-
nales, como él reconoce en su libro Documentum Vitae.
Estas y otras nefastas experiencias en propuestas de estudios
sobre Literatura de Castilla La Mancha, que serían despreciadas en
Toledo, o en su irreductible defensa contra el plagio de una de sus
obras en una revista de la Junta, que le trajo disgustos, cuando no re-
presalias, como él sospechaba, no impidieron que Paco siguiera in-
vestigando sobre la Historia del Regionalismo Manchego y publicando
libros tales como La Guerra y las Brigadas internacionales, una com-
pilación de artículos ya antes aparecidos en prensa sobre un tema en
el que sigue siendo el que más ha aportado, a mi entender; o sus Agi-
taciones sociales y políticas en La Mancha y Murcia, en colaboración
con José Cano Valero (Albacete, IEA, 1985), o su parte en la Historia
de Albacete y su Caja de Ahorros    
diferentes trabajos en periódicos y obras colectivas e impartió con-

sus comunicaciones sobre la Bandera de La Mancha al XI Congreso
de Vexilología celebrado en Madrid en 1985, y al Curso de Archivística
-
bre estos asuntos. Mientras, se preparaba para la oposición al Cuerpo

AL-BASIT 69
gina 7
Aurelio Pretel Marín
FRANCISCO FUSTER (IN MEMORIAM)
de apartarle de Albacete “inevitablemente”, aunque algunos quisimos
convencerle de que no se marchara, y yo, imprudentemente, me puse
como ejemplo, al haber renunciado poco antes a mi cátedra en Úbeda
para quedarme aquí, donde había iniciado mis investigaciones, como
simple profesor agregado. No le sentó muy bien y no quiso escuchar-
me, porque él -dijo- tenía otras obligaciones y otras necesidades, con
lo cual no insistí. Le vi marchar con tanta pena como respeto para su
decisión, deseándole todo lo mejor para su nueva vida.
Mientras tanto, Fuster había presentado otro de sus proyectos:

que previamente había divulgado en la Televisión -el programa "La
Clave-, en un documental hecho por un equipo de cineastas soviéticos
que visitó Albacete y en un seminario de la Universidad Popular, de
amplio eco mediático. Lo llevó al IEA, junto con Rubí Sanz, y la idea
fue aceptada, porque el tema tenía evidente interés, y más en Alba-
cete; pero con un recorte sustancial de los gastos y la parafernalia de
que lo rodeaba (recuerdo que se hablaba de traer en un tren a los

su llegada a España, promover recepciones de las instituciones civiles
y políticas e implicar a la Cámara de Comercio e Industria, Cultural Al-
bacete, entre otros organismos, cuyo interés sería mucho menor que
el nuestro). No es que fuéramos tibios, como dice, ni que diéramos
preferencia a los temas medievales o artísticos, pero sí que teníamos
  
nuestra institución. Sin embargo, parece que él no lo entendió y, al no
haber conseguido tampoco convencer a otras instituciones, ni que se

pretendido, para optar a la primera de ellas desde la oposición que
acababa de hacer, se apartó “sin remedio -según dice- de la ciudad y
provincia donde había puesto las mayores ilusiones y esfuerzos en la
época de juventud y madurez más fecunda de toda mi vida".

El Viso del Marqués (Ciudad Real), Paco siguió soñando, investigan-

proponiendo un congreso, que no le fue aceptado, sobre el célebre
Marqués de Santa Cruz (cuyos restos mortales encontró en ese año,
1988, junto el sensacional descubrimiento de su muerte violenta,
que esta vez sí se vio obligado a callar). Aún le quedaron fuerzas
gina 8
para hacer un contrato con la Universidad de California para sumi-
nistrar la documentación que pudiera encontrar respecto a los orí-
genes de aquel lejano estado, que más tarde se convirtió en su tesis
doctoral y en su voluminoso libro sobre El final del Descubrimiento
de América: California, Canadá y Alaska, publicado ya en Murcia en el
97. No obstante, no dejó por completo Albacete, donde colaboró con
el consorcio Cultural Albacete y la Caja de Ahorros y el Ayuntamien-
to en dos exposiciones y sendas conferencias, y con el IEA, que hasta

que él pudiera asistir a las mismas como su presidente de la sección
de Literatura y director de Al-Basit, en la que aún publicó algunos
In-Memoriam, si bien, lógicamente, su presencia se fue debilitando.
Mientras tanto, a propuesta del Grupo Municipal de Izquier-
         
se hizo cargo de un Centro de Documentación de las Brigadas que
creó el IEA, no como una sección, como se proponía, sino como un
depósito de material abierto a cualquier estudioso que quisiera in-
vestigar sobre ellas, para el que diseñó un programa ambicioso de

entonces se había trasladado, o estaba a punto de ello, de la mano de

-
ciplinas (1989) en un primer momento, y luego, tras hacer su tesis
doctoral, de otras asignaturas, y profesor titular de Archivística, sin
renunciar por ello a meterse en polémicas como que mantuvo con
otros archiveros sobre si estos deben o no investigar y publicar sus
libros, o la del abandono negligente de fondos de la Magistratura de
Trabajo de Murcia. Todo ello motivó que hubiera de dejar la direc-
ción de Al-Basit a la Junta, que de todas maneras ya venía ejercién-

como codirector, a Manolo Requena, que acabó por crear a espaldas
-
do por el Ayuntamiento con la Universidad, obteniendo para él la
subvención que se daba a este último, que supo por la prensa de
dicha creación. Aquello provocó la ruptura entre ambos, no porque
se llevara a la Universidad, como piensa Fuster, sino por la manera
subrepticia de hacerlo, con lo que los proyectos de su organizador
se quedaron en nada, al menos por la parte que toca al IEA.
AL-BASIT 69
gina 9
Aurelio Pretel Marín
FRANCISCO FUSTER (IN MEMORIAM)
En Murcia encontraría el profesor Fuster las oportunidades y
el reconocimiento que no halló en Albacete. Si alguna culpa tuve, le
pido unas disculpas y un perdón que no creo que me niegue, porque,
aun cuando el destino y su enorme inquietud intelectual, laboral y
social, lograran separarnos, y aunque no le llamara para felicitarle
por sus triunfos y me enterara tarde de las enfermedades que pade-

parte de su vida me resultaba ajena: solo supe de sus problemas de
salud cuando vino a Albacete en 2002, al acto de homenaje ofrecido
a los miembros fundadores en el XXV Aniversario del IEA, en que
-
versidad, que le hacían plantearse "abandonar la nave en cuanto di-
visara una isla paradisiaca donde pasar los últimos años de mi exis-
Documentum Vitae.
Y recuerdo que entonces le dije que no existen islas paradisiacas:
solo loci amoeni en los que ser más o menos felices trabajando en
las cosas que nos gustan, lejos de la inquietud y el mundanal ruido.
Fuster, en primer plano, con la viuda de Samuel de los Santos y el resto de los miembros fundadores
del IEA, de los que hoy, por desgracia, solo quedamos tres.
Volví a verle de nuevo, aunque muy fugazmente, antes de la
que creo fue su última charla en Albacete, la que dio para ALUEX en
2018; pero ya no era el Paco juvenil y vibrante que había conocido
gina 10
-
ce sabor de la alegría del reencuentro con una antiguo amigo y la
nostalgia por el tiempo pasado, acompañada de la constatación de
que todos tenemos un tiempo para hacer y otro para agostarnos y
desaparecer, dejando en el camino proyectos, desengaños, amores,
desamores... Triste, como lo son todas las despedidas, pero en su
caso menos que la de quienes llegan al ocaso sin haber hecho nada
que merezca la pena recordar y presumiendo a costa del trabajo de
otros. A Paco, desde luego, podremos reprocharle, como hice en al-
gunas ocasiones, sus proyectos utópicos de eterno parturiento, al

comprensible deseo de seguir siendo útil más allá de la muerte, y su
personalismo; pero nadie podrá negarle su tesón, la originalidad y
el rigor de su obra, o su papel pionero en la pequeña historia provin-
cial de Albacete, y en nuestros corazones, como el iniciador y el pa-
dre -o el abuelo, pues fue el padre de los padres- de unas iniciativas,
la revista Al-Basit y el IEA, que la hicieron salir de la miseria cultural

Por eso, y porque ignoro mucho de su trabajo de los últimos
-
sa década en la que, codo a codo, aunque él por delante, formamos
un equipo que luchaba contra viento y marea, desde la “covachue-

todavía en esperanzas. Un tiempo de crear, y no de destruir, que, al
menos para mí -pero me consta que también para él- fue una eta-
pa dichosa en nuestras vidas. Un tiempo en el que nadie cobraba
una peseta ni por investigar la Historia de Albacete ni por las mu-
chas horas dedicadas a gestionar aquella revista e Instituto, evaluar
trabajos ajenos para ver si valía la pena publicarlos, pelear con las
imprentas e incluso transportar los paquetes de libros en nuestros
automóviles y nuestros propios brazos. Nada tiene que ver con el
actual, pero es que tampoco tienen que mucho que ver Albacete y
España con la ciudad y el país de nuestra quijotesca etapa juvenil,
en la que todo estaba por hacer y nosotros teníamos el valor y las
fuerzas para hacerlo.

hablar de muchas cosas, compañero del alma, y pedirnos disculpas
mutuamente, y seguir nuestra charla de hace diez o doce años, en
AL-BASIT 69
gina 11
Aurelio Pretel Marín
FRANCISCO FUSTER (IN MEMORIAM)
la que te decía que no hay más paraísos que los que uno mismo se
sepa construir empleando su tiempo, como tú siempre hiciste, en
aquello que pueda hacerte más feliz, independientemente del reco-
nocimiento que pueda deparar.
Albacete, 28 de octubre de 2024.

Palabras de Fuster, recordando sus años del Archivo, en el Libro de Honor de Aluex, el 7 de mayo de 2018
gina 12
BREVE BIBLIOGRAFÍA DE FRANCISCO FUSTER
Artículos de revistas
Tomás Navarro Tomás, el más universal de los intelectuales al-
baceteños en el siglo XX. -
bacetensesm Nº. 51-52, 2008 (Ejemplar dedicado a: Tomás

In memoriam: Juan José García Carbonell. -
dios albacetensesNº. 44, 2000, págs. 299-
319.
Archivística, archivo, documento de archivo... necesidad de cla-
. En Anales de documentación: revista
de biblioteconomía y documentación, Nº. 2, 1999, págs.

Brigadas Internacionales. -
bacetenses.  págs. 85-130
Obras de Don Bonifacio Sotos Ochando. -
dios albacetenses, , págs. 149-187
: la bandera y el
himno de La Mancha. -
tenses, Nº. 9, 1981, págs. 5-28.
      . 
Revista de estudios albacetenses, Nº. 8, 1980
In memoriam: Tomás Navarro Tomás. 
albacetenses, Nº. 7, 1980
El alcalde que obligó a Fernando VII a dormir en Albacete
.     , Nº. 4,
1977, págs. 3-22.
Entrevista con un antiguo voluntario de la Brigadas Interna-
cionales.  , Nº. 3,
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: pioneras de la industria metalúrgica es-
pañola.      Nº. 2,
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vista de estudios albacetenses. Nº. 1, 1975, págs. 23-44.
AL-BASIT 69
gina 13
Aurelio Pretel Marín
FRANCISCO FUSTER (IN MEMORIAM)
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vista de estudios albacetenses, Nº. 0, 1975, págs. 12-25.
Colaboraciones en obras colectivas
       . Cultural Albace-
te: XXV Aniversario: Ensayos / coord. por Luis G. García-Saú-
, Vol. 3, 2010 (Ensayos en Información (1991-

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tural Albacete: XXV Aniversario: Ensayos / coord. por Luis
, Vol. 3, 2010 (Ensayos en Informa-
ción (1991-1995), , págs. 117-125.
siglo. Cultural Albacete: XXV
Aniversario: Ensayos / coord. por -
léndez, Vol. 3, 2010 (Ensayos en Información (1991-1995)),
págs. 191.
       . Cultural Albace-
te: XXV Aniversario: Ensayos / coord. por Luis G. García-Saú-
, Vol. 3, 2010 (Ensayos en Información (1991-
1995) págs. 273-282.

en el siglo XX, La feria de Albacete en el tiempo: aspectos so-
ciales, culturales y económicos / coord. por Miguel R. Pardo
Pardo, , 2010, págs. 410-431.
      . Cultural
Albacete: XXV Aniversario: Ensayos / coord. por Luis G. Gar-
-
mativo (1984-1985), págs. 19-27

. II Congreso de Historia de Albacete: del 22 al 25 de

Maximiliano Martínez Moreno. En Castellanos sin mancha: exiliados
castellano-manchegos tras la Guerra Civil / coord. por Juan
, 1999, págs. 141-150.
gina 14
-
blema). Congreso de historia de Albacete, Vol. 4, 1984 (Edad
Contemporánea), págs. 117-152.
Libros
Documentum vitae     
2010.
-
bacetenses      
Manuel”, 2008.
     : California, Canadá y
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General de La Marina. Murcia, Universidad, 1997.

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1985.
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. En colaboración con J. Cano Valero. IEA, Albacete,
1985.
-
vincia de Albacete. Valencia. Caja de Ahorros, 1978.
       -
no Masó: El clave mal temperado. Hotel Los Llanos,

Historia del Teatro en Albacete. Autoedición. Albacete, 1974.
AL-BASIT 69